¿Cómo ha quedado el pleno parlamentario sobre la corrupción (en términos de ganadores y perdedores)? Pues hombre, todo es opinable. Personalmente, y sin que sirva de precedente, diría que el duelo lo ha ganado Núñez Feijóo. ¿Por qué? Pues por una sencilla razón: lo llevaba todo muy preparado y en lo poco que ha tenido que desviarse ha sabido hilvanar. A ver, es que en estas cosas la oposición siempre tiene las de ganar, por mucho que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recordase que en todas partes cuecen habas, léase PP, otras administraciones y, por supuesto, las empresas que entran (un año, y otro, y una década y otra...) en las componendas de las comisiones ilegales.
Pero claro, no era el día para andar anunciando agencias. ¿Una agencia a estas alturas, por muy anticorrupción que sea? ¿La T.I.A. de Mortadelo? ¿Su rival, la A.B.U.E.L.A.? Y de verdad que no se trata de enjuiciar voluntades, que por qué no iba a ir esta vez en serio la lucha contra la corrupción sistémica, salvo por un pequeño detalle: es como que después de lo que ha pasado ya no toca. Hablamos del planteamiento, de la propuesta. Oír al presidente Sánchez hablar de la colaboración de la (en otras ocasiones) hípercapitalista OCDE o de las posibilidades de aplicar la Inteligencia Artificial (IA) en la lucha contra la corrupción, en vez de crear expectativas, lo que sembró entre los espectadores fue un manto de sopor, de qué pereza estar escuchando esto.
El otro día un contertulio televisivo comentó que Sánchez estaba dando muestras de 'pato cojo', expresión con la que la prensa americana se refiere al presidente que indefectiblemente va a dejar de serlo porque acaba su mandato. En realidad, por seguir el símil americano, este cronista piensa que estamos asistiendo a los 'minutos de la basura', como se llama en la NBA al momento en que debido a la diferencia en el marcador, los equipos dan el partido por resuelto y sacan a sus suplentes hasta que suena la bocina.
Pese a que es evidente que Sánchez quiere seguir hasta el final, el final (de la legislatura) parece cercano. La próxima gorda que salga. Aunque la mayoría de los socios están más cómodos de lo que dicen estar, no les quepa duda, en cuanto se mueva uno habrá un seísmo y así se lo ha dicho al presidente Gabriel Rufián (ERC): "si esto escala, le vamos a obligar a que la gente decida". Más claro...





