Sesenta años de la remolacha en la campiña jerezana: principio y ¿fin?

Génesis de la llegada de este cultivo "social" y de la industria azucarera a Jerez, coincidiendo con el anuncio de que la planta de El Portal no molturará en 2026 y las múltiples incógnitas que se han generado

La Azucarera de El Portal, en Jerez, que no molturará remolacha en 2026.
04 de octubre de 2025 a las 07:56h

La remolacha ha sido, sin duda, uno de los cultivos estrella de la campiña de Jerez (y Sevilla) durante los últimos sesenta años, aunque es cierto que hace por lo menos ocho o diez años que ya no era lo que fue, como  parte de una crisis que, propiamente comenzó hace más de veinte años. Y es una simple cuestión de cifras: la campaña de este año pocos agricultores han superado las 60 toneladas por hectárea, cuando hace años superar las 100 no era algo excepcional; en 2025 la remolacha ha tenido en Andalucía una extensión de 6.000 hectáreas, cuando hay series históricas de 20.000 hectáreas… son datos muy significativos que hablan a las claras del auge y caída de un cultivo que no es tan de toda la vida como se puede suponer.

Fue a mediados de los años 60 del siglo XX cuando un grupo de agricultores, mayoritariamente de la campiña jerezana, se plantea la posibilidad de traer al sur este cultivo, hacerlo (casi todo) en secano y con ciclo inverso respecto a cómo se cultivaba en el norte de España, ya que en Castilla y Aragón siempre ha sido de invierno. Por entonces se había producido una importante caída en el precio del algodón, que era el cultivo estrella ­–al parecer, después de que el gobierno de Franco retirara una serie de aranceles a importación de ese cultivo desde el norte de África­– y los agricultores buscaban una alternativa que fuera rentable.

Un trabajador de la Azucarera.  JUAN CARLOS TORO

En realidad, ya le habrían echado el ojo a la remolacha, pero hay que reparar en que lo que estaba por venir era, fue, una operación gigantesca, que se jugó a múltiples bandas: en primer lugar, había que probar la viabilidad de la remolacha cultivada en secano y ciclo inverso y, luego, convencer a la industria para que se instalara en la comarca. Por supuesto, había que convencer también al régimen franquista para que se implicara en el proyecto, tanto en su vis agraria como en la industrial.

Lo cierto es que en Andalucía ya se habían llevado a cabo distintas experiencias azucareras con anterioridad, tanto con la remolacha como con la caña de azúcar ­–ahí está, sin ir más lejos, el ejemplo de la azucarera de la Rinconada, cerrada hace años, que databa de 1930­– pero no se había hecho nada a la escala ­–y de la manera­– que se proyectaba desde la campiña de Jerez. Precisamente en la Rinconada se entregaron para molturar las primeras experiencias llevadas a cabo en la campiña, para confirmar la viabilidad del cultivo tal y como se pretendía hacerse.

Y lo que se pretendía se consiguió, y además en muy poco tiempo. Fermín Bohórquez Gómez, Pedro Font de Mora y Luis López de Carrizosa Domecq fueron, según recuerdan en el sector, tres nombres clave para que este proceso complejo llegara a buen puerto. El cultivo de la remolacha llegó a la campiña jerezana… y detrás del cultivo, la industria, que rápidamente abrió las dos azucareras del municipio de Jerez (El Portal, de Azucarera y Guadalcacín, de Ebro) y Jédula (municipio de Arcos, de Compañía de Industrias Agrícolas).

De la remolacha siempre se ha destacado su fuerte componente social, ya que necesita de importante mano de obra en el campo en distintas fases del ciclo y, además, lleva detrás a la industria para su molturación. En sus momentos de máximo esplendor –de los 70 a mediados de los 90­– eran miles los empleos que se generaban en plena campaña, cuando Jerez tenía, sobre todo a comienzos de verano, ese olor tirando a desagradable, al estar en esos momentos, ciudad rodeada, de hecho, de tres azucareras.

La planta de El Portal, ante su incierto futuro.  JUAN CARLOS TORO

De los 70 a los 90 fueron años de esplendor para la remolacha. Se forma el Grupo Remolachero, con sede en Jerez, centrado en la defensa del sector y de los intereses de los remolacheros desde su sede en Diego Fernández Herrera junto a la plaza de las Angustias, en el centro de Jerez, grupo que con el devenir del tiempo y el cambio de los signos acabaría vinculado a Asaja-Cádiz

Con el siglo XXI llegó la crisis del sector y la concentración de toda la producción de la comarca en la Azucarera de El Portal. Ahora, sesenta años después, el anuncio de que no habrá molturación en El Portal en 2026 pone en cuestión el futuro de la factoría, pero también del propio cultivo, de la poca remolacha que queda en las provincias de Cádiz y Sevilla.

Sobre el autor

Carlos Piedras

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