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Las mujeres gaditanas tenemos que luchar constantemente con una imagen distorsionada de la realidad.

Hace ya más de una semana, pero el tema no se me va de la cabeza. Quise ignorarlo, no darle más bombo al empresario que justifica su machismo diciendo que se trataba de una broma que le gastó a Teresa Rodríguez porque es de Cádiz. No quiero hacer alusión al cargo político de Teresa porque en este caso lo único que importa es que se trata de una mujer. Leí el miércoles pasado en este mismo medio el texto de mi compañero David de la Cruz sobre este tema. Agradecí que alguien respondiera así ante este hecho, yo no lo hubiera hecho mejor.

Y aún hoy, aunque el tema haya pasado a un segundo plano, siento la necesidad de expresarme sobre las palabras de este hombre. ¿Le gastó a Teresa lo que él considera una broma por ser de Cádiz o cometió un acto delictivo porque había bebido (o quizá si no hubiera probado gota también lo hubiera hecho) y al igual que lo cometió con ella podría cometerlo con cualquier otra mujer? Quizá si la mujer hubiera sido de Checoslovaquia también le hubiera gastado la broma. Y por si esto fuera poco ahora va y se justifica con que ella es gaditana, niega los hechos y compara su acto con lo que cantan las chirigotas. Si Muñoz compara que las chirigotas hablen del Rey en tono jocoso con lo que él hizo en diciembre del año pasado es que no tiene la suficiente cultura como para entender de qué va el Carnaval de Cádiz y mucho menos para valorar a las mujeres.

Durante su declaración el empresario de pacotilla también aseguró que se siente feliz y a gusto porque no ha hecho nada. Una expresión que delata que estamos ante un hombre sin escrúpulos y sin respeto. Como dice el refrán, “a veces es mejor callar y parecer tonto que abrir la boca y demostrarlo”. Y él ha abierto la boca. Además él va más allá y pide perdón. Decirle al señor Muñoz que en estos casos no vale con pedir disculpas. No podemos permitir que una perdón sea suficiente y provoque que esto caiga en el olvido. Este hombre al que se le puede tachar de muchas cosas menos de señor, dice que gracias a la notoriedad de este hecho sus ventas han aumentado un 1%. Esa frase tan común de “todos los tontos tienen suerte” le va al dedillo. Confiemos en que el tiempo pone a todo el mundo en su sitio.

Una de las conclusiones a las que lleva este hecho es que menuda combinación la de ser de Cádiz y ser mujer. Las mujeres gaditanas tenemos que luchar constantemente con una imagen distorsionada de la realidad. Hay que agradecer que Teresa lo denunciase, porque en caso contrario se hubiera convertido en un caso más de los que se esconden cada día. En estos casos todas somos mujeres, independientemente de nuestro lugar de nacimiento. Y no por ser de Cádiz somos menos que el resto. Sintámonos orgullosas, por ser mujeres, por ser de Cádiz, y unámonos para denunciar estos hechos repugnantes. Miremos a Cataluña, el tema estrella del momento. Demos importancia a lo que está pasando allí. Pero no olvidemos otros hechos como este, donde el protagonista es el machismo, que tristemente también forman parte de la historia y de la actualidad de nuestro país.

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