visitaandrewtan_opt.jpg
visitaandrewtan_opt.jpg

Para estar en primera línea del sector bodeguero de Jerez durante tantos años hay que medir todo lo que se dice, es demasiado tiempo de exposición…

Lo primero que quiero aclarar es que yo me veo como un clásico. Bueno, es que soy un clásico. Un clásico moderno si se quiere, por supuesto, pero un clásico. A ver… empecemos por mi propio aspecto. ¿Un tanto decimonónico? ¿De escritor de la Belle Epoque, tipo Marcel Proust o así? Qué va, qué va: hípster. Completamente. Sin duda. Yo me veo como un proto hípster, fui avanzadilla de los hípster, desde luego, un hípster de ahora… y de siempre. Pero, ¿para siempre? A ver, en Fedejerez acabamos de celebrar el cuarenta aniversario de la organización patronal… y la verdad, doy por hecho que no seré el presidente dentro de otros cuarenta años… hummm, bueno, no sé, no sé… vale, definitivamente creo que no, se me hace un poco largo; tal vez César… No quiero comparaciones con ese famoso relato de Augusto Monterroso, el del dinosauro que seguía allí cuando despertó (alguien, no se sabe quién, el cuento es esa curiosidad que no llega a dos líneas), aunque lo cierto es que el sector está despertando y yo sigo allí, pero eso es una simple paradoja, ya que, entre otras cosas, y como explicaré un poco más adelante, yo voy a estar en primera línea de los cambios: doble paradoja si esa figura existiera.

Cuarenta años, celebración de los cuarenta años de Fedejerez, sí, pero de la patronal, eh, que yo apenas llevo treinta con distintas responsabilidades en el sector. En el brandy, en el vino, en la propia Fedejerez… pero también estoy en distintos frentes sociales a los que nunca me ha importado dedicarles mi tiempo y mi esfuerzo. En política no, en su día me tocaron, pero ahí no me vi nunca, la verdad…

Total, que el otro día, con lo del aniversario de Fedejerez, anuncié un período de grandes cambios en el sector de aquí a diez años… Sí, estoy pensando lo mismo que un hipotético lector de Jerez que tuviera acceso a estas líneas: es un período un tanto corto, diez años, ya vamos muy justitos, pero creo que con la dedicación y la buena voluntad de todos los agentes implicados, desde la Administración al viticultor más pequeño, conseguiremos llevar a cabo las reformas en tiempo y forma (perdón, hipotético lector, por la casi reiteración).

Bien… Llegados a este punto, Querido Diario, estoy empezando a pensar que esta va ser la primera y la última vez que emborrone estas páginas (me ha gustado esto de emborronar, le da un toque como de que escribo a pluma, ‘a pluma’ de ganso o de ánsar cazado por algún bodeguero… varios de ellos tan aficionados, Jerez siempre a la vanguardia). No sé, no me veo, no me siento cómodo pensando en quien pueda tener acceso a estas líneas en un futuro y el uso que pueda hacer de ellas. Ya sé que tampoco recogen gran cosa, pero es simplemente porque soy un convencido de que uno vale más por lo que calla que por lo que cuenta, para estar en primera línea del sector bodeguero de Jerez durante tantos años hay que medir todo lo que se dice, es demasiado tiempo de exposición… Así que me da la sensación de que me voy a deshacer de este legajo, eso sí, una vez que lo firme, selle y lacre. Yo lo arrojaría a la chimenea, pero claro, a finales de julio, ni yo me atrevo a tanto, pese a la indudable estética de la imagen…

… Aunque bien mirado, este puñado de líneas podría interpretarse precisamente también como un primer paso en comunicación del período de diez años de reforma que, de alguna manera, he declarado formalmente abierto. Humm… pensaré sobre ello. Lo mismo al final has venido para quedarte, Querido Diario… Querido Diario ‘Solera Gran Reserva’.

E.B., desde ahora el Presidente Valiente.

Lo más leído

Ahora en portada