Argentina ante su mayor abismo

Los problemas de la Argentina son muchos, seguramente demasiados, especialmente si el principal es una pobreza que afecta dramáticamente al 40% de su población. El domingo hay elecciones a la presidencia y el ultraderechista Milei aspira a dar el zarpazo en primera vuelta

Cierre de campaña de las presidenciales argentinas. Massa en Luna Park, este pasado jueves.
Cierre de campaña de las presidenciales argentinas. Massa en Luna Park, este pasado jueves.

Argentina no tiene un karma sino un FMI, para el que el actual ministro de Economía, Sergio Massa logró meter al país en los BRICs. Para quienes pensamos que la dependencia de China tampoco es la mejor idea, nos tenemos que decir que los intereses por la deuda adoptada con China son menores, según se nos dice, que con el FMI.

Sergio Massa, como intendente en Tigre mostró y demostró su administración eficiente, lleva como ministro de Economía un año, desde agosto pasado. La desatada inflación de los últimos dos meses, en especial el precio del dólar blue, uno de los cinco tipos de cambio peso-dólar que hay en la Argentina, se desbocó tras el último debate de candidatos el 8 de octubre pasado a partir de unas declaraciones de Javier Milei, contra las que fue aceptada una querella del presidente de la República. Precisamente, las medidas relámpago tomadas por Sergio Massa contra la especulación con el cambio del dólar blue contuvieron su precio y lo hicieron bajar.

Los problemas de la Argentina son muchos, seguramente demasiados, especialmente si el principal es una pobreza que afecta dramáticamente al 40% de su población. Se habla de diez mil personas que habitan en las calles, insisto en que la expresión situación-de-calle no se corresponde con una realidad en la que incluso aparece un urbanismo de la pobreza, urbanismo paralelo superpuesto como si Buenos Aires fuera una maqueta y sobre ella se fueran colocando elementos que crean una estructura añadida a la original.

Ayer hubo actos de final de campaña. Me acerqué por curiosidad a Luna Park, la legendaria sala de conciertos de rock, combates de boxeo o la boda de Diego Armando Maradona. Habló el candidato a gobernador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en realidad a Jefe de Gobierno de la ciudad Estado, estuvo acompañado por el candidato a la presidencia de la República, Sergio Massa, Unión por la Patria, un espacio electoral cuya alma es el peronismo kirchnerista. El espectáculo fue colosal y el estadio estaba lleno. Como he venido siguiendo toda la campaña, nada me llamó la atención, nada excepto una gran pancarta: La patria es el otro.

Luego en casa, a través de youtube, puede asistir al cierre de campaña de Javier Milei. Patricia Bullrich cerrará esta noche en Lomas de Zamora, buscando el simbolismo de ese lugar, con ocasión del caso Insaurralde, seguramente. Un caso, por cierto, cerrado políticamente. Sergio Massa cerrará su campaña nacional en una fábrica.

El espectáculo de La Libertad Avanza fue de otra naturaleza, pero igualmente organizado hasta en el último de los detalles. Una sala convertida, estéticamente, en una mezcla de discoteca de lujo y templo, empezó con los apelativos de grueso calibre contra todos los otros, todos, y con un grito, tres veces repetido, “¡viva la libertad, carajo!”. Esta forma de grito, su ritmo y frecuencia, contribuyen al carácter de ritualización mesiánica de ese espacio político. Antes de que llegara el evangelio se había procedido a pronunciar las lecturas, por parte de Alberto Benegas Lynch (padre).

Un escenario vacío solo para él, en el centro, hablando con latines. ¿Cuántas de las doce o catorce mil personas allí congregadas entendían alguna de las varias expresiones en latín? Me reservo la respuesta. Esa escenificación es demasiado semejante a la liturgia católica medieval y vigente hasta el Concilio Vaticano II, en que se abrió la liturgia a las lenguas vernáculas y el misal quedó en desuso, excepto en las liturgias más conservadoras del catolicismo. Benegas Lynch (padre) se declaró en el púlpito católico y pidió la suspensión de relaciones diplomáticas con El Vaticano, mientras el Papa Bergoglio sea su jefe de Estado, acusado desde hace tiempo de representante del maligno y todo lo demás.

En la forma más religiosa, hasta ahora se le puede atribuir al comunismo o al fascismo un carácter religioso y la institucionalidad de una religión, el prócer atribuyó a Javier Milei ser principio y fin, libre de cualquier mancha anterior o pecado original: inmaculado y mesías.

Ahí llegó  el mesías y sumo sacerdote, outsider, según él mismo se califica: una persona que no pertenece a ningún grupo, siendo que sí pertenece a un grupo y no solo al suyo: al de Benegas Lynch y todo lo que ellos representan, incluido, parece, Mario Vargas Llosa. Milei sí compartió, como buen mesías, escenario con los suyos. Su novia, desde hace pocas semanas, en un palco entusiasmada. Javier Milei convocó a La Jefa, su hermana; a sus perros; al león, como él mismo se ha caracterizado.

Cambios de voz, gritos, palabras gruesas e insultos contra todos sus oponentes políticos, que son todøs excepto, curiosamente, Mauricio Macri y Carlos Menem, de quien incluso lleva sus patillas. Una performance más que política de varieté politique.

Lo que viví en Luna Park tuvo murga carnavalesca, concierto de cumbia y rock nacional, para luego pasar a un acto político clásicamente entendido. Fue un espectáculo en toda regla que incluyó arengas políticas, pero donde al menos sí hubo propuestas concretas sobre qué se haría, además de aceptar errores con petición de disculpas. Desde una posición objetiva, una que no existe porque todos estamos dentro del mundo y nadie del mundo está ni por fuera ni por encima de todo, desde esa objetividad posible: las únicas propuestas concretas han llegado solo desde tres candidaturas de cinco: Sergio Massa, Juan Schiaretti y Myriam Bregmann. Lo mismo Patricia Bullrich que Javier Milei repiten lemas y generalidades, exclusivamente.

Argentina no tiene un karma que la avocaría a no poder salirse nunca de su fatalidad. Durante el periodo kirchnerista hubo menos pobreza y mayores ingresos para amplios sectores de la sociedad. Cliquee acá para ver la evolución de la pobreza en la Argentina con cada presidencia. Acá puede cliquear para ver la evolución de salarios. Asociar corrupción y pobreza, curiosamente, resulta discutible, razón por la que la brocha gorda sería mejor evitarla, y no por defender en ningún modo un acto de delincuencia como es la corrupción, acá.

Situarse por encima del bien y del mal, por encimada de lo humano, para afirmar que todos los candidatos serían iguales, resulta una falsedad, sea quien sea quien lo afirme. Sergio Massa lleva un año de ministro de Economía. Unión por la Patria defiende la institucionalidad estatal como mecanismo de seguridad para las personas y los bienes. En la misma línea, aunque con diferente intensidad y objetivos, lo hace Juntos por el Cambio. Solo La Libertad Avanza desea la desaparición del Estado hasta niveles de mínima expresión, porque todo lo garantizaría el mercado en su ¿libre? actuar. ¿Insuficiente?

La hipérbole y el maximalismo son sinónimos de autoritarismo en cualquier sociedad, sea europea o americana. Resulta llamativo que el más liberal, ¿a la manera de John Kenneth Galbraith?, parecería Sergio Massa.

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Pablo Martínez-Calleja

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