Conforme pasan los días desde las elecciones ya lejanas, o al menos eso me parecen a mí, del 20D se acentúa la percepción, probablemente subjetiva, de que vivimos bajo el mandato de un Gobierno sin control y en un país descontrolado
Conforme pasan los días desde las elecciones ya lejanas, o al menos eso me parecen a mí, del 20D se acentúa la percepción, probablemente subjetiva, de que vivimos bajo el mandato de un Gobierno sin control y en un país descontrolado.
Y no sólo se trata del control parlamentario, del que este Gobierno huye como el gato escaldado del agua hirviendo hasta el punto de que la mayoría del Congreso se ha visto obligada a denunciarlo ante el Tribunal Constitucional, sino que la falta de control es de mayor magnitud tal como se desprende de algunas noticias que hemos conocido en este tiempo y que si no nos sorprenden es porque la capacidad de sorpresa de los españoles no conoce límites y está a la altura de la propia incapacidad del Gobierno para la administración de la cosa pública, por ejemplo, al control “descontrolado” del déficit público por parte de Montoro me quiero referir.
Dice Don Cristóbal, el azote fiscal de los españoles y española durante cuatro años, el nuevo profeta del “España va bien” y la recuperación económica, el experto en reducción del déficit a costa de las demás administraciones públicas que no de la suya, que Susana tiene que recortar 600 millones de euros del presupuesto de este año de la Junta de Andalucía, ya me imagino yo dónde va a mandar Susana al tal Montoro en un extraordinario esfuerzo de corrección política…. Cada día me recuerda más Don Cristóbal a aquella chirigota del Selu del año 93 que llevaba por título Con el sudor del de enfrente, y que el Selu me perdone la terrible comparación.
Y mientras me acuerdo de Montoro, de su soberbia, prepotencia y desprecio insultante a la oposición a lo largo de los cuatro años de la pasada legislatura en la que formé parte del Congreso de los Diputados, soportando su voz meliflua y su sonrisilla maliciosa y perversa, escribo estas líneas a la espera de los resultados de la reunión a tres bandas de la tarde de hoy por ver si son capaces de acabar con la ansiedad colectiva de este país descontrolado, que en mi caso se ha disparado desde que Villegas, el “alter ego” mediático de Rivera, ha salido al ruedo para lidiar el primero de la tarde recibiéndolo a puerta gayola con un memorable, por lo novedoso: “las posiciones están muy distantes”…
Quería hablar hoy también de Jose María Gonzalez, Kichi y su aplazada campaña “rigor en la prensa”, una especie de ensoñación nostálgica de Venezolana de Televisión, el canal estatal del país hermano, y que para mí se parece más al “rigor mortis” de la libertad de prensa; también de cómo la federación vecinal más importante de la ciudad de Cádiz, la 5 de Abril, a través de su nuevo presidente Manuel Salomón dice sentir que el Ayuntamiento no tiene en cuenta a las asociaciones de vecinos.
Tampoco quería olvidarme de Teófila Martínez, la diputada nacional y cabeza de lista del PP por esta provincia, que en estos días ha recibido en Bruselas el reconocimiento de la Fundación Tyro por la promoción de la condición de la mujer en el ámbito mediterráneo a pesar de que a Cádiz la baña el Atlántico, y no ha encontrado mejor manera de justificar el premio que apelando a la herencia de la civilización fenicia, lo que me lleva a la confusión porque si de reconocer espíritu fenicio se trataba el galardón en justicia, debería haber recaído en su eterno primer teniente de Alcaldesa, Jose Blas Fernández, el más fenicio de toda la trimilenaria historia de la ciudad.
Tal como está el panorama mejor desconectar en un bucle eterno con el malogrado Manolo Tena y “Tocar madera”…


