“Hay que seguir la pista a la relación del Gobierno andaluz con las empresas farmacéuticas”

El periodista Andrés Villena disecciona en el libro 'Las redes de poder en España' el complejo entramado de las élites españolas por mantener y acrecentar su dominio. Hablamos con él sobre el panorama político actual y los movimientos de los oligarcas para influir en la composición del futuro Gobierno de España

Andrés Villena en su despacho de Madrid, antes de la entrevista con La Voz Del Sur. FOTO: CEDIDA
Andrés Villena en su despacho de Madrid, antes de la entrevista con La Voz Del Sur. FOTO: CEDIDA

El poder en España se concentra en pocas manos. Entre la clase política y una selecta plutocracia se decide el rumbo de este país. El periodista y doctor en Sociología Andrés Villena (Elche, 1980) analiza en Las redes de poder en España (Roca Editorial) cómo funcionan los poderes fácticos, desmenuzando las relaciones existentes entre políticos, empresarios, la Casa Real y los lobbies económicos, dibujando una red de favores, influencias, relaciones y negocios a menudo perversa, siempre condicionada por don dinero, poderoso caballero. Este libro es un trabajo de investigación arduo y minucioso que ayuda a comprender quiénes han manejado el destino de España desde los últimos días del aznarismo hasta la actualidad. El retrato es impactante: nuestra democracia parece corrompida por los intereses de una oligarquía neoliberal a la que le importa poco las condiciones materiales del pueblo que la sustenta. La política y la economía en su versión más descarnada.

Defiendes en Las redes de poder en España que existe una élite cerrada que ostenta el poder, ¿qué tiene nuestra democracia de farsa?

Nuestra democracia puede ser observada como un régimen de dominación legal y esta teoría no está guiada por principios marxistas precisamente, hablamos de Marx Weber, un autor injustamente vilipendiado. Él afirmaba que era una dominación relativamente pactada entre la masa y la élite. El mejor ejemplo que hay en España es la Constitución del 1978, que supone un gran pacto que hemos “firmado”, una forma de dominación racional. Lo que sucede es que no se cumple este pacto. Pero para aderezar esa dominación permanecen los medios de comunicación, los partidos políticos y todas las instituciones que viven de ello; más luego estamos nosotros viviendo con pasividad, apatía e individualismo.

El 15M fue un conato de movimiento de la masa en sentido contrario al habitual, a contracorriente, pero como puedes imaginar eso es muy difícil de mantener. El sistema social te premia, te castiga o te sanciona según lo que hagas. La dirección que tomas se puede elegir, pero siempre hay consecuencias. Nosotros podemos hacer entrevistas y criticar lo existente, no me van a pegar una paliza a la salida del trabajo por esta entrevista pero sí es verdad que si hubiera escrito otro libro, sobre un asunto diferente y menos peliagudo, podía haber tenido mayor relevancia mediática. Por tanto, hay algo de farsa en nuestra democracia y en la libertad de expresión.

¿Ha habido un gatopardismo en España tras el último ciclo político desde el 15-M? ¿Ha cambiado todo para que nada cambie?

En el libro expongo que la democracia en España actúa como un mecanismo de control. ¿Gatopardismo? Los sistemas políticos y económicos, al igual que los sistemas biológicos, tienden a protegerse y por ello fabrican anticuerpos. Frente al 15M, el PP se proclama como la única fuerza que puede sacar a España de la crisis; disminuir prima de riesgo, bajar el coste del despido para crear empleo al ritmo que marca la Unión Europea, etc. Pero surge Podemos, fuerza que aglutina la protesta por el empobrecimiento de la población y capta votos en el desmoronamiento del PSOE. Hay una operación de marketing político inteligente por los ingenieros de Podemos. El sistema se ve cuestionado. Entra con fuerza en el Parlamento con casi 70 diputados y conquista ciudades importantes como Zaragoza, Barcelona, Madrid, Cádiz o A Coruña. A determinadas élites les hace pensar en el 13 de abril de 1931, en el advenimiento de la segunda República. Frente al 15M auténtico, el de la gente de a pie, se produce una especie de 15M de las patronales. Son muchas las que al final de 2015 y 2016 van a pedir un gobierno de concentración PP-PSOE con Ciudadanos, sin Podemos.

Las élites han potenciado mediáticamente y seguramente financieramente a Ciudadanos. Persiguen la estabilidad y cuando están amenazadas hacen uso de los recursos necesarios (políticos, financieros y mediáticos) para garantizarla. Hay una serie de intermediarios que entran en juego (Elena Salgado, Cristina Garmendia, Carlos Solchaga, Javier Gómez Navarro, Eduardo Serra, Valeriano Gómez, Rodolfo Martín Villa, Villar Mir, Isabel Tocino y un largo etcétera), personalidades del Partido Popular y del PSOE que están en todas las fundaciones institucionales y que dicen que España se puede romper, que hay que evitar gobernar con partidos independentistas o “populistas”. Se pone en marcha una forma de dominación concentrada. Un ejemplo, se paga a los medios de comunicación y a personas concretas para que fabriquen pruebas contra el adversario político, para así incrementar la inseguridad de la población y que partidos como Podemos no lleguen al poder. Estas personas identifican la estabilidad de las élites con la estabilidad de la nación y eso está visto y comprobado que no es así.

