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Recrearse en los olores, echar el ojo a un capricho, acariciar las texturas y disfrutar de los sabores es el protocolo que hay que seguir para poder sentir lo que de las manos de Antonia Butrón y su familia nace. Lo que empezó siendo una panadería, heredada desde 1890 como tradición familiar, se convirtió en un lugar para rendirle culto a la cocina, combinada con la repostería. Para el sentido del oído hay que ser un privilegiado, puesto que este sensibilidad hay que buscarla en un pequeño obrador de la calle Palmarete de Chiclana, donde tiene su cuartel Antonia Butrón. Ella, aunque ya jubilada, sigue pendiente, junto a su marido, del arduo trabajo que realizan sus hijas, tratándose de la cuarta generación de panaderas.

Mientras van contando su historia, los olores van evaporándose y penetrando con cierta maldad en el subconsciente de todo aquel que pase por el lugar. Y es que ese pequeño obrador ha dado vida a toda una empresa que se ha extendido por diversos lugares implantando tiendas, además de las de Chiclana, en San Fernando, Cádiz y Sevilla. "Nosotros hemos ido donde el cliente nos ha pedido", comenta Carmen González, actual gerente del emporio empanadero, “pero manteniendo siempre la esencia de mis padres”.

Empanadas tras el cristal. FOTO: MANU GARCÍA

El secreto, no solo está la masa, también está en “mantener la esencia y el cariño con el que mis padres hacían el trabajo”. “La fórmula es hacerlo de manera natural y artesanal, como lo hacían nuestros bisabuelos”, comenta la mayor de las hijas de Antonia Butrón, señalando que sus productos no conservantes ni aditivos, “las materias primas son naturales y una buena harina, leche, mantequilla”.

La empresa proviene de una estirpe de panaderos durante varios años, siendo ya la cuarta generación. Su madre, Antonia Butrón, persona inquieta e innovadora, tuvo la idea de hacer una empanada, hoy estrella de la casa: la de jamón, queso y dátiles. Y ahí se obró, y nunca mejor dicho, la magia: “el contraste del dulce y el saludo fue fabuloso”. Tras probarla una clienta se la encargó y ahí comenzó, casi sin quererlo, la expansión mundial del mundo de la empanadería.

Las empanadas de dátiles, estrella de la casa. FOTO: MANU GARCÍA

Entre sus productos a día de hoy destacan las empanadas de cabello de ángel con jamón ibérico o las tradicionales empanadas de carne o atún, eso sí, con un misterioso pisto secreto. A los largo de estos años han ido aumentando la familia empanadera hasta probar con otros sabores. Así, para la Feria de la Cerveza chiclanera se han traslado hasta Múnich y Frankfurt creando dos nuevas recetas inspiradas en el universo germano. Saben que tienen una joya entre las manos, por ello han registrado la marca ‘Despanada’, que viene a ser una empanada pero sin cubrir, dicho de otro modo, “como una especie de pizza, pero con hojaldre”. En el momento de la entrevista estaban probando los ingredientes y creando los primeros productos, constando de salchichas, verduras, mostaza, entre otros.

Con los diferentes establecimientos, la empresa ha crecido en cuanto trabajadores y locales, “unas 55 personas que generan riqueza a la localidad”. Aunque bien es cierto que no han querido tocar el obrador porque para la familia Butrón “la esencia hay que mantenerla”. No obstante, esto no es óbice para probar no solo otros sabores sino otros segmentos de mercado.

Antonia Butrón y su marido posando para la fotografía. FOTO: MANU GARCÍA

Este es el caso de la nueva línea en la que están trabajando dedicada al mundo de las celebraciones. “Hemos instalado en varias bodas nuestro pequeño montaje para que en las recenas coman nuestros productos”, resalta con orgullo con Carmen. ¿El resultado? Se lo pueden imaginar: todo un éxito. “Cuando abrimos el puesto empiezan como locos a llevarse las empanadas, tiene su trabajo pero merece mucho la pena”. Esta línea para celebraciones lo mete de lleno en el mundo gastronómico ideal para los postres porque no hay que olvidar que Butrón también ofrece productos como rosquillas, palmeras con todo tipo de cobertura y dulces variados.

Desde Chiclana se obran empanadas de toda clase, con diferentes ingredientes, pero manteniendo la base principal que le ha hecho a una familia de panaderos erigirse con todo un emporio empanadero. Su ingrediente principal, el cariño con el que realizan sus productos.

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Luis Rossi

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