Una manifestación andalucista, en una imagen de archivo.
Una manifestación andalucista, en una imagen de archivo.

Antes de comenzar este post sería conveniente  si no delimitar, sí presentar el significado de la Tercera Ola Andalucista. El concepto ha sido adoptado por varios autores, pero últimamente el desarrollo de  Javier García Fernández [1]  publicado en el periódico digital lavozdelsur.es condensa en un ensayo brillante los ejes básicos de un nuevo movimiento social que emerge, en cierta medida, de la conciencia cada vez más extendida del agravio constante que sufre el pueblo andaluz en el plano identitario.

Si bien el análisis de Fernández en contexto histórico-político me parece preciso, con matices de interpretación, como toda reflexión en Ciencias Sociales, en la dimensión sociológica del papel de los Nuevos Movimientos Sociales en el cambio socio-político, el análisis merece quizás mayor desarrollo teórico y contraste empírico con los actores del movimiento, la sociedad andaluza. Siguiendo el símil de Tilly los movimientos sociales emergen en ciclos de democratización, a modo olas, a los que Castells ejemplifica en la actual sociedad-red como identidad de trinchera. En el mismo sentido Touraine avanza el poder de transformación social de estos nuevos movimientos sociales al convertir en sujeto del cambio al actor.

Una condición necesaria no siempre termina convirtiéndose en condición suficiente. Que exista un movimiento social en redes sociales, en el plano institucional y político, en los discursos y cosmovisiones de la gente común, que exista una sensación de agravio motivado por la irrupción del “Teruel Existe” o que exista un vacío de representación político-discursiva por la desaparición del Partido Andalucista (PA) no condiciona que el emergente movimiento social termine cristalizando en el cambio de modelo político. ¡Como Pilar González [2] declara ¡Andalucía no existe! Políticamente necesitamos introducirnos en las instituciones para  proveer de soluciones reales a los problemas de nuestra gente, de nuestro pueblo. Introducir el andalucismo en la instituciones es de vital importancia para retroalimentar el movimiento social identitario dotándolo de cuerpo, presencia y visibilidad donde se toman las decisiones. Por supuesto para este fin, coincidiendo plenamente con mi amigo Juaky Bellido [3]  en la perspectiva, además de conciencia de pueblo en lucha, identidad de trinchera y cultura que reafirme, necesitamos estrategia.

La política electoral tiene más de componente emocional que de tratados, programas y proyectos. Para que la sociedad andaluza se decante por opciones andalucistas políticas necesita un marco de motivación que le atraiga. En la sociedad andaluza de la posmodernidad líquida, donde los horizontes y paradigmas políticos a la vez que se difuminan por entrecruzarse lineamientos se simplifican en la componente emocional, establecer estrategias electorales debería ser primera tarea de los formaciones políticas en liza en la politeia.

Excede de los límites de este post extendernos en las representaciones ideales de la sociedad andaluza en cuanto a las adhesiones políticas. Simplemente advertir que estas adhesiones se mueven en dos ejes claramente delimitados y definidos. En primer lugar, el eje izquierda-derecha, y en segundo lugar el eje regionalista-nacionalista [3]. Cada uno de estos ejes tiene sus diferentes escalas, en alguna encuesta del CIS (únicas que ofrecen microdatos) podemos encontrar información para ampliar la adscripción política mayoritaria en Andalucía. No es este el espacio adecuado para centrarnos en la lectura de encuestas, solo incidir que cualquier estrategia que se plantee debe orientarse dentro de un marco donde el posicionamiento de la sociedad andaluza en estas escalas va a describir el espacio discursivo que la/s organización/es aspiran a ocupar.

Plantemos sin más los tres escenarios de desarrollo estratégico para el andalucismo político [4]:

Primer escenario, La heroína, héroe o grupo de héroes que nos represente

Primera estrategia, presentar a elecciones una figura intelectual, profesional, académica y/o del mundo de la cultura que sirva como amalgama y cemento a las diferentes familias andalucistas. La idea se resume en personalizar el movimiento, empoderar al pueblo andaluz en base a la imagen de una personalidad que represente las aspiraciones políticas del sentir andalucista. El modelo organizativo de las formaciones políticas quedaría en segundo plano. La estrategia podría centrarse en pivotar en torno a la figura mediática para construir representaciones sociales de liderazgo y representatividad.