'Las redes del poder en España' ha sido editado por Roca Editorial.

¿Estamos secuestrados por el neoliberalismo? ¿Hay alternativa a este sistema?

El neoliberalismo es un proyecto de las élites para perpetuarse. En principio te dicen que el Estado es el problema pero en realidad es la solución para ellos. Todas las puertas giratorias sirven a las grandes empresas para ganar dinero a través de los conocimientos de los expoliticos, que asesoran a estas utilizando los secretos de Estado. Cuando Cristóbal Montoro crea Montoro y Asociados, una consultora para que las empresas tributen menos Hacienda, en 2006, la crea con el antiguo director de la Agencia Tributaria. No es una puerta giratoria inocente, saben muy bien lo que hacen. Te llevas al tipo que más sabe sobre la Agencia Tributaria para asesorar a empresas para que paguen lo menos posible. Es decir, utilizas los conocimientos y las redes del Estado para hacerte con ese gran cofre de dinero que es el dinero de los contribuyentes, de las personas que te han votado, que te quitan y te ponen. Practican un ejercicio de corrupción legal; ordeñando la vaca estatal. Son redes de poder cerradas que moralmente son delictivas. Cuando a Montoro le vuelven a nombrar ministro de Hacienda se trae a un señor que se llama Miguel Ferre Navarrete, que procedía de Price Waterhouse y Coopers y que estaba metido en el escándalo Lux Leaks de evasión fiscal y paraísos fiscales. Es el mismo tipo nos sube el IVA. ¿Cómo es posible que quienes nos gobiernan nos hagan daño? Pues porque gobiernan para una clase dominante. Más que neoliberalismo hay un expolio legalizado y con nuestros votos los estamos legitimando.

Afirmas en el libro que el PSOE no logró ni ha logrado gobernar las empresas, ¿son las empresas las que gobiernan el PSOE?

El PSOE siempre forma gobiernos económicamente más débiles porque sus orígenes son más humildes que los del Partido Popular. A un dirigente socialista lo más que le encuentras es que ha estudiado en una universidad de élite de EEUU, porque van allí a formarse o que está vinculados al Banco de España o que viene de buena familia; pero luego hay muchos socialistas que son profesores de instituto, catedráticos, titulares de universidades. Son élites, pero otro tipo de élites. En lo económico tienen muchos técnicos, economistas del Estado tipo Solbes o Jordi Sevilla, pero no tienen a un de Guindos. No tienen esas redes económicas tan potentes. Al final se ve que el PP y el PSOE no son exactamente lo mismo. El PSOE ha dado un impulso importante al movimiento feminista y el de las identidades sexuales LGTBI, pero tiene diferencias mínimas en lo económico. Son bastante débiles en relación con el mundo de los negocios, había desconfianza en mundo de los negocios hacia el PSOE en un principio, pero Felipe González se encargó de tranquilizarles. González tomó medidas más duras que la UCD. Zapatero intentó hacerse con el BBVA pero con Villarejo de por medio el PP se lo impidió. El Gobernador del Banco de España que impide que Zapatero controle el BBVA se llama Jaime Caruana y ahora está en el consejo de administración. Las élites económicas saben defenderse de los políticos. 

¿Hasta qué punto bailamos al compás de los grandes holdings mediáticos y empresariales, y cómo se puede caminar hacia el pluralismo real y una información veraz?

El pensamiento liberal, que todavía es el pensamiento dominante, nos dice que vivimos en una sociedad de competencia y meritocrática. Todo eso básicamente es mentira. Vivimos en una meritocracia de los contactos en la que si no tienes contactos y si te bautizas sólo igual te ahogas. Los oligopolios son una tradición en España; la banca y las eléctricas son oligopolios que se reafirman cada vez más. El proceso de fusiones van creando poderes que están muy organizados. ¿Cómo romper eso? En EEUU el partido demócrata tiene un debate sobre la ruptura de estos grandes monopolios. Una senadora llamada Elizabet Warren junto a Bernie Sanders y Alexandria Casio-Cortes, por poner ejemplos, están hablando de la ruptura, de trocear bancos y los monopolios. Y claro, las grandes élites dicen que es una barbaridad, pero si te fijas sigue la tradición liberal entendiendo liberal en el mejor sentido de la palabra. Quieren volver a ese pasado de libre competencia y que no haya empresas demasiado grandes que pueden llegar a caer. En ese debate se habla de reducir el poder y los conflictos de intereses.

