El Gobierno de España ya ha puesto fecha al fin de la obligatoriedad de las mascarillas en interiores. Será el próximo 19 de abril cuando el Consejo de Ministros retire esta medida, justo unos días después de que acabe la Semana Santa. Sólo habrá dos excepciones: los espacios sociosanitarios y el transporte público.
Sin embargo, aunque en el entorno laboral no será obligatorio, algunos trabajadores de cara al público podrían preferir mantenerla para evitar riesgos. Cada día estas personas están en contacto con muchas personas diferentes y la mascarilla se ha convertido en el mejor aliado, tanto para la seguridad propia como la del cliente. Las redes sociales han abierto el debate de qué pasará ahora, que la ley no obliga en los entornos laborales ¿podría seguir siendo opcional?
“Esta mañana he visto una cosa respecto a las mascarillas que no me ha gustado nada y me ha hecho darme cuenta de que vamos a tener un problema diferente en los negocios de cara al público cuando dejen de ser obligatorias”, escribía la tuitera Eva Pals.
Esta mañana he visto una cosa respecto a las mascarillas que no me ha gustado nada y me ha hecho darme cuenta de que vamos a tener un problema diferente en los negocios de cara al público cuando dejen de ser obligatorias 👇
— Eva Pas (@bephantol) April 11, 2022
“He preguntado en el hotel que qué política van a seguir ellos a partir del día 20, la chica de recepción me ha dicho que no sabía, pero que ella con tantos clientes pensaba seguir llevándola, justo estaba la jefa por allí y le ha preguntado”, proseguía contando y añade que en ese momento la jefa, que se estaba enterando de la conversación dijo que tras ese día las quitarían y seguidamente “le echó una mirada de perro”.
Aquí es donde la usuaria planta el debate: “Esto me ha hecho pensar que, en pro de la atención al cliente, de la buena imagen, de la mejor comunicación... Va a haber muchos jefes que no van a dejar a sus empleados llevar la mascarilla a partir del día 20”.
“Sea por el motivo que sea no podemos usar (una vez más) la precariedad laboral y el miedo a perder un puesto de trabajo para presionar a los trabajadores y despojarles de sus derechos”, finaliza acertadamente.
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