Del Génesis al Éxodo

Aburridos, nos zarandean, machacan a los que osan desobedecer o poner en tela de juicio sus predicamentos, y a todos nos hacen sentir la indefensión

28 de noviembre de 2025 a las 10:17h
El fiscal general del Estado en el juicio.
El fiscal general del Estado en el juicio.

Mi artículo del otro día ha dado mucho que hablar entre algunos amigos. En particular, uno de ellos me preguntó si la misoginia era finalmente una invención de los dioses o de los hombres, a lo que respondí, sin sombra de dudas, que de los hombres, que fueron los que inventaron a los dioses a su medida y para su interés. Y seguí contándole lo que yo había aprendido sobre el mundo y su creación.

La primera parte de la Génesis de la misoginia se refería al momento que sigue al montaje del paraíso en el que hombres y mujeres acabaron enfrentados, con los hombres por encima de las mujeres, aunque unidos por el mismo temor a unos dioses malhumorados e intransigentes. Así funcionaban las cosas cuando siglos y siglos después, aquellos hombres que inventaron a los dioses pensaron que ya no los necesitaban, y buscaron nuevas rutas que no requirieran tanta parafernalia para mantener a raya a los hombres y a las mujeres de la Tierra. El día que a uno de ellos se le encendió la luz abandonaron el Olimpo (y lugares similares) a su suerte. En su lugar, fundaron el Consejo General del Poder Judicial en la Tierra, más cerca de casa, se decían entre grandes carcajadas.

A decir verdad, construyeron un mundo como el de antes —porque les había ido bien así—, apelando al culto a la tradición y negando por consiguiente la modernidad. La obediencia, tan necesaria, la mantuvieron mediante la negación y la prohibición de la crítica. Obediencia con la que sustentarían al mismo tiempo sus muros y el desprecio a los subalternos, fueran hombres o mujeres. En estos asuntos nunca aplicaron la desigualdad.

Y desde la tribuna miran atentamente, sin venda en los ojos, a los personajes que pueblan sus dominios. Aburridos, nos zarandean, machacan a los que osan desobedecer o poner en tela de juicio sus predicamentos, y a todos nos hacen sentir la indefensión que, siglos antes —cuando todavía creíamos en los dioses—, aquellos esclavos de Egipto padecieron hasta provocar el éxodo en busca de su libertad.

El Poder Judicial es el caballo de Troya incrustado en el estómago del sistema democrático español. "Y con esto, señores, concluyo, que tengo que poner la sentencia al Fiscal General".

Lo más leído