En los últimos años se ha demostrado que la vieja forma, el viejo modelo de negocio del periodismo, ya no es rentable, pero eso no significa, como insisten los agoreros, que el periodismo haya muerto.
En agosto de 2013, Jeff Bezos, el dueño del portal Amazon, compró una de las cabeceras insignia del periodismo a nivel mundial: The Washington Post. Sí, el del Watergate, el emblema durante décadas del periodismo de élite, de investigación, del gran periodismo. Muchas voces críticas se elevaron para decir que era una locura, que un magnate de Internet como era Bezos no podía hacerse cargo de uno de los mejores periódicos del mundo, precisamente cuando era Internet lo que se estaba cargando al periodismo tradicional.
El periodismo tradicional; curiosa expresión. En los últimos años se ha demostrado que la vieja forma, el viejo modelo de negocio del periodismo, ya no es rentable, pero eso no significa, como insisten los agoreros, que el periodismo haya muerto, como no significaba que la radio iba a morir cuando apareció la televisión. Quizás estoy pecando de ingenio, pero en las facultades ya se forma a las nuevas generaciones de periodistas en nuevas alternativas de negocio, un mundo que todavía está por descubrir pero que promete ser posible.
Sin ir más lejos, deberíamos mirar a lo que ha hecho Bezos en el Washington Post. Desde que compró la cabecera, el número de lectores ha aumentado y en 2015 sobrepasó por primera vez a su eterno competidor, The New York Times (antes de que el Times volviera a rebasarlo de nuevo, eso sí).
Sorprendentemente, el Post no ha perdido en calidad. Y eso es porque Bezos, además de hacerse cargo de la crisis económica que atravesaba la cabecera (bastante importante, seamos sinceros) y apostar por innovaciones digitales (expandir los contenidos a diversas plataformas, a nuevos mercados, invertir en comercio electrónico, etc), ha conservado la independencia de la redacción e incluso ha aumentado la plantilla de periodistas e ingenieros. Trabaja codo con codo con la redacción pero respeta su trabajo.
Eso sí, la clave del éxito del nuevo modelo del Post, pese a quien pese, es la práctica conversión del periódico al mundo digital. Quizá el futuro del periodismo sea ese: una publicación digital con buena inversión y orientación de futuro, aunque se conserve el papel para ciertos artículos de mayor análisis y profundidad.
Aunque se me ocurre que quizás tengamos que tener en cuenta que Jeff Bezos es, además de un apasionado del periodismo, multimillonario. Pero prefiero pensar que es un ejemplo de que sí hay futuro en esto del periodismo.
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