Kiko Rivera ha reaccionado con contundencia a las declaraciones de Luz María Escalera, una de las figurantes de su último videoclip, que en el programa Fiesta denunció un trato inadecuado durante la grabación. Según su testimonio, el rodaje tuvo lugar en Sevilla, en pleno mes de julio y con altas temperaturas, y “no nos dieron ni agua”.
También afirmó que el hijo de Isabel Pantoja prestó más atención a otras dos chicas que a su grupo y que, tras marearse, su pareja tuvo que ir al coche a por un paquete de galletas.
La respuesta de Kiko Rivera
El artista ha negado rotundamente estas acusaciones y ha defendido que todos los participantes -unas 50 personas- contaron con comida y bebida. “No suelo perder el tiempo en dar importancia a cosas que no la merecen. Pero viendo cómo se ha distorsionado la realidad, me veo en la obligación de aclararlo”, señaló.
"Ni soy camarero personal de nadie"
En sus redes, Rivera afirmó que "el problema aquí no es la comida ni la bebida… es la clase. Y esa, cuando no se tiene, ni la mejor barbacoa del mundo, la arregla". Además, se dirigió directamente a la figurante: "Ni soy camarero ni mucho menos el camarero personal de nadie. Llama la atención cómo hay personas con la lengua larguísima para criticar, pero con los brazos demasiado cortos para alcanzar un refresco o acercarse a por un plato".
El DJ zanjó el asunto asegurando que, en futuros proyectos, solo contará con personas que aporten, y no con quienes “vengan a buscar protagonismo inventando cuentos”.
Debate en el plató de 'Fiesta'
La polémica generó reacciones entre los colaboradores. Adriana Dorronsoro reflexionó sobre las personas que han traicionado a Kiko Rivera, a lo que Omar Suárez replicó. "No beatifiquemos a Kiko", dijo, explicando que él también tuvo conflictos con su madre. Marta López salió en defensa del DJ: "Este chico tenía una herencia que le ha dejado su padre y que no ha visto. Me parece la peor de las traiciones".



