¿Una víctima más?

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Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

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La recuperación de la memoria histórica necesita también desmontar las historias que glorifican y homenajean a personas que no se merecen de ninguna manera aparecer como héroes o mártires de nuestro país.

La recuperación de la memoria histórica no puede quedarse en la reivindicación de la figura y el honor de los masacrados y olvidados por el franquismo, es necesario también desmontar las historias que glorifican y homenajean a personas que no se merecen de ninguna manera aparecer en la historia de nuestro país como héroes o mártires, porque en definitiva muchos fueron los asesinos de personas inocentes que en la mayoría de los casos ni eran soldados ni estaban armados cuando fueron asesinados.

Antonio Molle Lazo nació el 2 de Abril de 1915 en Arcos de la Frontera y murió a los 21 años, el 10 de Agosto de 1936, en Peñaflor, Sevilla. Fue una víctima más de la guerra civil española, una de las cientos de miles que produjo. La diferencia entre él y otros muchos millares es que Molle está enterrado en una iglesia jerezana, gozando de honores mientras una tremenda cantidad de víctimas yacen aún en paradero desconocido y nunca se les ha rendido homenaje alguno, ni siquiera se ha reparado su memoria.

Molle fue un chico humilde, criado en el seno de una familia sin recursos, fervientes católicos y al parecer carlistas. Desde pequeño le inculcaron unas profundas ideas religiosas y políticas. Como muchas familias, llegada la desgracia económica decidieron emigrar a una ciudad cercana y así llegaron a Jerez. Ya en Jerez fue a un colegio católico, el Buen Pastor, donde según sus biógrafos no fue un buen estudiante. Allí ahondará en su formación religiosa y muy probablemente, por su forma de ser, vehemente y entregada, fue muy pronto un activista destacado y un elemento imprescindible en las campañas de defensa de la iglesia que entonces se sentía atacada por las ideas laicas de la II República.

Antonio, con 16 años, decide dar un paso más en su actividad política y afiliarse a las juventudes tradicionalistas. Pronto destacó entre sus correligionarios. Se colaba en los mítines de los rivales políticos a reventarlos, se enfrentaba a manifestantes ateos o sindicalistas, se encargaba de pegar carteles, repartir pasquines. Uno de los hermanos que le había tratado íntimamente declaró: "Era joven que no conocía el respeto humano". En una de esas algaradas entró en la cárcel donde se radicalizó aún más.

El asalto de las turbas a los conventos (sic) terminó de enfurecerle y apenas se supo el levantamiento militar el 18 de Julio de 1936, Antonio Molle se reunió entonces con los otros requetés, los combatientes carlistas, para formar una unidad a disposición de las autoridades militares y que sería el origen del Tercio de Nuestra Señora de la Merced. “Antonio corrió a ofrecerse al Conde de los Andes, el que le dedicó a la ocupación de edificios públicos y el desarme y detención de elementos socialistas".

No hace falta explicar cómo se entendía el desarme y detención de elementos socialistas, pero para muestra un botón, recordemos un texto archiconocido, "La oficialidad y tropa del cuartel y del Depósito de Recría y Monta, falangistas, carlistas y elementos derechistas de la ciudad salían desde el cuartel en automóviles y camiones aplicando de forma efectiva las órdenes del comandante Arizón: ocupación del Ayuntamiento y de las instalaciones de Radio Jerez, despliegue de patrullas civiles y militares por las calles de Jerez, control de los accesos a la población y declaración del Estado de Guerra en toda la ciudad" (José M. Peman).

En Jerez no hubo guerra civil. De hecho, el alcalde Antonio Oliver se negó a entregar armas al pueblo, con el noble argumento de que “no quería derramamiento de sangre” y en la ingenua creencia de que aquello sería un episodio transitorio y que el estado democrático lo arreglaría pronto. Nada más lejos de la realidad, por estudios bien documentados se sabe que en aquellos primeros días del sangriento golpe se producirían detenciones arbitrarias y violentas, vejaciones, humillaciones, torturas y asesinatos contra gente indefensa, tanto de los políticos en activo, como el mismo alcalde Oliver como de personas que nada tenían que ver ni con la política ni con el sindicalismo. De 400 a 1.200 personas, según unos u otros estudios, fueron asesinadas vilmente en nuestra ciudad.

