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El jueves se celebra el Día contra el Cáncer de Mama. Hoy, más que una opinión, me gustaría compartir con ustedes una reflexión con motivo de este día y a raíz de unos comentarios que escuché hace dos semanas. Como cada año me tocaba acudir a la consulta del ginecólogo para la revisión anual. Al comentarlo con personas de mi entorno vertieron preguntas y comentarios como los siguientes: “¿Vas porque te pasa algo, te notas algo raro, te encuentras mal?”, “¿No te importa que tu ginecólogo sea un hombre?, ¿No estarías más cómoda si fuera una mujer?”, “Pues yo hace años que no voy a revisión, me encuentro bien”. Y pese a saber que está a la orden del día que muchas mujeres de diferentes edades aún hoy se cuestionan todos estos aspectos, continúa impactándome.

A mis 27 años puedo decir que llevo acudiendo a la consulta del ginecólogo cada año desde hace aproximadamente doce años. Se trata de un tema del que desde la adolescencia me han inculcado su importancia y que he seguido a rajatabla. Por eso cuando escucho las preguntas y comentarios anteriores respondo que voy sin que me pase nada o sin notarme nada raro, que lo hago porque para mí es obligatoria esa revisión anual. Contesto con firmeza que no me importa que mi ginecólogo sea un hombre, que ese pensamiento arcaico para mí no tiene cabida y que lo único que quiero es que me atienda un profesional independientemente del género. Y cuando alguien me dice que no va al ginecólogo desde hace años, tenga la edad que tenga, no puedo hacer otra cosa que considerarlo una irresponsabilidad. Posiblemente sea la consulta médica que más reparo nos da a las mujeres, eso no es ningún secreto. Que revisen y examinen las zonas más íntimas de tu cuerpo es desagradable, pero muy necesario. A veces por vergüenza, por miedo o desconocimiento hay quien prefiere no someterse a una revisión que puede diagnosticar enfermedades que de otra manera serían imposibles de descubrir. Tengamos siempre presente la importancia de la prevención.

Por eso hoy, a dos días de que se celebre el Día contra el Cáncer de Mama, me gustaría aportar mi minúsculo granito de arena desde un punto de vista de una mujer joven, que nunca ha tenido un mal diagnóstico, que no ha pasado por embarazos y que nunca ha sentido algo extraño como para tener un motivo para acudir a su médico, pero que asiste a la cita cada año. Por eso hoy quiero hacer un llamamiento a todas las mujeres para que al menos una vez al año acudan a la revisión ginecológica. Al igual que hacemos con otras causas, unámonos también con llamamientos tan simples y a la vez tan necesarios como este.

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