La noche, ese momento sagrado en el que nos apartamos del mundo y nos acobijamos bajo las sábanas, donde buscamos la tranquilidad y pretendemos olvidar el estrés diario. Es como una meta que tenemos que alcanzar para recomponernos, recargar las energías y despertar con las ideas más claras. Durante el descanso, nada debería perturbarnos, aunque, a veces, una extraña presencia puede provocar todo lo contrario. Los denominados Visitantes de Dormitorio son entidades fantasmales que muchos testigos afirman haber presenciado en su habitación, actuando como simples observadores, sin más pretensión aparente que la de incomodar el ambiente, irrumpir en la tranquilidad de la madrugada. Muchas personas interpretan su visión como un aviso, un mal augurio, tal vez una muerte o una desgracia. Otras, en cambio, afirman sentir paz y tranquilidad, no tildando su presencia como algo negativo. También catalogadas como Gente Sombra, estas entidades podrían tener varios propósitos, y también el aspecto puede variar, aunque hoy nos vamos a centrar precisamente en un ser muy característico: El hombre del sombrero.
Tengo en mi archivo de casos extraños la experiencia de una jerezana que, allá por el año 2012, vivió una situación un tanto peculiar relacionada con este tipo de entidades, más concretamente con este ser que porta ese elemento tan característico, como es el sombrero. El caso tiene su historia.
"Por aquel entonces vivíamos solos en casa, puesto que aún no teníamos a nuestro hijo. Mi pareja, como todas las mañanas, se levantaba sobre las seis, y se preparaba para acudir al trabajo. Antes de marcharse, se acercaba a la cama, me daba un beso, encaraba el pasillo, y yo escuchaba como cerraba la puerta al salir. Era un hecho diario, que siempre se repetía. Pero una mañana noté, como siempre, un beso en la mejilla, y al levantar la mirada, vi la figura de un hombre, alto, oscuro, que no tenía rostro, y que llevaba un sombrero negro. La figura en sí era toda oscura. En ese momento no sentí miedo, la verdad. Acto seguido, sale de la habitación y continuó caminando en dirección al pasillo, hasta que escuché el sonido de la puerta de salida cerrarse".
La testigo se extrañó mucho de aquella situación, pero, sobre todo, por la presencia de aquel misterioso hombre con sombrero. Llama la atención que, pese a la extrañeza de la situación, ella no sintiera miedo en ese preciso momento. En el fondo pensó que pudo deberse a una mala pasada de sus pensamientos o a su propia percepción, ya que el escenario se asemejaba bastante al que se producía cada mañana al marcharse su marido hacia el trabajo: un beso, encarar el pasillo y el sonido de la puerta. Pero hubo un detalle importante que la testigo nos cuenta.
"Instintivamente, miré el reloj, y marcaba las ocho y media de la mañana. En ese momento tuve claro que no era mi marido quien me besó minutos antes, aunque también pensé que pudo haberse quedado dormido y se retrasara. Ya solo podía comprobarlo de una forma, así que lo llamé por teléfono para salir de dudas. Y mi asombro fue mayor cuando me dijo que había llegado a la hora habitual, que no tuvo ningún contratiempo y que salió de casa sobre las seis y media, como siempre".
A partir de ese momento, la testigo me confesó que tuvo miedo, ya que desconocía por completo la procedencia de aquel hombre con sombrero que apareció en su habitación, la besó, y se marchó. Su parte más racional temía que alguien hubiera entrado en la casa, algo que podríamos pensar cualquiera de nosotros, pero aquello fue diferente, sabía que algo no encajaba del todo. Este caso lo publiqué en mi obra Expedientes X Jerezanos (Tierra de Nadie Editores, 2023), y recientemente le realicé una entrevista a la testigo para mi video pódcast La Noche Infinita. Tras la publicación, fueron muchos los usuarios de la red Tiktok los que comentaron experiencias similares. Verdaderamente, me sorprendió la cantidad de vivencias relacionadas con este personaje con sombrero, también denominado como Hat Man. Algunos de los comentarios decían lo siguiente:
"Ahora sé que lo vi. Lo confundí con un ser querido, pero ya sé que era él".
