La Delegación Municipal de Servicios Sociales en una foto de archivo. FOTO: EUROPAPRESS
La Delegación Municipal de Servicios Sociales en una foto de archivo. FOTO: EUROPAPRESS

Uno de los trabajos más importantes que se realizan desde los servicios sociales en los Ayuntamientos es el que se realiza con las llamadas familias desestructuradas. Trabajadoras y trabajadores sociales, educadores, psicólogas… grupos de trabajo multidisciplinares que intentan diariamente que esa triste realidad pueda ser modificada en base a una labor sistémica de todos los concurrentes. Comenzamos por definir lo que son las familias llamadas desestructuradas, y nos vamos a referir concretamente a una de sus acepciones: familia desestructurada es aquella que presenta una constante conflictividad y/o una permanente perturbación en el grupo familiar. A partir de esta definición general penetramos en las circunstancias más concretas que hacen de esas familias unos potenciales usuarios de los servicios sociales de manera integral, a saber:

Presencia simultánea en dos o más miembros de comportamientos problemáticos estructurados estables en el tiempo y lo bastante graves como para requerir intervención externa. Relación crónica de dependencia de diferentes sistemas de ayuda profesional (salud mental...) Tendencia a la desintegración familiar. Desarrollo de síntomas múltiples (alcoholismo, malos tratos, absentismo, trastornos de la personalidad...). Necesidad de ayuda especializada. Actividades económicas de tipo marginal. Absentismo y/o escolarización deficiente. Problemas legales (deudas, hurtos, agresiones...) Problemas psicológicos, psiquiátricos y de salud en general (drogadicción, alcohol, depresiones...)

Viendo ese cuadro estarán conmigo en que la labor que realizan los profesionales de los servicios sociales y en general lo que el estado viene protegiendo el bien común para conseguir llevar a esas familias de comportamientos disruptivos es encomiable.

Se preguntarán ustedes a que viene este ladrillazo que os estoy metiendo entre pecho y espalda este plácido domingo cuaresmal. No les falta razón, ni es mi especialidad ni es mi pretensión. El giro de guión, y a partir de ahí me comprenderán, viene por lo siguiente: vistas esas características estarán ustedes pensando que el trabajo de los servicios sociales es preciso en personas de clase baja, lumpen, depauperados económicos… Pero no, es más, hago un llamamiento a esos profesionales a que sean abiertos de mente, no sean sectarios y no dejen en la estacada a familias que necesitan de su apoyo y estímulo.

El mundo de las familias desestructuradas no se acaban en los barrios marginales y pido solemnemente que se admitan para su reeducación o en todo caso para su estudio a una familia que creo yo tiene todo el perfil: La familia Borbón. No me digan que no, piénsenlo: Uno de sus miembros en la cárcel por robar. Otra pareja divorciada en la que uno de sus miembros coqueteaba con sustancias y ella con fama de déspota y de pocas luces. Un vástago disparándose en el pie con escopetas de caza, insultando a diputados en un tren y repitiendo en la escuela hasta el recreo. Una consorte con problemas de auto concepto físico… ¿Y el emérito? El emérito tiene de todo incluso ahora se está descubriendo que hacia generosas donaciones a una amiga de cantidades a su vez generosamente donadas en concepto de comisiones, sin contar con su afición a la dipsomanía y otras más inconfesables que todos tenemos en mente. ¡¡¡No me digan que no es una familia desestructurada!!!

Ítem más ¿no le encontráis ideal para aplicarle lo que por estas tierras llamamos “angango”? Un angango o una familia de angangos es una familia cani poligonera hortera. No se rían que no estoy de cachondeo. Si los angangos tradicionales iban en motocicletas Derbi Variant, el emérito en su época iba en un torpedo de un motor de un motón de centímetros cúbicos con mueble bar y sofá incluido, algo así como Los Ángeles de Infierno pero con sangre azul. Si un angango te roba te quita algunos euros, un móvil guapo, el tabaco, el reloj o como mucho la cartera, si el angango es de la familia citada el hurto tiene otras significaciones incluso con el paraguas del Boletín Oficial del Estado, o una comisioncita por aquí otra por allá…

En las familias desestructuradas se trabaja poco y eso precisamente encontramos en nuestra distinguida familia, no hay duda. Algún que otro desequilibrio mental. Uno de sus miembros que de repetir curso varias veces de buenas a primeras obtiene titulaciones al estilo Pablo Casado. Todo cuadra. Y yo lo que quiero es que haya igualdad ¡dejen de hablar mal de esa familia! Tengamos un poquito de comprensión. No hagamos con ella lo que no quisiéramos que nos hicieran a nosotros. Necesitan nuestra ayuda ¿Quiénes somos nosotros para denegársela?... ¡Que no os riáis que no estoy yo en posición de escribir cosas malas de nadie!

¡Feliz día de la mujer! Viva la lucha feminista que es la lucha por la igualdad! Chimpón.

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