La sala multimedia del complejo de la Atalaya volvió a ser el lugar donde se presentó el cartel de la Semana Santa, un acto que, más allá de la mera exposición de la obra que anuncia la semana mayor, se constituye en una pseudo presentación de la Semana Santa. No se trató solo de dar a conocer el cartel: hubo música procesional interpretada por la banda municipal, saeta y discursos, e incluso prosa en la introducción del evento.

“El primer acto cofrade en tiempo precuaresmal”, así lo proclamó el consejero Rafael Marín, que actuó como conductor de la cita. Se llenó el espacio de la Atalaya. No cabía nadie más. Contó con la asistencia de las autoridades locales, como la alcaldesa, Mamen Sánchez, y representantes de instituciones diversas además de hermanos mayores. Al frente de todo, el presidente de la Unión de Hermandades, José Manuel García Cordero.
Se proyectaron en las pantallas del salón multimedia fotografías de cofradías y titulares de las hermandades y un vídeo promocional dedicado a la Semana Santa, producción que fue una remembranza de los dos años sin procesiones con testimonios de gente cofrade conocida o anónima.

De principio a fin fue una proclamación del regreso de la normalidad a la Semana Santa, algo en lo que coincidieron todos los testimonios y discursos ofrecidos. “Todo será como antes”, es la consigna que se recalcó al máximo. “Es el cartel del optimismo” calificó Marín la obra que se descubrió. Reseñó las diferentes obras realizadas por el autor y la alcaldesa junto al presidente del Consejo quitaron el paño que ocultaba una obra pictórica de estilo realista con el Señor del Prendimiento de medio cuerpo.
El artista eligió pintarlo con la túnica morada bordada, con gran definición del rostro de la imagen y las manos mientras que las potencias las concibió refulgentes en un difuminado acorde con el fondo de la obra que, silueteando al Prendimiento, creó un aura en tonos salmón y marrones como si fuera una nube de incienso y humo de tres cirios encendidos. También hay que fijarse en los guiños que se perfilan: la Catedral y la ermita de San Telmo.

Juan Zarzuela puso el temple y el difícil compás de la saeta en vivo antes de conocerse el cartel que ha creado el joven artista local Julio Rodríguez. Contó que le ha puesto nombre al cartel: “Mágica ilusión”. Confesó que ha dado un giro a su pintura, siempre innovadora, por un cartel de corte clásico con “un puntito de surrealismo”.
Rodríguez explicó los detalles de la obra y todo lo que ha querido plasmar en él: las devociones de sus ascendentes, los detalles que son cercanos al artista, la Semana Santa del reencuentro y el regreso a las calles.

Al final, tras admirarse una obra que fácilmente llegará a todos o casi -se repartió al final del acto ya impreso, agotados rápidamente-, las intervenciones y el ambiente creado fue como una puesta de largo del tiempo que llega oliendo a Cuaresma. Un cartel de calidad sin duda, siempre con la dispensa de expertos y entendidos.