De luto

El luto institucional es otra cosa: banderas bajadas, los prebostes con corbatas negras ellos, vestidos muy recatados ellas y, realmente, no sé que más

De luto. Flores ante un ataud como señal de respeto y luto.
De luto. Flores ante un ataud como señal de respeto y luto.

El día que venga a recogerme la Parca, cosa que ni espero ni deseo de momento, pero que será inevitable, no va a venir ni Moreno Bonilla, ni Ayuso, ni Sánchez y, ni siquiera, el presidente de la comunidad de propietarios en la que estoy de inquilino, a decretar ni seis minutos de luto. Ni falta que me importa. Es más, a mis allegados más próximos, familia y amistades, les anunciaré que si ocurriese ese desenlace –que ocurrirá–, en vez de ropa negra, que se pongan esas camisas hawaianas horteras que aquí también estuvieron de moda en su tiempo; por supuesto nada de responsos, misas y músicas sagradas, en mi falta se sustituyen por ronda de monólogos y de música, lo normal, lo correcto y lo coherente por mi parte es que se ponga en bucle a los Beatles, que a fin de cuentas son las únicas divinidades en las que creo y a las que estoy dispuestas a rezar con sus propias homilías.

El luto, en su tiempo, estuvo como muy de moda en España, yo recuerdo que de muy pequeño por cualquier cosa se estaba de luto –cuando digo por cualquier cosa, entiéndase que digo que una muerte, la que fuera–, se forzaba a una tristeza que se extendía a tanta gente que te daba la impresión de que siempre había luto, y eso que cuando eres niño la gente no se muere. Recuerdo el luto de cuando se murió Franco, aunque a fuer de ser sinceros, en mi casa ese luto no se guardó. Recuerdo como me castigaron en el colegio cuando se murieron en un mes dos Papas, Pablo VI y Juan Pablo I –me castigaron porque cuando nos anunciaron que se había muerto el segundo, no sé porqué, me hizo gracia que los Papas, que a mí me daban la impresión que duraban tanto, en un mes se murieran dos; esa fue la respuesta a la pregunta del director del colegio cuando me preguntó que ¿qué es lo que me hacía tanta gracia? Mi contestación fue lo que anteriormente he comentado, así que me montaron la mundial– y fue un luto lleno de misas en la tele, sin dibujos animados ni nada. 

El luto en España era importante, fíjense que incluso se creó una figura realmente indispensable como fue el de las plañideras, no me digan que no es delicioso. En Estados Unidos, en lo que vemos por las películas, lo del velatorio es un marronazo para la familia del finado, pues según parece aparte de la pena por el muerto, tienen que organizar una convitona para todo cristo que se acerque a la casa a dar el pésame. Aquí todo lo más es contar chistes en los tanatorios.

El luto institucional es otra cosa: banderas bajadas, los prebostes con corbatas negras ellos, vestidos muy recatados ellas y, realmente, no sé que más, pero es algo importante porque hasta se publican en los BOEs, BOJAs y todos esos libros importantes.

Ahora, con motivo del fallecimiento de Isabel II de Inglaterra, Ayuso se ha adelantado incluso al propio gobierno pérfido de Albión  y ha proclamado ese luto por tres días en toda la Comunidad Autónoma de Madrid. En Andalucía, Moreno Bonilla, que es menos extravangante, lo ha dejado en uno. Yo no sé que hacer, estoy en un sin vivir. Me iba a ir a la playa, pero no tengo bañador negro y además no estoy seguro si estoy cometiendo un delito si me bebo una cerveza, o pongo la tele. Igual si hago algo de esto me veo mañana imputado por dios sabe que delito cometido en pleno luto. Casi dan ganas de preguntar a los jueces para que nos alumbren en estos menesteres, pero no es buena idea, creo, el gobierno de los jueces está ahora preocupado en esas cosas del lawfare y como incumplir ellos las leyes como para atender pamplinas como la que estoy planteando.

Yo creo que me voy a arriesgar, no por desafecto a esa señora, que seguro que tiene todos sus méritos para que hagan tantas cosas en su fallecimiento a los 96 años, edad en la que da la impresión que es como morirse a la vencida, como a la una, a las dos y a las tres. Como no soy monárquico no puedo hacer laudas a su gestión, y no le doy valor a que llevara setenta años como reina; el mérito es de su físico por su longevidad, porque que llevara tanto tiempo supongo que tiene que ver con que ella no se presentaba a las elecciones, que para eso los reyes son muy suyos. Tampoco tengo nada contra ella, ni por su historia ni por sus riquezas y desde luego, ha sido muy divertido como Abascal, el ultra, ha reñido a una de sus correligionarias en el Congreso de Diputados que hizo un comentario positivo sobre la reina muerta. Es comprensible, para Abascal Isabel II era su enemiga, fue un personaje importante dentro del grupo de los aliados en la segunda guerra mundial contra los nazis y los fascistas. Normal que Abascal le tenga tirria. 

En España somos de otro nivel, banderas gachas y una pena muy grande, Moreno Bonilla lleva rezando desde ayer y Ayuso se ha puesto una mantilla negra. Están de luto, estamos de luto. España con éstos, está de luto, lo ponen en los boletines.

 

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