El Gobierno de España aprobó este pasado lunes un paquete de medidas destinadas a conseguir un mayor ahorro energético. El objetivo es reducir el consumo del gas en un 7% y enfrentar las consecuencias derivadas de la guerra en Ucrania.
Entre las medidas aprobadas, la normativa fija que la temperatura del aire acondicionado no podrá ser inferior a los 27 grados en verano. En invierno, la calefacción no podrá superar los 19 grados.
La temperatura se convierte en un aspecto clave para el consumo del aire acondicionado. El Instituto para la Diversificación del Ahorro y la Energía, del Ministerio de Industria, Energía y Consumo, establece que la temperatura ideal en un ambiente de vivienda está ubicada entre los 23 y los 25 grados.
Al subir de los 25 grados habrá más sensación de calor, y al descender de los 23 grados el aire tiende a estar más reseco, por lo que aumenta el consumo de energía. Según el IDAE, cada grado que desciende la temperatura supone entre un 5% y un 7% de gasto elevado para el consumo y la factura de final de mes.
Según un estudio del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, por cada grado que subimos de aire acondicionado ahorramos un 10% en la factura final.
Otras medidas que se incluyen en el plan es no dejar las puertas abiertas en estos espacios cuando se esté haciendo uso del aire acondicionado y de la calefacción; apagar los escaparates a partir de las 22 horas; los edificios públicos deberán permanecer a oscuras cuando no estén en uso; y habrá que revisar las caldera e instalaciones térmicas. Los edificios afectados tendrán hasta el 30 de septiembre para instalar un sistema de cerrado de puertas.
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