La Policía de Perú ha tenido que actuar en defensa del Estado.
La Policía de Perú ha tenido que actuar en defensa del Estado.

Hace apenas un mes leí un libro titulado Uno de los nuestros escrito por la noruega Asne Seirestad, en el cual se novela la terrible historia de la masacre de Utoya en Noruega, el asesinato de 69 jóvenes, muchos de ellos menores de edad, por Anders Breivik, después de poner una furgoneta bomba en el distrito gubernamental atentando contra el edificio donde se encontraba las oficinas del Primer Ministro aquél julio de 2011.

La autora de esta recreación es una reconocida periodista que ha publicado varios libros; uno de ellos obtuvo varios premios, trataba sobre lo que ella, como reportera, había vivido en el conflicto armado en Afganistán, es su aclamado El librero de Kabul, que leí en su momento y a partir de ahí he intentado estar al día de sus publicaciones. Por eso, cuando conocí la publicación de Uno de los nuestros no tuve dudas en leerlo, una historia terrible, la del extremista Breivik, que en una espiral diabólica, concibió una malévola plan para según él eliminar a las hordas marxista, primero de Noruega y definitivamente de toda Europa. Es urgente que os informe que Utoya es una pequeñísima islita en un fiordo noruego donde las juventudes del Partido Laborista hacían sus campamentos de verano, sus seminarios y actividades más importantes para la formación de sus miembros. Estamos hablando de lo que en España serían las Juventudes Socialistas, organización juvenil de PSOE.

El libro nos cuenta la vida del asesino, el cómo se va radicalizando, el cómo va construyendo su teoría política contra el multiculturalismo; contra la inmigración, fundamentalmente contra la proveniente de países musulmanes; su desprecio a la democracia y en definitiva su transformación de un ser mediocre a un narciso asesino sin escrúpulos –nuca se arrepintió de lo hecho– capaz de cometer, y el libro lo cuenta de una manera que impresiona por su crudeza, uno de las acciones terroristas más terribles de la historia de Europa más allá de las guerras.

Hace solo unos días nos informaban de que la policía alemana, en una operación sin precedentes, había detenido a cerca de treinta personas –número que por lo dicho se incrementará en los próximos días– que querían dar un golpe de estado cruento, es decir violento. Tenían armas de guerra, una organización que llevaba más de un año preparando el asalto armado al Bundestag, y en sus textos y conversaciones esgrimían los mismos argumentos que Breivik, el diablo noruego.

Poco que comentar de lo vivido el 6 de enero de 2021 en Estados Unidos, el intento de asalto, bajo el empuje y aliento de Trump, por parte de varios centenares de personas relacionadas directamente con entidades conocidas de la más radical extrema derecha americana, dispuestas –como decían– a matar a congresistas, vicepresidente... ¡un golpe de estado en Estados Unidos!, ahí es nada.

En Brasil, ni Bolsonaro, ni sus seguidores han reconocido, aún, la victoria de Lula en las elecciones presidenciales; de hecho, siguiendo consignas desde la formación del propio Bolsonaro, se procedió –a imitación del Chile de 1973– a bloquear las carreteras por parte del gremio de camioneros, curiosamente aliados de la derecha extrema y sus procedimientos. Afortunadamente, no han podido, igualmente que en Estados Unidos, Alemania o Noruega, cambiar el régimen, no han conseguido sus objetivos, más allá que desde luego han provocado mucho dolor y sufrimiento.

En Perú, se jodió el Perú, y un presidente asustado e inútil vuelve a poner contra las cuerdas a la muy deficiente democracia de su País, cómo si no hubieran tenido bastante.

En España, no crean, también existen –¿alguien lo duda?– personas y entidades que apuestan decididamente por subvertir el estado democrático y están dispuestos a hacerlo por las buenas o por las malas. Como ya he comentado en otras ocasiones: utilizar la democracia para acabar con ella..y si eso no funciona... ojo con ellos y con los que los blanquean, el huevo de la serpiente, desgraciadamente, ya ni siquiera se molesta en ocultarse. 

Habrá que espabilar y defender nuestra vida, la vivida y la que queremos vivir en tranquilidad, en libertad, alejada de esos Trolls infectos de odio. Leer libros como el que os he comentado al principio de la columna te entristecen, pero te ponen en alerta sobre lo que están dispuestos a hacer. La memoria, no perder la memoria, aunque te lo impongan, sobre todo si te lo imponen porque entonces es que no quieres que recuerdes algo que, o les avergüenza o les puede poner al descubierto.

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