Me ha salido usted muy espabilado Sr. Arjoy / Se hace lo que se puede Don Francisco..., incluso me atrevo a decirle a usted, con todos mis respetos, que si yo hubiera tenido la oportunidad de gozar su misma situación otro gallo estaría cantando en nuestra nación / ¡¿Cómo se atreve usted?! Lo que yo logré para la patria me costó la misma vida y... / Permíteme decirle, Don Francisco, que Europa aprieta ahora más que en sus años mozos y que usted andaba en el país como Pedro por su casa..., pero yo, en cambio, debo de contentar a unos señores de Bruselas que están por encima de mí y... / Bueno..., bueno..., que no estamos ahora para tirarnos los trastos a la cabeza..., de hecho, y por eso mismo quería ponerme en contacto con usted desde hace un par de años, quiero felicitarle por encaminar a nuestra país a revivir aquellos gloriosos años donde todo el mundo estaba más tieso que una vela / No sea exagerado..., esto no es nada comparado con lo que todavía tengo en la recámara..., pero ya le puedo asegurar, y no quiero resultar pretencioso, que la gente de la calle ya está empezando a murmurar que con usted se vivía mejor y esto, sin ninguna duda, es el mayor halago que pueden hacerme / Y es lo que le digo, Sr. Arjoy, me ha salido usted muy adelantado. Me hubieran venido bien dos o tres como usted para lidiar con los mocosos que tenemos al otro lado de los Pirineos con sus libertades y sus modernuras..., pero cuente, cuente..., quiero saberlo todo / ¿Qué quiere usted que le cuente Don Francisco? / Pues todo eso de cargarse una democracia en pleno siglo XXI / Ya le digo a usted que no tiene mérito ninguno..., su asunto, en cambio, encontró mayores complicaciones y obstáculos. Según cuenta la historia, su guerra fue de las últimas contiendas románticas..., la gente aún era capaz de dejarse matar por unos ideales..., ahora, afortunadamente, nadie se atreve a sacar la cabeza de la madriguera, y eso si no se la hemos quitado ya Don Francisco... / Muy agudo Sr. Arjoy / Pero mi apreciado señor..., si hay alguien que todavía sea capaz de sacar la cabecita... ¡zas! / Un consejo le doy: no siga dándole vueltas a ese asunto de los ideales..., ni siquiera hable de ellos en público no vaya a ser que el pueblo se lo crea... Además, que sepa usted una cosa Sr. Arjoy, a la gente le importan un pimiento los ideales mientras haya algo que llevarse a la boca..., las ideas, y se lo digo yo por mi propia experiencia, brotan cuando la barriga está llena..., además siempre nos queda el aceite de ricino y unos buenos barrotes de acero para que aprendan / Se ha quedado, con todos mis respetos Don Francisco, muy antiguo con eso del ricino..., ahora usamos la ley y nos va como anillo al dedo / La verdad es que no hay nada mejor que un parlamento o una de esas cosas para darle solemnidad y un buen empujón a nuestros grandes propósitos / No lo sabe usted bien Don Francisco / Mira Sr. Arjoy, y que sepa que no me ocurre con todo el mundo, déjese de formalismos conmigo de una santa vez y llámeme Paco / Como usted desee..., para mí será todo un honor.

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