El consejero de Turismo de la Junta de Andalucía, Arturo Bernal, ha lanzado un mensaje claro que no ha pasado desapercibido: “No estamos muy contentos de cómo Aena está manteniendo nuestros aeropuertos”. Con esta crítica, recogida en un reportaje de El Confidencial, el dirigente andaluz abre un debate sobre la gestión de competencias aeroportuarias por parte de las comunidades, algo que hasta ahora no se había alcanzado.

Bernal reconoce que la Junta ya está valorando fórmulas para cogestionar o incluso entrar en el accionariado de una empresa que permita impulsar un modelo propio. “Estamos pensando si hacer un acuerdo de cogestión o entrar en el accionariado de una empresa que pudiera desarrollar una Aena andaluza". El planteamiento debe ser sólido y coordinado con la Consejería de Fomento, responsable de Transportes. “Hemos hecho los números y tenemos que verlo también con la Consejería de Fomento. Queremos tenerlo más armado y lo que se plantee hay que hacerlo motivado”.

El malestar de la Junta se centra en que, según Bernal, Aena ha convertido los aeropuertos en grandes centros comerciales, priorizando las tiendas y restaurantes frente a la mejora de infraestructuras. Una crítica que choca con la versión del sector, que justifica que “los ingresos de las tiendas y restaurantes autofinancian las inversiones”.

En este mismo contexto, Bernal arremetió contra las inversiones anunciadas recientemente por el Gobierno: “Es un fotomontaje. El papel lo aguanta todo. Teniendo la posibilidad de haber hecho estas inversiones en el Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA II), ¿por qué no lo han hecho antes?”.

El debate se produce en un momento delicado. Hace apenas unos días, las acciones de Aena se desplomaban un 4% en Bolsa mientras el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciaba desde Alicante un ambicioso plan de inversiones de 12.888 millones de euros entre 2027 y 2031. El objetivo: ampliar la capacidad de los aeropuertos españoles para atender el crecimiento del turismo. Esta pasada semana, en el Congreso, el partido de Puigdemont, Junts, abrió el melón para pedir las competencias de Aena para la Generalitat. El Parlament Balear, gobernado por el PP, aprobó una moción de los regionalistas de Mes que apoyaron los populares en ese mismo sentido.

Pelea con Ryanair

A este escenario se suma el enfrentamiento abierto entre Aena y Ryanair. La aerolínea irlandesa ha decidido reducir drásticamente su presencia en varios aeropuertos españoles alegando “tasas aeroportuarias excesivas y poco competitivas”. Desde Aena, la respuesta no se hizo esperar: calificaron la postura de la compañía de “lloriqueo”, “embaucamientos” y una “infumable estrategia de extorsión”. La empresa pública defendió que las tarifas están reguladas por ley y que las inversiones se financian con recursos propios, no con ayudas públicas.

En paralelo, la polémica también salpica a Andalucía, donde Aena gestiona seis aeropuertos y un helipuerto. Málaga, Sevilla, Jerez, Granada-Jaén... son hoy auténticos motores económicos que generan más de 16.400 empleos y conectan con 270 destinos en una treintena de países.

La alcaldesa de Jerez lamentaba la falta de inversiones y acusaba al Gobierno de querer cerrar su aeropuerto al no contemplar en el plan de inversiones la ampliación de su pista. “¿Qué le hemos hecho los jerezanos a Pedro Sánchez?". Desde el PSOE, en cambio, recuerdan que las inversiones deben ser “rentables y sostenibles” por ley, y que solo se plantearía esa ampliación si alguna aerolínea solicitase operar vuelos de largo radio.

La confrontación entre administraciones, aerolíneas y el propio gestor aeroportuario estatal dibuja un panorama complejo. En medio, surge la pregunta clave: ¿puede Andalucía avanzar hacia un modelo propio de gestión aeroportuaria que rivalice con Aena?

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Pablo Fdez. Quintanilla

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