Por lo que cuentan las biografías de Antonio Molle, carlista, de carácter violento y de ideas extremistas, es fácil deducir que fue un miembro destacado de esos grupos que seguían las instrucciones de los militares al mando de Queipo de Llano quien les animaba a “matarlos como a perros”. "Antonio fue encargado de algunas misiones difíciles en Jerez, Ubrique, Sanlúcar y Sevilla… Volvió a Jerez y el 2 de agosto partió de nuevo para Sevilla acompañado de otros valerosos muchachos que formaban el flamante Tercio de Requetés de Nuestra Señora de la Merced”           

“Lora del Río y Peñaflor fueron liberadas, pero se temía una nueva toma de aquellos pueblos. Se dispuso que 15 requetés y 14 guardias fueran a guarnecer Peñaflor. Molle estaba entre ellos". "Molle, en un intento de sumarse al resto de los defensores, fue descubierto. Había terminado las municiones y tenía inutilizado su fusil. Inerme como estaba, sus perseguidores se abalanzaron sobre él, le golpearon con furia y le gritaron: ¡Manos arriba!"

En esa terrible situación no cabe la más mínima duda que los milicianos le infligieron torturas y tremendos castigos hasta matarle, la furia en masa se desataría contra el atacante capturado.

Por lo que se puede deducir de los párrafos reseñados, Molle no fue a esos pueblos desarmado ni a predicar pacíficamente sus ideales sino a someter a sus habitantes a fuego y sangre. ¿Qué hubiera pasado si hubiera tenido armas suficientes y no hubiese sido capturado?, ¿Alguien puede pensar siquiera que no hubiera dado muerte, de la misma forma en que el murió, a muchas de aquellas personas que defendían su pueblo de la sangrienta invasión franquista?    

Sin embargo, a Antonio Molle, desde su muerte, le han considerado sus camaradas, el estado y la iglesia católica, como a un mártir y se le han dedicado calles, plazas, monumentos, libros, incluso se le han atribuido curaciones milagrosas y se han editado miles de estampas suyas, con el uniforme de los requetés.

El colmo de esta espiral hagiográfica llega en 2007, cuando el obispo de Jerez, Juan del Río, apoya la petición de concederle el mayor honor de un católico, hacerle beato y después santo, mártir. En 2008, este obispo es ascendido a Arzobispo Castrense de España. No es ni remotamente imaginable que este hombre no conociera la negra historia de Molle. Sin embargo, no dudó en apoyar el proceso de beatificación que sensatamente parece haber parado el arzobispado de Sevilla.

No puede ser legal ni ético que esta persona esté enterrada en una iglesia abierta al público.

Para cerrar, copio, literalmente, por lo paradojico que me resulta, ya que estoy completamente de acuerdo con ella, una frase con la que cierra uno de sus biógrafos, Felipe Morenés, un panegírico de Molle en el Diario de Jerez el 19 agosto de 2011: "Perdonemos pero no olvidemos. No por sed de venganza, sino por respeto a los que entregaron sus vidas por unos nobles ideales. Para que nunca más suceda. Para que los humanos seamos siempre capaces de resolver nuestras cuitas con el diálogo. Con respeto a la opinión contraria. Con respeto a las leyes, con respeto a las creencias de cada cual. Por eso hay que recordar, perdonar y no olvidar".

Fuentes consultadas:

http://lascifrasdelarepresionenjerez.blogspot.com.es

José Vernet Mateu. Antonio Molle Lazo (1915-1936) Muerto en defensa de Cristo Rey y de España Católica.

http://www.generalisimofranco.com/noticias/antonio_molle_lazo.htm

Santiago Cantera Montenegro. Antonio Molle Lazo: a los 75 años de su martirio (10-VIII-1936)

Manuel de Santa Cruz (1979). Apuntes y documentos para la historia del tradicionalismo español, 1939-1966. La Editorial Católica. p. 170. ISBN 84-300-0443-2.

http://www.requetes.com/merced.html

http://www.diariodejerez.es/opinion/articulos/Martir-Antonio-Requete-Senora-Merced_0_507249557.html

http://desdemicampanario.es/2015/08/10/antonio-molle-lazo-en-memoria-de-su-martirio-10-viii-1936/

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