La ETT Randstad lanzó a finales de julio una llamada-alarma (es una manera de hablar) en la que pedía del orden de 2.000 trabajadores en toda España para la vendimia en ciernes. Como una cosa lleva inmediatamente a la otra nos preguntamos: ¿Y el Marco de Jerez, qué pinta aquí? Pues poca cosa, la lista de demanda empieza por Galicia, sigue por Castilla y León, La Rioja, Aragón… pero de Jerez, nada de nada.
Entonces, ¿qué ocurre en el Marco de Jerez? “Desde hace años la vendimia (se refiere a una contratación) se hace en ocho o diez jornadas. Como el proceso de recogida está mayormente mecanizado, la mano de obra se ha reducido considerablemente porque todo ello hace que no resulte atractivo. En junio y julio se acercan al sindicato trabajadores en busca de información, pero para hacer la vendimia en otras zonas mejor remuneradas y con más jornadas de trabajo”, palabras de Manuel Romero, responsable de CCOO Industria en la provincia de Cádiz.
En efecto, en la actualidad, entre el 70 y 80 por ciento de la vendimia en Jerez se realiza a través de medios mecanizados, lo que significa que, en las últimas dos décadas, se ha ido produciendo una importante reducción en la demanda de la mano de obra. Este tipo de vendimia –que, a su manera, no deja ser especializada– la llevan a cabo empleados de las propias bodegas con viñedo o trabajadores con los que se cierra de una vendimia para otra.
Por supuesto, sigue habiendo fincas que realizan la vendimia de la manera tradicional, ‘a mano’, unas por convencimiento, otras por necesidad. Entre las primeras están las que lo hacen porque tienen algún tipo de contrato con alguna bodega para hacerlo y cobran una prima por acreditar que realizan determinadas prácticas en el viñedo. Entre las segundas, hablamos en general de pequeñas explotaciones (básicamente en Trebujena) en las que la familia (y los amigos) juegan un papel fundamental. Eso sí, aquí hay división de opiniones entre los propios viticultores: mientras Diego nos comenta que cada vez es más frecuente escuchar “papá, este año no cuentes conmigo”, como frase lapidaria de ‘búscate la vida’, otro viticultor, Carlos, nos comenta que tiene haciendo la vendimia a uno de sus hijos y a varios amigos, todos ellos estudiantes en la universidad, es decir, que sigue existiendo eso del universitario que hace la vendimia para ganarse un dinerito… otra cosa es que ese dinero en vez de servir para echar una mano en su formación acabe en un festi, ahí ya…
65 euros la jornada
Máquinas, familia… abarcan mucho en la vendimia, pero no es suficiente. Por supuesto, en el Marco de Jerez sigue habiendo la necesidad de contratar cuadrillas de jornaleros, incluso en esas explotaciones familiares cuando hablamos ya de un tamaño medio (por encima de 6 ó 7 hectáreas). En la actualidad, aunque hemos echado un poco por tierra el anuncio-petición de la ETT Randstad, sigue siendo necesario acudir al mercado laboral para completar las necesidades de personal durante la vendimia. Eso sí, los viticultores consultados nos dicen que sigue habiendo cuadrillas que provienen de lo que podríamos llamar la Sierra baja, localidades como Arcos, Bornos o Espera, pero también jornaleros que vienen de distintos puntos de Sevilla y nombran Arahal, Utrera o Lebrija. Buena parte de estos trabajadores son inmigrantes contratados por ETT y también por empresas que han apostado por su especialización, que los han estado formando en el desempeño de faenas en campañas hortofrutícolas y también en el olivo y la viña.
Son 65 euros lo que se paga de media por la jornada (siete horas y cuarto), lo que dice el convenio. Por las contrataciones vía ETT se paga más, claro, y tractoristas y cargadores cobran más que los vendimiadores. También hay viticultores que ofrecen algún pequeño descuento en la jornada (ese cuarto de hora) o algún incentivo, eso ya…
En cualquier caso, nuestro viticultor Diego no está de acuerdo con la premisa de la que parte este artículo, la de que es difícil sumar más de ocho o diez jornadas en la vendimia. “No creo que haya ningún problema en sumar veinte o más jornadas si se va sumando desde Jerez hacia la costa… nunca se sabe cuándo va a empezar la vendimia, pero al final siempre acaba, por lo menos, a mediados de septiembre…”.



