El plancton da de comer al krill, y este a su vez a tantos y tantos hasta al animal más grande del mundo. Somos en gran parte agua, la vida surgió en ella y la buscamos hasta en otros mundos. En un planeta donde una cuarta parte denomina a la totalidad, hemos de poner en valor la importancia de lo pequeño.
Explosión de vida, explosión de cría, una máxima de nuestra naturaleza. Todo ser vivo cuida su entorno, lo protege y vela por él sin medida, excepto el humano que es capaz de irse de donde nació, crió o vivió.
Todos los pequeños insectos del campo, se comen unos a los otros, y permiten la cadena trófica, además de que no existan plagas, si todo está en equilibrio. El grande se come al pequeño, ¿y qué pasa si no hay pequeños suficientes? - Todo se resiente independientemente del tamaño.
Las tórtolas con cuatro palitos hacen un nido, sacando crías adelante, donde ellas volverán a ese o al de al lado a criar. Los animales tienen costumbres, incluidos los humanos. Nuestro colegio, tienda de barrio, cine de verano, campo de deportes, biblioteca y librería, parque y plaza, nos hace sentirnos en casa. El estado de alerta lo dejamos para Internet o la inteligencia artificial.
Camiones frigoríficos cargados de cosechas agrícolas salen hacia los grandes centros logísticos, y muchos de ellos no vuelven ni empaquetados ni transformados al lugar de origen. Paradoja de la vida, tan cerca, pero tan lejos o incluso inalcanzable. La ciudad sin control se come al campo industrial.
Un hombre mayor simplemente por edad y conocimientos, jubilado, pasa con su furgonetilla, con productos de temporada, de su pequeña huerta o bancal sin fin, lo justo para la venta del día, y mañana repetirá. Tirabeques para comérselos crudos, présules -¡¡vaya tortilla!!, lechugas amarradas, patatas en lomos, tomates encañados, rábanos de acompañamiento para la sopa de galeras y los huevos blancos de gallinas autóctonas – por cierto, no enferman y que plumaje tienen -que se han comido los restos vegetales. Como sabe que es para su familia y vecinas, no utiliza venenos ni productos químicos de síntesis, pues quiere ser Saludable hasta mentalmente con su conciencia. Agricultor de y con vida, con sonido de grillos de fondo.
Estamos acabando con verdaderos placeres terrenales, sin nuestras variedades tradicionales que están avaladas por tantos años de adaptación a nuestro medio. Las semillas sirven de una cosecha a la siguiente, no pagan royalties y no requieren más que estiércol y compost. "Mucha gente pequeña, en muchos lugares pequeños, cultivarán pequeños huertos, que alimentarán al mundo". Adaptación de un proverbio africano.
Comentarios