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A lo largo de la historia, a las personas que padecen algún trastorno psiquiátrico, se les ha estigmatizado de una manera brutal e inhumana. 

A lo largo de la historia, a las personas que padecen algún trastorno psiquiátrico, se les ha estigmatizado de una manera brutal e inhumana. Supongo que no hace falta que les hable de todas las barbaridades que se les ha practicado impunemente a todas esas personas. Pero mi intención no es hablar aquí de historia, sino de presente.

En estos días, los medios de comunicación se hacían eco de una noticia, en apariencia de ‘violencia de género’, con titulares como este: ‘Un guardia mata al batería de Los Piratas cuando agredía a su mujer’. El relato de la noticia nos da a conocer que el ‘agresor’ fue disparado en el estómago por uno de los guardias al atacarlos con un cuchillo. Todo apuntaba a otro caso más de violencia machista.

Horas después, los periódicos volvían a lanzar otro titular, esta vez ofreciendo la versión de Andrea Montes, la mujer de Javier, Hal 9000, el supuesto ‘agresor’: ‘La pareja del batería de Los Piratas niega que él agrediese al guardia civil’. La mujer -incluso la familia de la mujer- defiende a su marido, el cual había sido padre hacía poco, y asegura que fue víctima de una mala práctica que desencadenó en este terrible final. El músico sufría el Síndrome del Trastorno Afectivo de la Personalidad Tipo Bipolar, y según ella, la enfermedad -que es crónica- estaba controlada desde hace 10 años, pero su psiquiatra le había retirado la medicación, pese a que le pidieron en dos ocasiones al facultativo que siguiese con el tratamiento, porque el nacimiento del bebé le había afectado a su situación emocional. Según la familia, los agentes fueron avisados por un caso de ‘brote psicótico’ y no de ‘violencia de género’, como asegura la Benemérita.

Para realizar este artículo de opinión, me he documentado gracias a las experiencias de varias personas con el trastorno bipolar. Ninguna de ellas ha tenido una vida fácil, y gracias a su tratamiento llevan una vida lo más equilibrada posible en la que la agresividad no es ningún problema. En este punto, entra la actuación facultativa y su responsabilidad al mantener o retirar la medicación. Sin duda alguna, un tema muy complicado y que no podemos entrar a valorar sin tener la información necesaria. Al igual que con la actuación de los guardias civiles, aunque creo que disparar un tiro en el estómago no es la mejor manera de reducir a una persona, por muy agresiva que esté en ese momento.

En este país, donde se suele desvirtuar todo, ya estoy leyendo en foros y redes sociales que ‘el culpable es el músico que empezó todo el follón’. La desinformación e insensibilización sobre estas enfermedades hace que se muestre a estas personas como gente peligrosa. Nada más lejos de la realidad.

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