Sueños por la igualdad en un colegio rural de El Puerto fuera de serie

El CEIP Doña Blanca, única Comunidad de Aprendizaje del municipio, trabaja por la educación en estos valores a través de proyectos que plasma en una revista escolar, este año dedicada a las pioneras en distintos ámbitos

Alumnado de Primaria junto a familias y profesores en el CEIP Doña Blanca, en El Puerto.
Alumnado de Primaria junto a familias y profesores en el CEIP Doña Blanca, en El Puerto. JUAN CARLOS TORO

Con un pie en las vacaciones, 65 niños y niñas dibujan sonrisas en sus rostros. Ya piensan en descansar después de un curso intenso en un colegio ejemplar que, con pocos recursos, sueña a lo grande. La gran familia del CEIP Doña Blanca está de enhorabuena, no solo porque en septiembre dará la bienvenida a seis alumnos más —algunos americanos de la base naval de Rota— sino también por sus éxitos en su trabajo.

Este centro educativo que arrancó en 1973 en el Poblado de Doña Blanca, en El Puerto, educa y transmite valores de igualdad desde la que fuera la casa del arquitecto que diseñó esta pedanía con vistas a la Sierra de San Cristóbal. Fue en ese edificio donde empezó una aventura escolar en el ámbito rural que este año brilla más. La buena práctica de enseñar que todos y todas tienen los mismos derechos y oportunidades comenzó hace unos once años de la mano de Manuela Sánchez, por entonces directora.

“Ella fue la que puso la semillita del trabajo por la igualdad”, dice Miriam López, al frente de la dirección desde hace dos años. Todo comenzó con un libro titulado Queridísimas abuelas. Mujeres pioneras del Poblado de Doña Blanca, que puso en valor el trabajo de aquellas que aterrizaron en el poblado tras la expropiación de las tierras donde vivían para construir la base naval de Rota. Colonas que sobrevivieron con una vaca, sin agua y barracones como viviendas. “Fueron enormes luchadoras, en condiciones precarias fueron capaces de sacar a su familia adelante”, comenta Miriam con un ejemplar en la mano.

Miriam muestra el libro y la quinta edición de la revista.
Miriam muestra el libro y la quinta edición de la revista.   JUAN CARLOS TORO

Tras la visita de varias abuelas que contaron sus vivencias a los pequeños, se editó el libro, que fue la precuela de un proyecto impulsado hace cinco años. Sueños es el nombre de la revista escolar que realizan en cada curso con mucho mimo. Toda la comunidad educativa, desde el alumnado hasta el profesorado, se implica en el proceso de elaboración de esta publicación que ya va por su quinta edición.

Las primeras estuvieron dedicadas a la mujer en la antigüedad o a las artistas, pero este año la han dedicado a las pioneras, esas primeras vecinas del poblado, pero también otras que han destacado en distintos sectores. Miriam abre la revista —con una maquetación de lo más currada— por una página en la que aparece la fotografía de una mujer. “Este año han aprendido el Canva, el programa de maquetación y diseño, y nos han sorprendido”, exclama la directora antes de presentar a la abuela Josefa, roteña de 75 años que ya participó hace una década en el libro y que vuelve a ir a las clases con mucho gusto para contar su experiencia a otra generación.

“Nunca he ido al colegio, pero hablo mucho”, bromea la vecina, una de las colonas que llegaron al poblado. Apoyada en su andador, Josefa, rodeada de niños y niñas, recuerda aquellos tiempos de “penurias”. Para ella, “una vida muy dura” llena de trabajo. “Te daban dos vacas, un caballo y las tierras, pero no podías coger ni una cebolla sin permiso de Franco. Eramos esclavos pero si no nos da aquello, no estaríamos aquí”, dice la abuela, que desgranaba el maíz a escondidas.

La abuela Josefa visita el colegio.
La abuela Josefa visita el colegio.   JUAN CARLOS TORO
Josefa junto a varios niños y niñas del centro educativo.
Josefa junto a varios niños y niñas del centro educativo.  JUAN CARLOS TORO

“Con nueve años, me ponía en el filo de un pozo grandísimo, con una cuerda, y sacaba el agua para lavar la ropa”, comenta a lavozdelsur.es desde el patio. Anécdotas en su memoria grabada que quedan en la revista escolar en la que también han participado otras mujeres como Adela del Moral, la primera mujer Antifaz de Oro del Carnaval de Cádiz. “Hicimos grupos interactivos, con ella hicimos una chirigota, un voluntario del coro de Julio Pardo vino semanalmente y después fueron a Cádiz, fue muy enriquecedor”, cuenta Miriam, que pasa las páginas repletas de fotos de cada actividad.