En un segundo plano, las formaciones políticas centrarían sus prácticas organizativas en fomentar la militancia desde los municipios en libertad de acción absoluta, Cada organización en línea con su orientación política y dogmática actuaría en competencia discursiva y electoral (elecciones municipales y autonómicas) por ocupar el espacio político por la que sus orientaciones aspiran.

Segundo escenario, La Gran Coalición

En esta estrategia dominaría el gran pacto por Andalucía como idea motor. La propuesta se articularía en una gran coalición que aglutine todas las familias andalucistas. Electoralmente concurriría a todas las elecciones como Coalición Andalucista dejando libertad a las organizaciones para concurrir a elecciones municipales cada una con sus respectivas siglas.

Discursivamente abarcaría desde organizaciones progresistas y socialdemócratas hasta formaciones de la izquierda libertaria. En el plano territorial la coalición igualmente acogería a organizaciones que representen posturas regionalistas, autonomistas, soberanistas e independentistas. Esta invitación podría cimentarse en un pacto hasta final de legislatura basándose en unas líneas de mínimos a cumplir por los representantes electos.

Tercer escenario, Dos Bloques Andalucistas

Cuestionar las adhesiones e identidades del electorado es ilógico, y que estas adhesiones producen en la gente sentimientos de rechazo y antagonismo entre facciones es algo evidente. Este escenario propondría cimentar la representación política andalucista en torno a dos bloques políticos definidos uno por Federal y socialdemócrata y por Soberanista y socialista el otro. Un bloque se situaría en el espectro político del andalucismo moderado mientras el otro abarcaría el soberanismo revolucionario.

En el plano territorial las alianzas concurrirían a todos los espacios electorales como bloques definidos. La organización interna de cada bloque correspondería a sus integrantes y las acciones y movilizaciones de construcción de identidad nacional se orientarían en espacios separados, que no por ello desconectados.

Todos estos escenarios tienen un amplio análisis y debate. Personalmente el que suscribe tiene su opinión y me decanto por la tercera opción. Sin embargo, en este momento apoyaría fervientemente y sin dudar cualquiera de los otros escenarios. El objetivo es diseñar estrategias y marcar líneas prospectivas de trabajo. El Pueblo Andaluz espera un paso al frente del Andalucismo, una común necesidad de redención nos obliga a ello. Si no queremos que cunda el desánimo, el desencuentro, la polémica, el estigma y la maldición del quiero y nunca podemos, debemos ponernos en acción diseñando cauces de colaboración, diálogo y participación de todos los actores implicados en el proyectos de la construcción de una Andalucía Libre. Pues, como ya fuimos advertidos por el Padre de nuestra Patria,  «Andalucía necesita una dirección espiritual, una orientación política, un remedio económico, un plan cultural y una fuerza que apostolice y salve» (Blas Infante: “El ideal andaluz”).

Sea por Andalucía Libre Iberia y la Humanidad en Sevilla a 5 de Diciembre de 2020.


[1] Javier Ferenández es historiador, miembro del SAT y de Defender Andalucía en el periódico digital https://www.lavozdelsur.es/opinion/andalucismo-viene-retos-horizontes-tercera-ola_252375_102.html

[2] Pilar González Modino es Coordinadora de Primavera Andaluza y ex Secretaria General del Partido Andalucista.

[3] Joaquín Bellido Vélez es Coordinador Nacional de Andalucía por Sí (AxSí) y miembro fundador de la plataforma de pensamiento socio-político “La Vía Andaluza”.

[4]Algunas aproximaciones han sido desarrolladas brevemente en el blog personal efecto mateo: https://jesusacevedoblanco.blogspot.com/2019/12/espectro-politico-ideologico-del.html

https://jesusacevedoblanco.blogspot.com/2020/02/solo-el-06-dice-declararse-unicamente.html

[5] Cuando caminamos pensamos mejor, esta reflexión surge del debate que mantuvimos mientras caminábamos desde la Plaza Nueva a la Alameda de Hércules de Sevilla dos compañeros de Defender Sevilla, mi amigo y compañero de AxSí Moisés y el que suscribe. Había otro señor, de nombre Usted, que no recuerdo en estos instantes. Un abrazo compañeros.

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