Los vinos riojanos tienen desde 1989 un nuevo caldo que mejora, aún más si cabe, la reputación de una región que destaca en todo el mundo por ofrecer algunos de los vinos más representativos y mejor reputados.
En el Valle del Ebro, más concretamente en la zona de Los Tres Marqueses, nace en 1989 una bodega denominada Marqués de Vargas que, en poco tiempo, conseguiría una fantástica reputación gracias a sus magníficos caldos. Vamos a conocer un poco su historia, además de que nos adentraremos en algunos de sus vinos más emblemáticos.
Fue en el año 1989 cuando vimos nacer la primera bodega del Marqués de Vargas, un proyecto que fue desarrollado por Pelayo de la Mata, el actual Marqués de Vargas, pero lo cierto es que, para llegar a este punto, existe una historia previa que valer la pena conocer.
Todo empezó cuando el octavo Marqués de Vargas, Felipe de la Mata, decidió comenzar a realizar plantaciones de viñas en el año 1840 con la intención de construir más adelante una bodega que se convirtiese en una referencia para el mundo del vino. Tras muchos años de esfuerzo, Hilario de la Mata logró sumergirse en este mundillo presidiendo dos de las bodegas más populares y destacadas que se podían encontrar en aquella época en Logroño.
Sin embargo, su proyecto real pasaba por la creación de la bodega familiar que comenzó sus primeras andaduras hacía, por aquel entonces, ya casi un siglo, pero no fue hasta 1989 cuando su hijo, Pelayo de la Mata, hizo realidad este sueño que suponía el comienzo de algo grande tras 150 años de esfuerzos y lucha.
En la actualidad, esta bodega, localizada en la Hacienda Pradolagar de Logroño, ofrece al público un vino exquisito etiquetado como Marqués de Vargas, el cual se presenta en tres variedades distintas englobadas todas ellas dentro de la alta gama. Era de esperar que a lo largo de los siguientes años, está bodega se convirtiese en el lugar de nacimiento de algunos de los caldos más destacados e interesantes que podemos encontrar a día de hoy.
En la actualidad, está bodega cuenta con toda la tecnología necesaria para conseguir un madurado, procesado y embotellado dignos de un caldo de este nivel, siendo dotada de barricas fabricadas con madera de roble fino de orígenes americano, ruso y francés, y en su interior tan sólo encontraremos el producto obtenido a partir del viñedo en propiedad, sin mezclas con otros, y por supuesto sin tratamientos que puedan alterar el resultado final.
Por otra parte, la bodega también destaca por su compromiso con el medio ambiente, demostrándose a partir de la utilización de una agricultura sostenible en la que no se utiliza ningún tipo de pesticidas y herbicidas, y pese a utilizar la tecnología más actual, el objetivo es seguir manteniendo la elaboración tradicional de forma que el producto final no se vea alterado y conserve todas sus propiedades hasta el momento en que llega al paladar.
Ahora vamos a conocer dos de los vinos más emblemáticos del Marqués de Vargas que acompañarán vuestras mesas aportando un toque exquisito y por supuesto también saludable.
No hay duda alguna de que el vino más emblemático del Marqués de Vargas es precisamente su reserva del año 2005, un vino totalmente exclusivo obtenido a partir de las uvas cultivadas del Terrazas, El Cónsul y La Micela, obteniendo una producción de un total de alrededor de 36.000 litros, los cuales fueron repartidos en 1500 botellas de 1,5 litros y un total de 45.000 botellas de 750 mililitros.
La vendimia fue realizada de forma manual en cajas de 15 kilos y entre los días 10 y 14 de octubre del año 2005, incluyendo la variedad tempranillo como principal en un 60% de su volumen, mezclando con otras variedades como garnacha y mazuelo.
La fermentación se llevó a cabo en cubas de acero inoxidable de 10.000 kilos durante un plazo de tiempo de 11 días, manteniendo una temperatura estable de 30 grados, procediendo posteriormente a la maceración durante 14 días y posterior envejecimiento en 160 barricas nuevas que comenzarían a albergar el caldo en enero de 2006.
En total cuenta con 23 meses de crianza, siendo el embotellado en enero del 2008 y obteniendo un vino que, una vez embotellado, seguía mejorando hasta el punto de afinar mucho mejor su estructura y lograr asentar sus aromas para ser posteriormente puesto a la venta en el mes de junio del año 2009. Este vino es fantástico para acompañar carnes rojas como el solomillo, jamón ibérico y carnes a la brasa.
Pero el Marqués de Vargas Reserva 2005 no es el único vino que recomendamos de esta bodega, sino que también os aconsejamos encarecidamente que probéis el Marqués de Vargas Reserva, un vino fantástico con la variedad de uva tempranillo como destacada y que acompaña a la perfección servido entre 16 y 18 grados.
Esta otra alternativa, también ganadora de premios destacados, cuenta con un tiempo de fermentado de 12 días manteniendo la temperatura siempre por debajo de los 30 grados. La crianza comienza en el mes de enero de 2008 y se mantiene durante 23 meses en barrica, obteniendo una producción total de 206.051 litros repartidos en 5.000 botellas de 1,5 litros y 264.735 botellas de 750 mililitros.
Se recomienda consumir este vino dentro de un rango de temperaturas entre los 16 y los 18 grados, fantástico para acompañar unos buenos embutidos y quesos, legumbres, carnes rojas, asados, carnes a la parrilla, carnes de ave y guisos que no contengan salsas excesivamente especiadas.
En definitiva, se trata de creaciones fantásticas que acompañarán de forma sobresaliente a vuestros platos, garantizando una fantástica conservación en botella y un resultado exquisito en el momento de su descorche.
Un vino ideal para acompañar nuestros mejores platos en ocasiones especiales y por supuesto para compartirlo con nuestros amigos y familiares, ya que no hay mejor forma de disfrutar de una buena velada que bien acompañados por uno de estos vinos de gran calidad y de sabor excelente.