"Queríamos que vinieran mujeres reales, que pudieran conocerlas"

Otra mujer que visitó el colegio fue Andrea Guirado, ornitóloga pionera en España en el cuidado y la conservación de los vencejos, en peligro de extinción. La fundadora de la ONG SOS Vencejo realizó actividades relacionadas con esta ave. “Los internos del módulo de carpintería del centro penitenciario de Puerto III también ayudaron haciendo casitas de pájaros”, dice la directora, que explica que el objetivo era doble. “Queríamos que los niños trabajasen a mujeres pioneras históricamente reconocidas, pero también queríamos que vinieran mujeres reales que pudieran conocerlas personalmente”.

Además de las visitas de las participantes con testimonios motivadores, en las páginas de la revista se divisa la colaboración del voluntariado de la Universidad de Cádiz o las familias, que, por ejemplo, trabajaron la figura de María Zambrano con un mural. También se desplazaron al colegio voluntarios americanos de la base de Rota, que formaron grupos interactivos en inglés para poner en valor a Rosa Parks, primera afroamericana que se sentó en un asiento reservado para blancos en un autobús. Hasta crearon un cómic con su historia.

Varias ediciones de la revista 'Sueños'.
Varias ediciones de la revista 'Sueños'.   JUAN CARLOS TORO

“Ha sido un trabajo muy completo. Para nosotros lo de menos es que la revista quede bonita. Lo que realmente nos llena es todo el proceso en estos meses, todo lo que se ha puesto en juego”, sostiene Miriam, que destaca el fomento de la lectura, la escritura y otras competencias lingüisticas de una forma más conectada a la realidad.

"Lo que realmente nos llena es todo el proceso"

Este colegio ha podido llevar a cabo esta iniciativa gracias a su condición de Comunidad de Aprendizaje. Es el único de El Puerto que se suma a este proyecto de la Junta que requiere un gran trabajo de organización. “Estamos abiertos a la comunidad, cualquier persona puede venir de voluntaria o voluntaria”, explica la directora mientras recorre cada rincón del centro, donde los pequeños cuidan un huerto.

Varios profesores decoran el patio del colegio.
Varios profesores decoran el patio del colegio.   JUAN CARLOS TORO
Clase de Infantil en el CEIP Doña Blanca.
Clase de Infantil en el CEIP Doña Blanca.   JUAN CARLOS TORO

La revista y las actividades que giran en torno a ella han sido financiadas por el Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad para el desarrollo del Pacto de Estado contra la Violencia de Género.

La ilusión que han puesto en esta publicación ha dado sus frutos ya que fue propuesta por la Junta, de entre los proyectos a nivel provincial, para ser expuesta en el XI Encuentro Internacional de Comunidades de Aprendizaje, celebrado en Asturias. “Ya estamos pensando qué vamos a hacer el año que viene”, confiesa Miriam.


La inteligencia emocional por bandera

El CEIP Doña Blanca recibe felicitaciones, también, por su actividad en el cuidado de la salud mental. A través del programa PROA+ Transfórmate, ofrece sesiones quincenales a los niños y niñas de Infantil y Primaria en las que trabajan las emociones o fortalecen las relaciones entre ellos, algo que la LOMLOE ya contempla y cada vez está más extendido.

“Después de la pandemia detectamos que era necesario trabajar la parte emocional. Se les notaba que estar aislados en grupos burbuja les había perjudicado”, señala la directora.

Alumnado de Primaria.
Alumnado de Primaria.   JUAN CARLOS TORO
Niños y niñas en una clase del colegio que trabaja por la igualdad.
Niños y niñas en una clase del colegio que trabaja por la igualdad.   JUAN CARLOS TORO

En las instalaciones del centro, a las que quieren incorporar un aula matinal y un comedor —sus principales demandas—, la abuela Josefa tiene gestos de cariño para los niños y niñas. El esfuerzo fuera de serie de un pequeño colegio que demuestra que, con ganas y trabajo, todo es posible.

Sobre el autor:

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Patricia Merello

Titulada en Doble Grado en Periodismo y Comunicación audiovisual por la Universidad de Sevilla y máster en Periodismo Multimedia por la Universidad Complutense de Madrid. Mis primeras idas y venidas a la redacción comenzaron como becaria en el Diario de Cádiz. En Sevilla, fui redactora de la revista digital de la Fundación Audiovisual de Andalucía y en el blog de la ONGD Tetoca Actuar, mientras que en Madrid aprendí en el departamento de televisión de la Agencia EFE. Al regresar, hice piezas para Onda Cádiz, estuve en la Agencia EFE de Sevilla y elaboré algún que otro informativo en Radio Puerto. He publicado el libro de investigación 'La huella del esperanto en los medios periodísticos', tema que también he plasmado en una revista académica, en un reportaje multimedia y en un blog. 

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Comentarios (1)

Alex Hace 10 meses
Maravilloso trabajo el de ese equipo, solo hay que ver las caras sonrientes de todos los niños y niñas.
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