El actor Adrián Gordillo, conocido entre otras cosas por su interpretación de El Mecos en la serie Aída, ha relatado públicamente la grave situación personal y económica que atraviesa en la actualidad. El intérprete ha confesado encontrarse arruinado tras una trayectoria marcada por un éxito temprano que, con el paso de los años, se ha transformado en una profunda inestabilidad laboral y emocional.
Su testimonio se produjo durante una intervención en el programa El tiempo justo, donde describió con crudeza el momento vital que atraviesa. "No estoy abajo, estoy en el infierno. Lo estoy pasando fatal, es que no tengo ni para comer".
Del éxito precoz a la caída personal
Gordillo, ganador de un premio Goya con apenas 13 años por su participación en el cortometraje Sueños. Según relató, aquel éxito le situó en una posición privilegiada dentro del sector y de la vida social, una etapa que describió afirmando que “tenía todo, todos en mis manos, los mejores restaurantes, los mejores amigos, las mejores discotecas, todo, todo, todo”.
Sin embargo, el actor explicó que esa etapa quedó atrás y que su descenso ha sido progresivo y doloroso. Al referirse a las causas de su situación, apuntó directamente al impacto de un estilo de vida desordenado, asegurando que “la noche es muy mala”. En ese mismo relato confesó que lleva mucho tiempo sin ser feliz y que actualmente está arruinado, intentando salir adelante con cualquier empleo disponible.
Un llamamiento público en busca de trabajo
En su intervención, Gordillo detalló que ha tenido que aceptar trabajos alejados de la interpretación para poder subsistir. Según contó, ha trabajado “de mozo de almacén, de albañil, lo que sea para salir adelante”, una realidad que contrasta con la etapa en la que acumulaba proyectos audiovisuales de forma constante.
El actor también lanzó un llamamiento en busca de ayuda y oportunidades laborales, relatando que “he pasado de tener seis películas y tres proyectos más a que no te llamen ni para una prueba”. En ese contexto, reconoció que nunca imaginó verse en la necesidad de pedir ayuda, afirmando: “No tengo ni para comer, de estar arriba del todo a estar arruinado. Quiero ayuda, quiero ayuda, nunca me veía haciendo una entrevista pidiendo ayuda”.
Finalmente, Gordillo quiso subrayar que su demanda no se centra en recibir dinero, sino en recuperar su lugar en el mundo laboral. En ese sentido, explicó que “la ruina llega cuando no hay dinero y no hay trabajo, yo no quiero dinero, quiero trabajo para tener ese dinero”, y lamentó haber pasado “de tener un Goya y mil amigos a no tener nada, a nadie que me apoye”, recordando además que tiene un hijo y que su situación actual es de absoluta precariedad.
