Tras aprobar con éxito las polémicas oposiciones a docente en Andalucía, un profesor ha compartido en redes sociales una reflexión que pone el foco en la tensión existente entre interinos y aspirantes. El docente denuncia que durante todo el proceso ha percibido un “manifiesto rechazo y desprecio” hacia quienes se presentan por primera vez al proceso selectivo.
Según su testimonio, este sentimiento de exclusión ha sido constante durante el último año y relata cómo en varios espacios se repetía que las plazas debían ser “para los compañeros”, dejando al margen a quienes intentaban acceder por primera vez al sistema público.
Críticas al trato hacia los aspirantes
El profesor ha expuesto diversas situaciones en las que, a su juicio, los aspirantes eran marginados. “Se decía que el aspirante tiene ventaja porque ‘no tiene que trabajar y tiene todo el tiempo del mundo’”, lamenta, pese a que, según él, muchos compaginan su preparación con empleos precarios, mal pagados y ajenos al sector educativo.
Además, asegura que hubo “insultos” y se invitaba a marcharse a todo aquel que protestara contra estas actitudes, como si el sistema educativo fuese “un coto privado de quienes ya están dentro”. También señala a algunos sindicatos, que durante el proceso defendían lemas como “los que están se quedan”, excluyendo así a los nuevos candidatos.
Un sistema desigual entre comunidades
Estrada lanza una crítica directa al modelo andaluz, que califica de permisivo con el interino, en comparación con otras comunidades autónomas. “Una de las pocas que no exige a sus interinos presentarse a oposiciones ni sacar nota alguna”, señala, y añade que basta con trabajar un día para quedar blindado en bolsa, algo que, dice, impide que personas con notas altas puedan trabajar. Por contraste, menciona que en otras regiones como Navarra o Burgos, la renovación de bolsas es más estricta: “Quien no se presenta es expulsado y quien aprueba trabaja”, lo que, a su juicio, crea un sistema más equitativo para los aspirantes.
En este contexto, Estrada explica que los aspirantes se ven obligados a mantener un nivel excelente, ya que no contar con experiencia laboral en educación les penaliza severamente. “Si sacas un 9,9 y no trabajas, en las siguientes suspendes y te vas a la cola de la bolsa”, advierte, una presión que considera excesiva y poco justa en comparación con otros perfiles.
Para el nuevo profesor, el problema no reside solo en el sistema, sino también en la actitud de ciertos sectores que, según afirma, prefirieron “intentar frenar torticeramente las oposiciones” en vez de trabajar por mejorar “el sinsentido ortográfico” del examen.
Estrada sostiene que las protestas de este año estuvieron marcadas por reivindicaciones parciales, centradas en intereses de interinos y no en una mejora global del sistema. Eso, dice, hizo que muchos aspirantes se desmarcaran de ellas. “Eran protestas de parte que perjudicaban enormemente al ya pisoteado aspirante”, argumenta.
También ha señalado que en muchas ocasiones se practicó un “victimismo puro” por parte de quienes se quejaban de ser destinados a 100 kilómetros de casa, obviando que miles de andaluces han tenido que trasladarse al norte de España para acceder a un puesto.
Crítica al papel de los sindicatos
El docente hace un llamamiento a la “gente que se pueda dar por aludida” para que repiense la situación del interino en Andalucía. Pide una visión más amplia del proceso y reclama que se reflexione sobre si la falta de éxito en estas oposiciones no se debe también a una falta de preparación.“Si un aspirante sin tiempo de servicio se ha llevado una plaza, quizás quien tiene ese tiempo de servicio debería pensar seriamente si la culpa no ha sido más bien suya. Única y exclusivamente suya”, afirma con contundencia.
En su reflexión, Estrada también cuestiona el papel de ciertos sindicatos, a los que reprocha haber defendido intereses individuales y no haber pensado en quienes aún están fuera del sistema. “Invitaría a que se decidan una vez en la vida a pensar en la gente que está fuera y quiere entrar”, reclama, sugiriendo un enfoque más inclusivo.
El nuevo profesor, que iniciará su carrera como funcionario este septiembre, ha querido también lanzar tres mensajes claros. A quienes han conseguido plaza les anima a “disfrutarlo”, recordando que “no te han regalado nada”. A los que no lo han conseguido, les pide perseverancia, recordando que la suerte influye en ambas direcciones.
Y, por último, ha dedicado unas palabras de respeto y admiración a aquellos interinos que “se esfuerzan y no juzgan”, por no caer en el “machaque” hacia los aspirantes, al que él mismo dice haberse enfrentado. En su mensaje final, Estrada insiste en la necesidad de abrir un debate profundo sobre el modelo de acceso a la docencia en Andalucía. Considera que deben revisarse las normas de funcionamiento de las bolsas, el papel de los interinos y la estructura del proceso de oposiciones, para hacerlo más justo y competitivo para todos.
Mientras tanto, afirma que nadie podrá quitarle el mérito de haber conseguido una plaza sin atajos. “Mi primer día de funcionario coincidirá con mi primer día como profesor”, concluye, dejando claro que su recorrido ha sido largo, difícil y, ante todo, merecido.
