San Flavio fue un destacado oficial del ejército romano y gobernador en la ciudad de Nicomedia (actual Turquía), durante la época de las persecuciones bajo el emperador Diocleciano. Cuando se desató una violenta represión contra los cristianos, Flavio se mantuvo firme en su fe, rehusando ofrecer sacrificios a los dioses paganos.
Fue arrestado, torturado y finalmente decapitado por su negativa a apostatar. Su valentía y coherencia ante la muerte lo convirtieron en un símbolo de integridad cristiana. La Iglesia lo celebra como modelo de resistencia y fidelidad al Evangelio.
Otros santos y beatos
San Juan de Beverley (c. 721) Obispo de York, Inglaterra. Fue un pastor ejemplar, educador y promotor del conocimiento entre el clero. Fundó el monasterio de Beverley y es recordado por su sabiduría, su humildad y su amor por los pobres.
Santa Domitila de Terracina, mártir (s. I) Sobrina del emperador Domiciano, se convirtió al cristianismo y fue perseguida por ello. Murió mártir junto a sus sirvientas Eufrosina y Teodora, prefiriendo la muerte antes que renunciar a su fe.
San Agustín Roscelli († 1902) Sacerdote italiano, fundador del Instituto de las Hermanas de la Inmaculada Concepción. Dedicó su vida al servicio de las niñas abandonadas, a los pobres y a los marginados, siendo canonizado por san Juan Pablo II en 2001.
San Juvenal de Narni († c. 369) Obispo de Narni, en Umbría (Italia), considerado uno de los primeros pastores cristianos de la región. Defendió a su pueblo frente a los invasores bárbaros y propagó la fe con celo apostólico.
Beato Antonio de Mayolo († 1070) Monje cisterciense y abad de Cluny. Se destacó por su piedad y su influencia reformadora en la vida monástica, contribuyendo a la expansión de Cluny como centro espiritual de Europa.
Beata María Rosa Pellesi († 1972) Religiosa italiana de la Tercera Orden Franciscana. Padeció tuberculosis durante gran parte de su vida, pero ofreció sus sufrimientos por los pecadores y vivió en santidad dentro del convento.