Musk, 'desatado': dice que Trump está en la lista Epstein y le culpa de una próxima crisis económica

Las acusaciones graves entre ambas partes acaban con una caída de las acciones de Tesla, con la sugerencia de echar al multimillonario sudafricano del país y con aire a descomposición en la Presidencia tras menos de seis meses en el poder

Musk y Trump, juntos frente a un Tesla.
Musk y Trump, juntos frente a un Tesla.
06 de junio de 2025 a las 10:09h

No hay muchos precedentes de la guerra que han abierto públicamente Elon Musk y Donald Trump en las pasadas horas. Primero, porque no había precedentes de que el hombre más rico del mundo hubiera aupado públicamente a un presidente en su carrera a la Casa Blanca. En lugar de apoyar desde las sombras y con grandísimas sumas, Musk, además de mover hilos entre ciertas élites -Facebook, Apple...-, el sudafricano se convirtió en un activo mediático.

El resumen es el siguiente: era un secreto a voces que Musk dejaría la Casa Blanca y sus funciones para reducir el tamaño de la Administración y del Estado en general. Hace una semana, se convirtió en realidad esa salida. Y Musk, ya liberado del equipo del presidente, empezó a criticar, primero, que no le habían dejado reducir más los gastos del Gobierno federal, y a insistir en que los brutales aranceles de Trump eran un grandísimo error.

Trump respondió primero comedidamente, algo poco habitual en él. Pero todo fue escalando y este viernes amanecerá en Estados Unidos con una lista enorme de barbaridades que han convertido a la política estadounidense en un drama cinematográfico, con tintes de comedia y otros de tragedia.

Musk, que era inicialmente demócrata y se pasó al bando republicano -o, más bien, al movimiento MAGA de Trump-, tenía como impulso inicial tener una hija trans. Culpó de ello a la sociedad y así fue evolucionando al extremismo. Acabó comprando Twitter, convirtiéndolo en un espacio ultra y creando las condiciones para movilizar al electorado.

El propio Musk ha dicho que sin él, Trump habría perdido las elecciones. Pero fue a más a medida que avanzaban las horas. Dijo que Trump está en la lista Epstein, un número de celebridades y multimillonarios que habrían acudido a la isla de un pedófilo a mantener relaciones con menores. Lo ha hecho sin entregar pruebas. Además, ha dicho que habrá una crisis económica antes de acabar el año por culpa de Trump, sugiere que acabará creando un partido, y ha pedido que se celebre un juicio político contra Trump para colocar al vicepresidente J. D. Vance al cargo. Pasados ni seis meses de la toma de posesión, ni los demócratas, que se plantearon ese asunto en el anterior mandato, no se atreven a pedir algo así.

El entorno de Trump ha sido muy duro. Steve Bannon, manipulador mediático reconocido, ultra antes que Trump, ha pedido que Musk sea expulsado del país. Trump habló de romper los contratos con Tesla, lo que provocó una caída de las acciones. El propio Vance se ha sacudido la idea de ser elegido presidente y ha mostrado su apoyo a Trump. Además, el presidente dijo que toda la queja viene de que la Administración está retirando su apoyo a intereses económicos de Tesla y SpaceX. Que Musk quería colocar a un amigo al frente de la NASA, sugiriendo que su objetivo es lucrarse con contratos para la empresa espacial que posee.

Estos argumentos de unos contra otros aún tienen como eje cosas que conoce el votante. Ni lo de la lista Epstein es nuevo. Pero si Musk empieza a contar lo que vivió en la intimidad del Despacho Oval, si hace públicos esos secretos del día a día de una Presidencia tan controvertida como la de Trump, la preocupación no sería, quizás, encontrar palomitas para seguir el espectáculo, sino ponerse a cubierto por la implosión que supondría en la que es, a día de hoy, la democracia más influyente del mundo.

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Pablo Fdez. Quintanilla

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