Félix Ovejero: "La idea más potente de izquierdas que hay es España"

Félix Ovejero con su libro 'La deriva reaccionaria de la izquierda'. FOTO: MANU GARCÍA.
Félix Ovejero con su libro 'La deriva reaccionaria de la izquierda'. FOTO: MANU GARCÍA.

Sin pelos en la lengua, y con una idea fija de que una izquierda nacional y unionista no sólo es posible, sino deseable. Así es Félix Ovejero (Barcelona, 1957). El escritor y profesor titular de Economía, Ética y Ciencias Sociales en la Universidad de Barcelona, fue uno de los promotores de la plataforma Ciutadans de Catalunya, que dio como resultado el manifiesto Por la creación de un nuevo partido político en Cataluña, iniciativa que dio lugar a Ciudadanos. Quienes le siguen habitualmente le definen como una de las voces de la izquierda progresista constitucionalista; quienes lo critican lo llaman facha. A él no le preocupa y se considera a sí mismo comunista, aunque recalca que "a nivel conceptual". "Yo puedo seguir defendiendo el concepto purista de comunista y ya la palabra ha perdido todo el significado", señala.

El pasado verano decidió abandonar El País tras haber sido articulista de este medio durante 22 años. La llegada a la dirección de la cabecera de Soledad Gallego-Díaz precipitó su fichaje por El Mundo, donde ahora colabora como articulista mensual. Ovejero, que ya no se sentía cómodo en el medio con el que colaboraba desde 1996, lo dejó por decisión propia tras los cambios en la línea editorial.

Con su último ensayo, La deriva reaccionaria de la izquierda (Página Indómita, 2018), que presentó este lunes en Jerez en la librería La Luna Nueva, pretende explicar lo que a su juicio considera el abandono del proyecto enmancipador que en su origen constituía la izquierda política y se aleja de los posicionamientos actuales, especialmente en España con el apoyo a nacionalismos como el catalán. "No hay nada más reaccionario que el nacionalismo", asegura, sin hacer referencia a Vox.

¿Dónde cree Félix Ovejero que está la izquierda?

Aquí (ríe). Para empezar es una pregunta muy complicada. La izquierda en parte ha muerto de éxito, porque una parte de su programa histórico se realizó con la consolidación de los Estados del bienestar, el sufragio universal como conquista de la representación política. Y ahora hay un cierto desnorte ideológico, hay una izquierda conceptual pero políticamente los partidos que están en la estela de la vieja izquierda han derivado en posiciones profundamente conservadoras, que son las tesis clásicas que la izquierda ya ha sostenido. En España es donde hay mayor necesidad de un partido político de izquierdas que no se encuentra.

Félix Ovejero antes de la presentación en la Luna Nueva. FOTO: MANU GARCÍA.

Cuando dice "deriva reaccionaria", ¿a qué se refiere?

Bastaría repasar con el Manifiesto Comunista y hasta el cántico de Arriba parias de la tierra, la Internacional, para reconocer que había un compromiso racionalista, un compromiso con la idea de igualdad, un compromiso con la idea de progreso. De pronto vemos una mirada de desconfianza con respecto a la ciencia, una apelación a la diferencia y a la identidad como núcleos de vertebración,  y te diría incluso que hasta la crítica a la religión. Una crítica que es tradicional de la izquierda y que ahora no hacen en nombre de no se sabe qué. Eso sí que es un abandono del compromiso racionalista.

¿Considera entonces que la izquierda posmoderna es menos izquierda?

Sí. Bueno menos izquierda no sé. Tampoco quiero tener el compromiso de decir que la izquierda sea el bien. Diría que es intelectualmente frágil. Que acaba teniendo más ocurrencias que una reflexión medianamente articulada comprometida con el ideal ilustrado, que realmente es lo que la izquierda es: el ahondamiento del ideal de ciudadanía.

Intuyo que cree que también la concepción materialista se ha perdido.

El materialismo puede ser una visión interpretativa, que explica los aspectos culturales e ideológicos a partir de las condiciones materiales y eso es una hipótesis que está en toda la teoría social moderna solvente. Luego hay una especie de arrepentimiento culturalista, esto es una digresión larga, con una debilidad de las facultades de humanidades que despreciando la ciencia solvente empieza a rehabilitarse. Una parte del conocimiento científico de las ciencias naturales empieza ocupar espacio que tradicionalmente era de las ciencias sociales.

Félix Ovejero durante la presentación de su obra en la librería La Luna Nueva de Jerez. FOTO: MANU GACÍA.