En España estamos muy lejos de entrar en un debate socialista. Respecto a los medios, hay que tener en cuenta que cualquier bofetón financiero a los medios supone el despido de una veintena de periodistas. Los medios sufren muchísimo las limitaciones financieras. En España deberíamos empezar el camino hacia una cultura de socios en el periodismo. Si tú eres un socio de lavozdelsur.es te comprometes a pagar al año 70 euros al año, ¿por qué? pues porque 70 euros al año, que no es mucho dinero y eso te lo gastas en cualquier producto (copas, restaurantes, ropa), tienes información veraz y no condicionada a los anunciantes institucionales, públicos o privados. Aún hay muchas competencia por el clickbait, por la audiencia, por el prime time. Eso prostituye la información porque al final dependes del algoritmo en SEO. Si eso lo juntas a la autocensura de los políticos y los anunciantes privados, ¿qué te queda? Una información anecdótica, frívola y superficial. La frivolización de la información es un mecanismo de censura postmoderno. Al final sólo hablas de tonterías.

¿Quién concentra el poder en Andalucía? ¿Qué élites manejan su destino?

Si fuera un periodista de un periódico autonómico andaluz seguiría la pista y prestaría mucha atención a una novedad que hay en el Gobierno de los partidos de derechas que es la penetración de las empresas farmacéuticas. La esposa del presidente de la Junta de Andalucía, Manuela Villena, tenía relaciones con una importante empresa farmaceútica. Juanma Moreno trabajó durante varios años en el Ministerio de Asuntos Sociales y Sanidad con Ana Mato. Allí había dos altos cargos que también participaban de empresas farmacéuticas, y lo mismo ocurre con el consejero de Sanidad de la Junta. Es más que probable que con este Gobierno se incremente la externalización de los servicios en Sanidad. Se va a profundizar en una privatización como ocurrió en Madrid con Esperanza Aguirre. Esa podría ser la tendencia. Es preciso hacer una investigación al respecto, estoy convencido que saldrían resultados interesantes. Ya conocemos al matrimonio de Arias Cañete y su esposa, que reciben gran cantidad de fondos de la política agraria común y que son uno de los grandes latifundistas de Andalucía.

Fue ministro de Agricultura y comisario climático, es decir, que recaía continuamente en los conflictos de intereses. Este tripartito va a ser un gobierno que facilitará la bajada de impuestos que más beneficien a las grandes empresas, que ayudará a sus amigos y que van a dar una migajas al resto de la población. Es uno de los principales mitos del pensamiento neoliberal; que los ricos van a invertir en mejorar la vida de los demás. Eso nunca ocurre. El PSOE había estado muchísimo tiempo en el Gobierno de la Junta y había creado unas redes de 30 o 40 años y ahora el PP y C´s van a pujar para aprovechar esas redes en su beneficio. Al final los empresarios y los financieros son bastante pragmáticos y se adaptan a lo nuevo.

Hay una frase escalofriante en el libro: "Una red de redes organiza nuestras vidas, condiciona nuestro futuro y reinterpreta nuestro pasado a su gusto". ¿Se está reescribiendo nuestra historia y deformándola?

Hay una red que controla nuestras vidas con nuestro permiso, una red que tiene dinero, recursos políticos y acceso a los medios de comunicación. Durante todo el día tenemos programadas gran parte de las cosas que pensamos. No hay una mano negra diciéndonos que vamos a pensar pero sí una que dice que no vamos a pensar, porque al final si todo es Cataluña, inmigración y el corazón, sí es verdad que nos controlan. Tenemos una cotidianeidad controlada.

¿Crees que es posible que se concrete un Gobierno entre PSOE y Podemos o volverá a tumbarlo la redes españolas de poder?

En muchos aspectos un pacto PSOE-Podemos que se tradujese en un reparto de carteras, es decir, un gobierno de coalición o de legislatura, podría suponer grandes avances con acuerdos para trocear esa red de élites que lo dominan todo. Pero eso no va a suceder debido a las presiones que soporta el PSOE, que son muy grandes. El PSOE no quiere que tachen al Gobierno de populista, como en Italia, que podría suponer un alza en la prima de riesgo, amenazas en los mercados, sanciones desde la Troika, las presiones continuas de las patronales, etc. Hay una segunda razón; Pedro Sánchez podría contar con una mayoría para gobernar en solitario, y gobernar con Podemos le supone una competencia por el poder, y todos y cada uno de los líderes políticos tienen una tendencia magnética a perpetuarse en el puesto. En ese hipotético Gobierno habría una relación de competitividad más que de cooperación. Y para este tipo de gobiernos hay que llamar a políticos que tengan mayor altura de miras.

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Alejandro López Menacho

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