"Yo lo vi hace años; pasó rápido por el pasillo, caminaba de forma no natural y solo lo vi de cintura para arriba, pero era similar, un hombre de negro con sombrero".
"Yo lo vi en mi ventana, por fuera de la habitación, mirándome fijamente. Fue por la tarde, sobre las siete".
"Estuve meses viéndolo y teniendo pesadillas con él, y no podía descansar".
"Lo vi hace años, y se quedaba justo enfrente de mi cama".
"Yo lo vi en dos ocasiones. Cierto día, pensaba que estaba dormida aún, pero no. Al cabo del tiempo, durmiendo con mi hermano, fue él quien me despertó, diciéndome que estaba en la puerta, y cuando abrí los ojos lo vi. Fui consciente de que no era cosa mía, que fuimos dos personas las que lo vimos. Se desvanecía poco a poco, no tenía rostro, aunque se percibía que nos miraba, y la sensación era negativa, como si la habitación estuviera muy cargada energéticamente".
"Yo y mi pareja vimos lo mismo, y estábamos despiertos, con todas las luces apagadas, y notamos que se sentaba en la cama".
Como ven, no son pocas las personas que han tenido el infortunio de toparse con esta inquietante figura con sombrero. Incluso hubo un comentario que hacía alusión a la figura que aparece en la conocida bodega Sandeman, la cual, representa perfectamente al ser del que hablamos.
Conocido como el Hat man (El hombre del sombrero), es una entidad bastante conocida, más bien un arquetipo dentro del ámbito de las apariciones, aunque más bien se le relaciona con lo onírico, un ser que se presenta en las pesadillas y es sinónimo de mal augurio, de que algo terrible está a punto de suceder, creando una atmósfera de inquietud, incertidumbre y terror en el momento que se aparece. También se relaciona con el fenómeno de la Gente sombra, como he comentado, siluetas oscuras y con forma humana que muchas personas han tenido el infortunio de contemplar en determinados momentos. Se caracterizan en su mayoría por carecer de rasgos faciales, y su mera presencia transmite miedo, terror, e intranquilidad. Una peculiaridad sobre estas entidades, o, mejor dicho, sobre la manera en la que los testigos la perciben, es que su visión se limita al límite del campo visual del observador, y en el momento que se quiere observar de manera directa, desaparecen.
La teoría oficial en cuanto a su procedencia tiene varias vertientes, como, por ejemplo, fantasmas, los cuales deciden adoptar esa forma de sombra oscura para transmitir una sensación de amenaza. También, entidades demoníacas que se alimentan de la energía negativa generada por el propio miedo del testigo. Interesante, por supuesto, es la teoría de que la procedencia de la gente sombra es debido a cuerpos astrales, la esencia o el rastro que se deja cuando nuestra alma, o material astral, que se manifiesta ante personas que en momentos precisos son capaces de observar. Seres inter dimensionales, extraterrestres, y un sinfín de hipótesis para dar explicación a un fenómeno que, tal vez, no podamos comprender.
La opinión de los psicólogos, (no solo en cuanto al hombre del sombrero o gente sombra, sino a los hechos que ocurren antes o después de dormir), es que se trataría de una manifestación del subconsciente, proyectando aquellos temores que nos atormentan y personificándolos en una figura, ya sea un hombre con sombrero o un monje que siempre realiza el mismo recorrido. Pero… ¿Se puede tomar esta respuesta como definitiva? Evidentemente, no soy yo quien pueda decir que sí o que no, pero sí me atrevería a asegurar que hay mucho más detrás de las apariciones y los hechos que ocurren, no solo en las habitaciones, sino en cualquier lugar, en cualquier momento de la vida. Aunque tenga la procedencia que tenga, y sea por el motivo que sea, el mero hecho de observar a una de estas entidades, no deja de ser un misterio, una anomalía que se escapa de nuestra capacidad de interpretar la realidad.
Y tú, querido lector… ¿Has tenido alguna experiencia con el hombre del sombrero?