Usted es uno de los precursores de la plataforma que llevó al nacimiento de Ciutadans y, sin embargo, se considera de izquierdas. ¿Dónde se sitúa políticamente? ¿Hay izquierda unionista en España?

No, no la hay. Hoy la idea más potente de izquierdas que hay es España, que consiste en que tú puedas ir a Barcelona y no tengas por qué tener una exigencia de hablar catalán, el compromiso con la tarjeta sanitaria única o que podamos redistribuir fiscalmente en función de nuestros ingresos y nuestras necesidades. Ese proyecto es el que está huérfano políticamente, la izquierda ha contribuido a blanquear los nacionalismos. Ellos dicen: yo, porque tengo una cultura diferente —que también habría que discutirlo— no quiero redistribuir contigo. No hay cosa más reaccionaria que construir el concepto de ciudadanía en torno a la identidad y no en torno a la igualdad de derechos, y que no quieres ni repartir, ni redistribuir ni votar. Lo que quieren es convertirte en extranjero a ti.

Ahora participará en un acto del PP Catalán, con Cayetana Álvarez de Toledo...

La presento a ella porque es una amiga. “Tú puedes decir lo que quieras”, me dijo. Yo con Cayetana tengo una relación de amistad porque considero que es una persona articulada, inteligente y sobre todo valiente. Pero luego lo han sacado en la prensa como si estuviéramos apoyando la candidatura de Casado pero eso no es así (ríe).

Habla de levantar muros. ¿Nacionalismo y globalización en el siglo XXI son conceptos contrapuestos?

La globalización, en términos generales, y esto está anticipado por Marx en el Manifiesto Comunista, tiene perdedores locales y circunstanciales. En el caso español la izquierda española es reaccionaria como la que más y con un plus, el nacionalismo. El nacionalismo es querer romper la comunidad de decisión y de justicia, la que nos iguala a todos los españoles bajo un espacio compartido, y en virtud de que somos diferentes no quiero ni redistribuir ni votar con los demás. Yo no creo que podamos atribuirlo al proceso de globalización. Porque aquí hay más perdedores que en Cataluña. El relato republicano de la derrota en la Guerra Civil fue sustituido por un relato nacionalista y parece ser que la Guerra Civil, por decirlo así, no se hizo contra la democracia sino contra Cataluña. Y en eso la izquierda ha contribuido.

Ovejero, autor de 'La deriva reaccionaria de la izquierda'. FOTO: MANU GARCÍA.

Le han llamado facha pero usted se ha llamado a sí mismo comunista. ¿Qué cree que es ser comunista hoy?

(Ríe). Es un compromiso con una sociedad en la que cualquiera pueda desarrollar su compromiso personal en condiciones de igualdad. Ahora bien, lo que pasa es que uno no es dueño de las palabras. Yo puedo seguir defendiendo el concepto purista de comunista y ya la palabra ha perdido todo el significado. Y tampoco voy a decir que todos están equivocados. A lo mejor debería renunciar a la palabra. En esa tradición, del concepto, yo me instalo. Sucede lo mismo con el feminismo. A lo mejor hay que decir: quédese con la palabra que yo espero retener el concepto.

¿No hay ningún reducto donde esté esa izquierda de la que habla?

Puedo hablarte de autores académicos pero políticamente cuesta reconocerla. Siempre puedes encontrarte tradiciones, pero de lo que estoy seguro es del grado de desarticulación de la española. Se podría decir que tan mal como la nuestra no hay ninguna, intelectualmente.

Defiende un acuerdo entre los partidos nacionales constitucionalistas, pero lo cierto es que según el encaje parlamentario actual y en vista de los sondeos, el nacionalismo volverá a ser clave.

Yo quisiera que no, lo que he tratado de defender por escrito es que mientras la izquierda, siendo consistente con su propia ideología, no se incorpore en la lucha contra el nacionalismo, este país lo tiene muy complicado. El nacionalismo es defender que por ser diferente tengo unos privilegios, y eso es incompatible con el ideal de izquierdas. Mi deseo es que hubiera un pacto constitucional entre PSOE y Ciudadanos bajo el compromiso de romper todos los pactos con los nacionalistas. Es como en el idioma. Si un médico quiere ir a trabajar a Cataluña, ¿por qué se le exige el catalán?. Tenemos una lengua común.

Sobre el autor:

Sebastián Chilla.

Sebastián Chilla

Jerez, 1992. Graduado en Historia por la Universidad de Sevilla. Máster de Profesorado en la Universidad de Granada. Periodista. Cuento historias y junto letras en lavozdelsur.es desde 2015. 

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