Las imágenes del pasado viernes en la valla de Melilla con cientos de inmigrantes apilados por las actuaciones de la policía de Marruecos han conmocionado a gran parte de la sociedad española. Uno de los organismos que se ha pronunciado ha sido la Conferencia Episcopal Española a través de un comunicado de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y la Movilidad Humana.
En él, este organismo religioso señala que "nos solidarizamos con la preocupación de los habitantes en las ciudades fronterizas, y agradecemos a la Iglesia diocesana de Málaga su labor de acompañamiento a los migrantes y refugiados" al mismo tiempo que se solicita una investigación, "esperamos que las autoridades competentes contribuyan al esclarecimiento de los hechos". Varios grupos parlamentarios ya han pedido a Pedro Sánchez que comparezca en el Congreso para explicar lo sucedido aunque hasta el momento el presidente del Gobierno no ha pasado de las condolencias y de las felicitaciones a la Gendarmería marroquí.
"No son 'invasores', solo son seres humanos que buscan llegar a Europa huyendo de guerras activas (57 en el mundo, 30 en África) y hambrunas, agravadas por las consecuencias de la guerra en Ucrania, y la sequía y las plagas provocadas por el cambio climático", continúa un comunicado en el que se pide "evitar un uso partidista y demagógico del complejo desafío de las migraciones".
Además, hay una crítica a las políticas migratorias y de fronteras del Gobierno de España "la externalización y militarización de las fronteras por sí solo, no terminará con los problemas y las causas que provocan la movilidad de millones de personas migradas, refugiadas o desplazadas en el mundo".
Este comunicado es opuesto a la actitud que el Ejecutivo ha tomado desde que sucedieron los hechos. Durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la portavoz (PSOE) impidió a Irene Montero (Unidas Podemos) contestar sobre las cuestiones planteadas acerca de este asunto. Montero tampoco mostró oposición. Ningún miembro del Gobierno ha criticado las actuaciones de la policía marroquí en algo que ha tenido lugar pocos meses después de un cambio radical en la postura sobre el Sáhara Occidental que también ha supuesto una modificación en las relaciones con Marruecos.
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