Cómo sabe Macharnudo en una copa de Harveys... o cómo me supo a mí en Vinoble 2022

Antonio Florido ofrece una cata en la que explora la mineralidad de los vinos de las Bodegas Fundador: "En nuestras viñas hubo un mar hace millones de años"

La cata en la Mezquita, ofrecida por el enólogo Antonio Florido de Bodegas Fundador
La cata en la Mezquita, ofrecida por el enólogo Antonio Florido de Bodegas Fundador MANU GARCÍA

Si hay algo parecido a una catedral en las viñas del Marco de Jerez es el cortijo El Majuelo, ahora Castillo de Macharnudo. En torno a esta histórica finca se encuentra el pago homónimo, el más alto de los viñedos de la campiña jerezana con la excepción de Gibalbín —unos 130 metros en su punto máximo—. En sus tierras, las más albarizas de las albarizas, dicen que está la pureza del jerez. Prácticamente sin materia orgánica, la tierra caliza abraza las cepas de palomino fino con sutileza y distinción.

Tal vez ese sea el secreto de los vinos de Bodegas Fundador. Así lo deja entrever su Director de Enología, Antonio Florido, que este lunes por la tarde ofreció en Vinoble 2022 la cata Minerales y fósiles, el origen singular de los vinos de Bodegas Fundador. Florido ayudó a conocer alguno de los (micro)misterios que esconden las viñas de Macharnudo, donde Bodegas Fundador tiene unas 200 hectáreas de viñedo.

Antonio Florido, enólogo de Fundador, posa con una copa de Harveys en la cata
Antonio Florido, enólogo de Fundador, posa con una copa de Harveys en la cata.    MANU GARCÍA
Siete jereces que representan al Macharnudo de Bodegas Fundador
Siete jereces que representan al Macharnudo de Bodegas Fundador.    MANU GARCÍA

La marca, que está investigando sobre los orígenes y la composición de las tierras de su viñedo, ha encontrado multitud de microorganismos que enriquecen al jerez desde la parra a la copa. Sus investigaciones, que verán la luz en una publicación este año, son una de las motivaciones de esta cata vertical en la Mezquita del Alcázar de Jerez.

"El músculo del pago está aquí", dice Antonio Florido al comienzo del encuentro con siete jereces en rama muy singulares, que se ofrecen en la copa prácticamente sin filtrar. Entre los especiales, destaca el primero: un sobretablas. En el mosto se aprecia la mineralidad. "En nuestras viñas hubo un mar hace millones de años", recuerda el enólogo, refiriéndose a la depresión bética y los sedimentos sobre los que luego se consolidó gran parte de la Baja Andalucía. La distinción llega a su cénit en el pago de Macharnudo, en el que desde el mito —y la realidad— siempre se ha dicho que está El Dorado del Marco de Jerez. 

Mosto, fino de seis años, fino camino del amontillado con un poco de crianza oxidativa y amontillado. La esencia de Harveys —los jereces de Fundador origen y final de esta cata— que también guarda el secreto de la vendimia nocturna y una selección de las levaduras con fermentación controlada. Para continuar, el mosto que oxidándose ya va para oloroso. "Es un oloroso con mosto de primera yema", insiste Florido sobre la excepcionalidad. A este (proto)oloroso, se le suma un oloroso y, para terminar, un oloroso viejo. De dulce tostado a nueces ahumadas. Pero, ¿cómo sabe Macharnudo? O mejor dicho, ¿cómo me supo a mí?

El enólogo de Fundador con uno de los vinos de crianza biológica de la cata
El enólogo de Fundador con uno de los vinos de crianza biológica de la cata.    MANU GARCÍA
Una asistente a la cata de Fundador con uno de los jereces de crianza oxidativa
Una asistente a la cata de Fundador con uno de los jereces de crianza oxidativa.    MANU GARCÍA

Donde más noté Macharnudo fue en el jerez encabezado sin crianza y en el jerez de crianza biológica. Primero, en el sobretablas. Luego, mucho más, en el primer fino: una auténtica delicia. Dice Florido que los enólogos llaman "tiza" a esta sensación de mineralidad o salinidad que sentí en aquel momento. Una tiza algo diferente a la que se utiliza para escribir en las botas de nuestras bodegas, pero cercana al recuerdo de uno de esos caramelos de pastilla de la infancia sin ningún azúcar, sin glicerol, sin nada que no sea uva y cal. Un caramelo, si se me permite la paradoja, de palomino fino. Peculiar cuanto menos.

Vinoble 2022, un (re)encuentro muy esperado

Si algo hace característico a esta undécima edición de salón de vinos nobles es la vuelta a la normalidad. Había muchas ganas de Vinoble tras cuatro años de ausencia por la covid-19.

El stand de Bodegas Fundador en Vinoble 2022, en el interior del Palacio de Villavicencio
El stand de Bodegas Fundador en Vinoble 2022, en el interior del Palacio de Villavicencio.    CANDELA NÚÑEZ

En el Alcázar de Jerez, los profesionales, acreditados e invitados a la gran cita vinícola de la ciudad han vuelto a encontrarse con el jerez y la manzanilla, a la que han dedicado la XI Edición por la capitalidad gastronómica de Sanlúcar de Barrameda de este 2022. La cita también ha sido una oportunidad para sentarse con el oporto, el cava, los vinos de Málaga o los de La Palma después de un año muy complicado. Ahora toca brindar deseando que pasen dos años —y no cuatro— para el próximo choque de catavinos. Chinchin. 

Sobre el autor:

Sebastián Chilla.

Sebastián Chilla

Jerez, 1992. Graduado en Historia por la Universidad de Sevilla. Máster de Profesorado en la Universidad de Granada. Periodista. Cuento historias y junto letras en lavozdelsur.es desde 2015. 

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