La comedia teatral 'Dos hombres solos... sin punto com ni ná' celebra este viernes en Villamarta, día de San Dionisio, 15 años sobre los escenarios y más de 500 funciones por todo el país.
Fue con motivo de la inauguración, en el año 2000, de la La Guarida del Ángel, en calle Porvenir. Manolo Medina (Jerez, 1965) quiso hacer “algo distinto” y escribió una comedia que aún hoy sigue triunfando en los principales teatros del país. Por entonces Internet comenzaba a popularizarse y los .com surgían tras las triples uves dobles y los nombres de empresas e instituciones. De ahí que la obra fuera bautizada como Dos hombres solos sin punto com… ni ná. “Yo ya tenía la idea en la cabeza y sin pensarlo escribí aquel guión modesto y humilde sin pensar en absoluto que iba a convertirse en una de las comedias más aplaudidas de los últimos tiempos”, afirma Manolo que, por entonces, compartía cartel con el actor Rodrigo Ponce de León.
Desde ese momento hasta ahora han pasado quince años. A Rodrigo lo sustituyó hace un par de años el actor y monologuista antequerano Javier Vallespín. Y la obra, "la misma, pero con ligeras modificaciones", ha conseguido triunfar en escenarios de toda España con un sencillo argumento: “Somos dos hombres solos que comparten piso, que no somos homosexuales pero el rol de Javier, que es el único que trabaja y que trae el dinero a casa, y el amaneramiento del personaje que interpreto hace que la gente hable de más", explica Manolo Medina. Lo que no acierta a comprender es el éxito de la comedia: “Ni lo sé ni quiero saberlo".
El tesón y el ser una gotera en el mundo del espectáculo es la clave de un éxito casi seguro. También es verdad que la gente lo está pasando muy mal y lo que quiere es sentarse en la butaca de un teatro y salir destrozado de risa y Dos hombres solos... es garantía de ello. Javier Vallespín añade que el éxito está además en “trabajar mucho, abandonar a la familia y a los amigos, hacer miles de kilómetros y sobre todo amar esta profesión. Mira, el día tiene 24 horas, 8 para dormir, 8 de ocio y 8 de trabajo... En el trabajo hay que pasárselo bien porque si no te pasas una tercera parte de tu vida amargado. Y eso no va con nosotros”.
El próximo 9 de octubre este espectáculo cómico, definido en el diario El País como un “fenómeno sociológico digno de estudio” volverá a la ciudad que lo vio nacer. Son conscientes de que el Teatro Villamarta “impone e “impresiona de una manera espeluznante. Ten en cuenta –afirma Manolo- que al ser jerezano sé que vamos a pisar el mismo escenario que los grandes de la escena española. También es verdad que es un lugar que una vez lo pisas no te quieres bajar nunca...”. Pero además del Villamarta, otro teatro está en la mente de Manolo: el Alameda de Málaga. “Fue el primer teatro de primera línea que apostó por nosotros. Este verano hemos cumplido la séptima temporada ininterrumpida cubriendo todo el verano y tras más de 500 actuaciones con la misma obra, la dirección del teatro ha tenido el detalle de ponerle mi nombre a la butaca número 1. Jamás en la historia de este teatro inaugurado en 1961 había pasado un fenómeno igual. Imagínate el orgullo que da y las fuerzas para seguir un reconocimiento de ésta índole”.
Anécdotas para contar… “a cientos”, asegura Javier Vallespín. “La gente se ríe mucho durante la obra. Tanto que una señora, en Málaga, se meó literalmente y al final no se podía levantar de la butaca. Hay que tener en cuenta que estamos sobre el escenario casi tres horas seguidas y la risa está garantizada”. Pero hay un momento en el que los protagonistas de esta obra teatral saltaron a todos los medios, y no precisamente por su trabajo en los escenarios. Fue cuando entregaron a la Reina doña Sofía una bolsa de “molletes de Antequera” (lugar de nacimiento de Javier). La foto de la reina riendo a carcajadas con las explicaciones de Manolo y Javier sobre este producto tan típico fue portada de varios medios de comunicación. “Lo que no sabemos –dice Manolo- es si finalmente doña Sofía se comió los molletes con su aceite y su jamón, tal y como se lo dijimos…”.