Un plato con insectos.
Un plato con insectos.

Las nuevas tendencias que surgen entre los consumidores y el mercado generan nuevas opciones de alimentos aptas para el consumo, que dentro de nuestra cultura van haciéndose poco a poco un hueco dentro de las estanterías de los supermercados y en las cartas de menús de los restaurantes. Si ya hace unos años la moda del sushi con el pescado crudo ha podido conquistar mercados y atravesar fronteras de forma extraordinaria y siendo acogido espectacularmente, ahora la próxima corriente es el consumo de insectos de forma variada. De hecho en algunos supermercados ya se pueden encontrar, aunque eso sí, el precio es elevado (de 200-500€/kg).

Teniendo en cuenta los datos que aporta la FAO (la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, conocida mundialmente por su siglas en inglés Food and Agriculture Organization) se considera que los insectos constituyen una fracción de la dieta tradicional de al menos 2.000 millones de personas en el mundo. Se comen más de 1.900 especies, principalmente en África y Asia. Lo más consumido son los escarabajos (31%) orugas (18%) y abejas y hormigas (14%). Después les siguen los saltamontes, langostas y grillos (13%), cigarras, saltamontes, chicharritas, cochinillas y chinches (10%), libélulas (3%) y moscas (2%). Además, este organismo internacional apela y enfatiza sobre la creación de estrategias de comunicación y programas educativos que añadan y aporten valor a estos “nuevos” alimentos para ir eliminando de forma progresiva el factor “asco”, tan afianzado en Europa occidental.

Como en muchos casos, Europa va con un poco de retraso respecto a la legislación y normativa, y no ha sido hasta 2018 cuando ha dado comienzo a la libre venta y circulación legal de estos alimentos. Para la Unión Europea, un "nuevo alimento" se define como aquel que " no se ha consumido de forma generalizada antes de mayo de 1997 “. Hace solo tres años, el consumo de insectos carecía de base legal en la Unión Europea y solamente, en algunos países su consumo se producía de forma esporádica. Pero el mercado siempre tendente a cambios continuos, ha  provocado que ahora se identifique su ingesta como  fuente de alimento, tal como aseguraba la FAO en 2013. Países como México cuenta con recetas milenarias como son los chapulines, hormigas o huevas de mosca y se consideran un manjar en todo el país.

El objetivo de los cambios legislativos es que la autorización de nuevos alimentos, en este caso de insectos, sea "sencilla, rápida y eficiente", según la Comisión Europea, para que se puedan comercializar de forma más rápida siempre y cuando se haya demostrado su seguridad. El Reglamento puede frenar o limitar su comercialización, si consideran que supone un riesgo para la salud de los ciudadanos.

Cuáles serían los riesgos y los beneficios

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) planteaba  la consulta sobre los riesgos reales y potenciales de ingerir este tipo de alimento, y los comparaba con los peligros que pueden llegan a ocasionar derivados de fuentes convencionales de proteína animal, concluyendo que  la posible presencia de riesgos biológicos y químicos derivados de los insectos dependerá de los métodos de producción, de lo que se alimentan los insectos, de la etapa del ciclo de vida en la que se recogen, de las especies y de los métodos usados durante el procesamiento. Además, argumentaba que no se conocen casos de transmisión de enfermedades o parasitoides a humanos derivados del consumo de insectos (siempre que se hayan manipulado en las mismas condiciones de higiene que cualquier otro alimento)".

La FAO asegura que comer insectos puede ser una de las actuaciones para solventar el problema del hambre en el mundo. Un extenso y completo informe del organismo publicado  indica que muchas especies tienen tantas proteínas como la carne y que su producción es relativamente barata, e incita a su consumo, tanto por seres humanos como por animales. De momento, ya podemos comer insectos sin ningún tipo de problema, tal como habitualmente consumimos los productos que encontramos en los supermercados, ¿La gran diferencia? Que son alimentos que en raras ocasiones o nunca hemos probado y que cuando hemos visto algún insecto, no ha sido precisamente en un plato de un restaurante. ¿Quién se atreve primero?

Sobre el autor:

MIGUEL ANGEL GRANADO ALCEDO ByN

Miguel Ángel Granado

Formación y Comunicación Alimentaria - www.foodandsafe.org

 

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