PP y PSOE se echan los trastos a la cabeza mientras un trocito más del SAS se mercantiliza, para mal de los trabajadores y para mal de todos los usuarios de la sanidad pública.
Una década de crisis económica da para mucho. Un uso adecuado de la lengua es imprescindible para aquellos que dotan a este sistema económico global mezquino y deleznable de un corpus ideológico sólido, también en el ámbito comunicativo. Como parte de él, gobiernos, empresas, instituciones y administraciones entregadas a este nuevo orden económico neoliberal hacen suyo este lenguaje. Reformas estructurales, homogenización de servicios, colaboración público-privada o el mismo concepto de “externalización”, recurso habitual a la hora de salir del paso de actitudes mercantilistas en la gestión de lo público, son ya cotidianas.
Contra esa vorágine privatizadora en nuestro país, este lunes, los trabajadores de mantenimiento del Hospital de Jerez se concentraron en contra de la privatización de servicios de mantenimiento del SAS, algo que afectará a todos los hospitales de la provincia. Servicios que van desde las actividades de tratamiento del agua y de fontanería hasta el mantenimiento de los equipos de alta tensión o de tareas en el almacén, según leyeron en el comunicado, que hasta ahora hoy eran desempeñadas por personal del SAS, así como la continuidad de mantener privatizados los servicios que ya lo estaban. La convocatoria, que se produjo tras el reciente anuncio del Servicio de la Plataforma Provincial de Contrataciones del SAS del que lavozdelsur.es se hizo eco y cuyo pliego fue ocultado por el propio SAS poco después, ha sido secundada por los sindicatos CCOO, UGT, CGT, USO, CSIF, y por IU. Sin embargo, la Delegación Territorial de Salud de la Junta de Andalucía ha salido del paso contradiciendo su propio pliego y asegurando que esta nueva licitación “no incluye en ningún momento la actividad que diariamente realizan los trabajadores públicos de los hospitales” y que obedece a “homogeneizar precios y asegurar que se va a ofrecer la misma respuesta para todos los centros incluidos en el pliego”.
Dicho de otra forma, lo que la Junta nos vuelve a decir es que lo que quiere no es privatizar, que queda muy feo, sino externalizar, que viene a ser algo muy distinto... (nótese la ironía). De nuevo, una retahíla, un juego dialéctico que obedece a la lógica neoliberal y en el que las externalizaciones son vistas como meras derivaciones de las que luego se olvidan a la hora de hacer como suyo el discurso de la sanidad pública. Sus consecuencias ya las conocemos: más precariedad laboral y un servicio más limitado, en el que prima el beneficio económico empresarial y no el humano.
Fue a principios de año cuando una marea blanca inundó Andalucía y muchos criticamos, precisamente, el aprovechamiento político de estas movilizaciones. Dos caras de una misma moneda, PP y PSOE, que se echan los trastos a la cabeza mientras un trocito más del SAS se mercantiliza, para mal de los trabajadores y para mal de todos los usuarios de la sanidad pública, esa con la que ellos tanto se llenan la boca y que sólo a nuestras espaldas utilizan. ¿Cuándo dejarán de hacer lucro con nuestros servicios públicos y, por contra, privatizarán su propia hipocresía?
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