Los últimos datos proporcionados por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente , vuelven a desvelarnos la cruda realidad que atraviesa la sociedad en cuanto se refiere al desperdicio de alimentos, al comprobar que seguimos desechando 1,47 Kg de alimentos y bebidas a la semana por hogar en España. De éstos, el 81,3% corresponden a alimentos sin elaborar. En el informe sobre la evaluación del semestre comprendido entre otoño y la primavera de 2017, los hogares españoles se conciencian a la hora de tirar comida desde el plato, sin embargo son más los que tiran alimentos desde la nevera. La tendencia al alza es alarmante y es en el caso de las frutas, lácteos y cárnicos los que principalmente originan el aumento de 43,4 millones de kg/l de productos sin elaborar desperdiciados.
Teniendo en cuenta los datos procedentes de la FAO, 793 millones de personas padecen problemas de desnutrición a nivel mundial, y según Eurostat, aproximadamente el 9,6% de la población europea no puede acceder a la comprar de comida de calidad cada dos días. Desaprovechar alimentos en su totalidad también supone un uso innecesario de recursos naturales desde el punto de vista de la sostenibilidad y la salud de nuestro planeta, ya que se conoce que por cada kilogramo de alimento producido, 4,5 kg de dióxido de carbono (CO2) se expulsa a la atmósfera contribuyendo al consabido cambio climático. El problema está presente pero las soluciones han ido llegando a cuenta gotas. Hasta la actualidad, el año pasado y el actual, cuando reconocidas empresas de manufacturación de alimentos, organizaciones y estamentos públicos han empezado a colaborar de forma individual y poniendo en común diversas actuaciones en pro de fomentar una cultura de concienciación sobre cuestiones relativas al desperdicio de alimentos.
El asunto ataca transversalmente a todos los eslabones de la cadena alimentaria. Se desecha desde el origen hasta el propio consumidor que “echa a la basura” alimentos que muchas veces por descuido u olvido, ha considerado como residuo, alimentos que quizás, podríamos haber evitado que tuviesen ese destino final.
Propuestas de mejora
España es el séptimo país europeo que más desperdicia en la Unión Europea (no en todo vamos a ser los primeros) y desde la Asociación de Empresas de Gran Consumo (AECOC) han presentado un conjunto de iniciativas destinadas a proporcionar información necesaria para crear una conciencia que cambie el rumbo que ha adoptado la situación. La propuesta de la celebración de una semana en las principales cadenas distribuidoras, antes de que termine este año, contra el desperdicio alimentario, con información para el consumidor, recetas de aprovechamiento y actividades para niños.
Otros acuerdos son la puesta en marcha de una campaña en centros de educación primaria de toda España para sensibilizar a los niños, concienciar al consumidor de que las frutas y verduras "imperfectas" son tan buenas que el resto para el consumo ya que tienen las mismas propiedades, y la publicación de una guía de buenas prácticas contra el desperdicio alimentario en los procesos productivos y de distribución de alimentos. También se difundirá un documento informativo sobre el papel del envase, y se pondrá en marcha un análisis del impacto en la restauración, con el objetivo de pedir raciones más ajustadas y concienciar en la costumbre de pedir para llevar la comida sobrante. Finalmente, se espera que personas reconocidas del mundo gastronómico, ayuden a concienciar sobre el desperdicio alimentario.
La Comisión Europea en sus diferentes acuerdos del Parlamento, han propuesto reducir a la mitad la cantidad desperdiciada para 2030, trabajando en diversas líneas de actuación entre las que se encuentra recogido la ayuda al suministro de donación de alimentos a las diferentes asociaciones colaboradoras de bancos de alimentos y otro bloque dedicado a la información del consumidor, proporcionando conceptos necesarios como por ejemplo puede ser la diferencia entre “consumo preferente” y “fecha de caducidad”.
Recientemente, la empresa estadounidense Tesco, dio a conocer sus datos sobre el desperdicio en todas sus líneas de productos, de los que se refleja que no se han alcanzados los objetivos fijados por la empresa, pero sin embargo se atisba un nuevo horizonte de empresas multinacionales a luchar contra este problema, proporcionando medidas que incentiven una cambio de mentalidad en este sentido.
La solución al problema debe comprender y reunir desde entidades internacionales y grandes multinacionales distribuidoras, productoras y comercializadoras hasta llegar a cada uno de nosotros individualmente, creando una conciencia global e integradora pero a la vez sintiéndonos parte del cambio que se avecina, actuando como personas sensatas con el medio que nos rodea.
Más info en www.foodandsafe.wordpress.com
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