Lo sucedido en la Hermandad de la Paz con el paso de palio es sencillamente increíble. El domingo 19 de marzo la cofradía, en un comunicado, informó de la destitución del capataz del paso de palio. La causa fue la falta de costaleros para completar una cuadrilla.
Viendo venir la situación que se podría presentar el día de la salida procesional, el Lunes Santo, la junta de gobierno adoptó esta drástica medida nombrando al frente del palio del Refugio al actual capataz del Soberano Poder. La igualá del nuevo capataz se llevó a cabo nueve días antes del Domingo de Ramos.
Según explica el hermano mayor, al día de hoy la situación es totalmente la contraria, ese paso de palio cuenta con tres cuadrillas y algunos reservas más, los denominados picos. En total casi un centenar de costaleros. Un dato, el capataz se encontró con 36 hombres para igualar en un mismo palo o trabajadera, algo nada común.
En este contexto de cambio de capataz siempre surgen descontentos e incluso enfados. Este es el caso de un costalero de la antigua cuadrilla, de 20 años de edad, que ha hecho saber a lavozdelsur.es su decepción por haber quedado fuera de la cuadrilla actual: “Nunca creí que me fuesen a traicionar a una semana de estar debajo de mi Virgen, y ya no solo traicionar, sino cuestionar mi compromiso con la misma”.
Éste expresa también su indignación al asegurar que los costaleros del anterior capataz han quedado fuera como él mismo. “Lo que más me dolió fue ver como se infravaloraron mis sentimientos y los de todos mis compañeros, excusándose de nuevo bajo el lema de las cosas son así y ya está”.
El hermano mayor, Jesús Caro, ha sido explícito al afirmar que “la hermandad veía una situación extrema en el paso de palio y a pocos días de la Semana Santa, por lo que tuvimos que reaccionar suspendiendo al capataz y nombrando a otro” y subraya que “desde ese momento toda la responsabilidad quedaba en sus manos y en su criterio a la hora de formar las cuadrillas”, lo único que se le indicó fue “que en la medida de lo posible se respetara a los que fueran hermanos de la cofradía”.
Como en casi todas las hermandades, las cuadrillas de costaleros, exceptuando unas pocas, están integradas por hermanos de la cofradía y gente de afuera que acuden a la llamda ya sea por afición, por seguir a su capataz o porque le gusta el paso y la cofradía. Esa es la realidad de lo que se vive tras los faldones aquí y en casi todo el orbe cofrade.


