Más del 40% de las personas con derecho a recibir el ingreso mínimo vital no conoce su existencia

El proyecto Acceso Vital analiza la situación de aquellas personas que, teniendo derecho a recibir la prestación, no la han solicitado

El empeoramiento de los datos de pobreza y exclusión social plantea la urgencia de mejorar el ingreso mínimo vital.
El empeoramiento de los datos de pobreza y exclusión social plantea la urgencia de mejorar el ingreso mínimo vital. MANU GARCÍA

Las personas más vulnerables son, precisamente, las que no saben que pueden solicitar el ingreso mínimo vital. Así lo demuestra una investigación de la Red Europea de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES), que concluye que factores como el género, vivir en zonas rurales o pertenecer a grupos etarios más avanzados influyen en un mayor desconocimiento de esta medida.

El proyecto Acceso Vital, que así se llama, señala que un 41,3% de las personas que tienen derecho a recibir esta prestación no la han solicitado por falta de información sobre la misma. Por un lado, algunas personas directamente desconocen la existencia de esta prestación y, por otro, existe una notable falta de información sobre el funcionamiento de la misma y sobre cómo proceder para su solicitud.

Además de estos datos, más de un tercio de las personas que podrían acceder a la prestación no cree cumplir los requisitos, y un 41,5 % cree que no les corresponde. Este desconocimiento acerca de la propia percepción del IMV como un derecho aumenta cuando entran factores en juego como la ubicación geográfica o el género. En este sentido, los hombres presentan más probabilidades de no solicitarlo, al igual que aquellas personas que no tienen menores a su cargo.

De la misma forma, es más habitual la solicitud del ingreso mínimo vital entre quienes viven en las urbes que entre quienes viven en las zonas rurales, con casi un 6% más de probabilidades en el primer caso.

Otro dato a destacar de esta investigación es que la propia sensación de tener seguridad económica también influye en la no solicitud de esta medida. Aquellas personas que viven de alquiler o que están en situación de desempleo tienen más probabilidades de solicitarlo. Este hecho puede alejar de esta medida, por ejemplo, a personas que tengan un trabajo, pero que, aun así, puedan ser elegibles para recibir esta ayuda.

El objetivo de este proyecto es mejorar el acceso al ingreso mínimo vital. Su implementación ha planteado importantes datos, según señalan desde EAPN-ES, y el aumento de las personas en situación de pobreza o exclusión social hace necesario la mejora de todo lo relativo al funcionamiento de dicha prestación.

Carlos Susías, presidente de EAPN-ES y EAPN Europa, apunta en esa línea que "el IMV funciona, con deficiencias y problemas, pero funciona", y ha aprovechado para recordar que "las familias que han accedido al IMV no están recibiendo una paguita, están recibiendo un seguro de vida".

Sobre el autor:

Alaia Rotaeche

A. R.

Graduada en Periodismo y Máster en Estudios Literarios por la Universidad Complutense. He pasado por medios locales, por comunicación política y de organizaciones y he participado en proyectos autogestionados. Me interesan particularmente la cultura, la política, las migraciones y los feminismos, e intento siempre tener la mirada puesta en quienes tradicionalmente han habitado los márgenes de la sociedad.

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