El nuevo sistema de financiación para Cataluña es, y será probablemente en lo que queda de legislatura de Pedro Sánchez, el asunto clave. Contar o no con recursos lo cambia todo. El acuerdo alcanzado con ERC para investir a Salvador Illa ya elevó discrepancias entre los socialistas. Por un lado, porque el presidente manchego, Emiliano García-Page, se mostró contrario desde el primer momento. De otro lado, porque la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, negó que se tratara de un 'cupo' como el de País Vasco y Navarra, algo que fue enmendado por el comisario Josep Borrell, quien sigue siendo, a pesar de la distancia con la política española, un peso pesado del socialismo español.
Ahora, todo gira en torno a la propuesta de Sánchez de sentarse con cada uno de los presidentes autonómicos del PP por separado, recibiéndolos cara a cara en La Moncloa. Isabel Díaz Ayuso llamó a boicotear esos encuentros y dar plantón al presidente socialista. El objetivo es convocar una Conferencia de Presidentes, el órgano que reúne a los líderes autonómicos para llegar a acuerdos multilaterales. Las últimas convocatorias se enmarcaban en tiempos de la pandemia y la recuperación económica posterior. Desde que la situación se normalizó, la relación entre Sánchez y las autonomías se ha ido enfriando al no contar con este encuentro para articular propuestas. La última conferencia fue en marzo de 2022. En el último año, Moreno ha sido uno de los presidentes que más ha presionado para que se celebre.
En cambio, otros dirigentes autonómicos, como Fernando López Miras, sí quieren sentarse con Sánchez y decirle lo que piensa del acuerdo catalán "a la cara". En la misma línea, la presidenta extremeña, María Guardiola. El valenciano Carlos Mazón parece también proclive a ello. Y el presidente andaluz aún no ha hablado públicamente de ello.
Este viernes, se reúnen los presidentes autonómicos en Madrid con Alberto Núñez Feijóo. La postura de Juanma Moreno será escuchada y podría provocar un 'desempate'. Hay filtraciones de que Moreno no quiere que Ayuso le indique qué debe hacer, rechazando así que, de facto, la madrileña se erija como portavoz oficiosa de la postura de las autonomías ante Sánchez. Entre otras cosas, porque, parece, todo lo que proponga el presidente del Gobierno contará con el no de la madrileña, la más beligerante de los barones populares.
Sin embargo, como adelanta ABC, parece que Moreno, aunque no quiera que Ayuso ponga la música para que el resto bailen, es en el fondo partidario de mantenerse en la propuesta de una Conferencia de Presidentes. Está por ver si acabaría dando plantón a Sánchez si éste le convoca a La Moncloa. Pero, por lo pronto, firmará la postura común del PP de rechazar el cupo catalán este viernes y seguirá exigiendo el encuentro multilateral.
Otra cuestión es si en el encuentro con Sánchez tocaría hablar de más cosas aparte de la financiación, como de proyectos, de infraestructuras. El Gobierno ha puesto en marcha varias iniciativas en Andalucía en los últimos meses que requieren la atención de la Junta, como son el puente de la SE-40 o las obras de la conexión por tren de Almería con Sevilla. Un verano con enorme presión en las costas sobre la llegada de viajeros, con necesidades de mejoras de conexiones, y que van más allá del reparto.
Una de las opciones que deslizan los socialistas a futuro sobre la financiación es que se aplique el modelo de igualación, aplicado históricamente en las autonomías. Si a ciertas autonomías se le ofrecen privilegios (ocurre desde la misma elaboración de la Constitución), que estos mismos acaben en todas las autonomías restantes para convertir lo que podría ser un privilegio en un nuevo modelo, independientemente de que a ello lleguen antes vascos y catalanes. Volver a cambiarlo todo para que nada cambie. Una retirada de privilegios por la vía de otorgárselos en igualdad al resto. A eso podría enfrentarse cada dirigente popular, aunque no se le llamase 'cupo', en los encuentros de La Moncloa.


