"Tengo 11 años y como yo, 73 millones de niños siguen trabajando en las peores condiciones, explotados"

Unicef, con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, pone en marcha la campaña 'The unescape room' para concienciar del problema de la explotación

Fotograma del vídeo 'The Unescape Room' de UNICEF.
Fotograma del vídeo 'The Unescape Room' de UNICEF.

"Tenía 5 años cuando empecé a trabajar en las minas de diamantes". Es la historia de Kalala, un chico de 12 años que vive en la República del Congo y trabajaba de sol a sol para ganar entre uno y dos dólares diarios. Con ese dinero compraba ropa, comida y ayudaba a su familia. “Cuando era pequeña, iba vendiendo por las calles. Cuando iba a trabajar, los hombres me pedían que me acostara con ellos”. Este otro es el testimonio de Hadiza, nigerina de 15 años. A los 12 empezó a trabajar como asistenta para un hombre con tres esposas, cuyos hijos insultaban a sus padres muertos. Le pagaban 6 dólares al mes.

“Cuando era pequeña, iba vendiendo por las calles. Cuando iba a trabajar, los hombres me pedían que me acostara con ellos”

Mohamad, libanés, con 15 años tiene las manos destrozadas de trabajar en una fábrica de cemento. Rei Seng, de 13 años, gana 3 euros al día asfaltando caminos en Birmania. Halima tiene 10 años, es de Costa de Marfil y trabajó recogiendo cacao en el campo. La lista podría ser eterna, ya que 152 millones de niños y niñas trabajan en el mundo. Más de la mitad, 73 millones, lo hace en condiciones extremas y peligrosas que amenazan su seguridad, salud, educación y desarrollo. No tienen salida alguna. Viven explotados, sin escapatoria. La mayoría en África Subsahariana y Asia. "Si no actuamos ya, les condenamos a una vida de pobreza y exclusión".

https://www.youtube.com/watch?v=AN4D-hkBN7w

Unicef recoge algunas historias que son tan solo la punta del iceberg. Con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, la ONG ha lanzado una campaña bajo el nombre The unescape room: ¿Cuántas horas aguantarías trabajando en una mina de oro?’. En ella podemos ver cómo un grupo de adultos accede a jugar a un escape room y se encuentran en una mina con un capataz despiadado que les exige que busquen oro. El grupo desconoce la intencionalidad de la actividad hasta el final, cuando aparece en pantalla Asatu, una niña de 11 años.

“Tú has podido escapar en menos de una hora, pero imagina que esta fuera tu realidad todos los días, trabajando sin descanso doce horas, arriesgando tu vida con todo tipo de abusos. Y no solo en una mina, también en vertederos, mendigando, en la fábrica o en el campo, como sirvienta o siendo explotada sexualmente. Imagina todo esto siendo tan solo una niña, vulnerable, sin salida, sin nadie que te defienda o que grite por ti. Me llamo Asatu, tengo 11 años y como yo, 73 millones de niños siguen intentando ver una salida, trabajando en las peores condiciones, explotadas. ¿Sigues pensando que solo somos una cifra?”.

https://www.youtube.com/watch?v=n2p8G5mUTRg

Estos niños trabajan en minas, respirando aire tóxico, de sol a sol, manipulando con sus manos desnudas sustancias químicas peligrosas, en vertederos, en las calles, en fábricas. También en plantaciones manejando maquinaria peligrosa, como empleadas domésticas, a veces a cambio de deudas, y sufriendo castigos y abusos por parte de sus empleadores. El vídeo de Unicef está acompañado por los testimonios de los participantes en la actividad. Muchos respondían entre lágrimas después de la presión sufrida y al conocer que la situación es diaria para muchos niños en el mundo. "Necesitamos experimentarlo en carne propia para entenderlo".

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Estefanía Escoriza

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