El santo principal del 31 de diciembre es San Silvestre I, papa de la Iglesia entre los años 314 y 335. Su pontificado se desarrolló en una etapa histórica trascendental, marcada por el fin de las persecuciones contra los cristianos y el reconocimiento de la libertad religiosa tras el edicto promulgado por el emperador Constantino.
Durante su ministerio, San Silvestre I fue testigo del crecimiento público de la Iglesia y del inicio de una nueva relación entre el cristianismo y el Imperio romano. Bajo su pontificado se impulsó la construcción de importantes basílicas en Roma, como San Juan de Letrán y la antigua basílica de San Pedro, símbolos visibles de una fe que dejaba la clandestinidad para convertirse en parte de la vida social.
Aunque no participó personalmente en el Concilio de Nicea, celebrado en el año 325, San Silvestre I estuvo representado en él y respaldó sus decisiones, especialmente la defensa de la divinidad de Cristo frente a las herejías de la época. Su pontificado consolidó la estructura de la Iglesia y abrió un tiempo nuevo de estabilidad y organización, convirtiéndolo en una figura clave del cristianismo antiguo.
Otros santos y beatos celebrados este 31 de diciembre
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Santa Melania la Joven
Mujer de familia noble romana que renunció a una gran fortuna para llevar una vida de pobreza, oración y servicio a los pobres. Destacó por su entrega radical al Evangelio y su influencia espiritual en Oriente y Occidente. -
San Zótico de Constantinopla
Sacerdote conocido por su caridad con los pobres y enfermos. Fue perseguido y martirizado por defender a los más débiles y denunciar injusticias. -
San Columba de Sens
Joven mártir venerada por su firmeza en la fe cristiana y su resistencia ante la persecución, especialmente recordada en la tradición francesa. -
San Hermias
Mártir de los primeros siglos, venerado por su fidelidad a Cristo hasta la muerte en tiempos de persecución.


