Andalucía es rica en pequeños pueblos que pasan desapercibidos para el turismo masivo, pero que son joyas que visitar. Es el caso de Baños de la Encina, un municipio de la comarca Norte de Jaén situado al pie de Sierra Morena que está considerado como uno de los pueblos más bonitos de España.
Aunque lo de pasar desapercibido era algo del pasado y es que el citado título concedido por la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España, cada vez atrae a más visitantes curiosos por descubrir esta preciosa localidad.
Según ha consultado El Ideal, se han registrado cifras récord de turistas. Justamente, en 2022 Baños de la Encina registró la visita de 33 mil personas. Cuando sus máximos históricos previos no pasaban de 15.000.
Sin embargo, tras la pandemia muchos comercios de hostelería y hoteles tuvieron que cerrar. No obstante, tras el nombramiento, el municipio ha tenido que reinventarse y abrir más hoteles y restaurantes para que el turismo no se vaya a pueblos cercanos. De hecho, el ayuntamiento de Baños lanzó una estrategia para incentivar el emprendimiento y atraer a empresarios o autónomos que quisieran tener allí su negocio.
Sobre el pueblo
Rodeada de las Sierra de Andújar, esta localidad se encuentra formaciones de media montaña que contienen un verdadero ecosistema mediterráneo integrado por masas de encinas, alcornoques, pino piñonero y matorrales.
Baños de la Encina ha acumulado un rico patrimonio artístico que ha sabido conservar satisfactoriamente. Desde el castillo califal hasta la parroquial de origen gótico, desde la exuberancia barroca del camarín de su santuario hasta la austeridad blasonada del Concejo, desde el señorío de sus palacios hasta sus molinos del siglo XVIII, el pueblo conserva su identidad monumental que evoca su importancia histórica, el poderío económico de su nobleza y su interés por simbolizarlo arquitectónicamente.
En cuanto a su gastronomía, la rica fauna cinegética de Sierra Morena la que enriquece y da variedad a la cocina de Baños, la llamada “carne de monte”, en los sabrosos adobos preparados con hierbas aromáticas de la sierra, y luego frita con aceite de oliva virgen, y donde el exponente gastronómico de mayor nombradía lo tenemos en el “venado a la bañusca”.
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