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Vivimos en un mundo donde se ve a la mujer como un objeto. Y, ya puestos, al hombre. ¿O es que no ven los anuncios de fragancias masculinas? Pero vetar que las mujeres enseñen curvas no va a solucionar nada. 

Me da igual que me llamen heteropatriarcal, alienador o cosificador de mujeres. Ya me han dicho de todo. Pero la propuesta de Ganemos de vetar —¿es que acaso no son herederos de aquella consigna del Mayo francés de "prohibido prohibir"?— el trabajo de las azafatas que sostienen el paraguas en el Mundial me parece algo, cuanto menos, digno de comentar. 

Para comenzar, por aquello de la libertad de elección según cada cual puede emplearse donde le dé la mismísima gana. Si encima le añadimos que estamos en la provincia con más paro de España y probablemente de Europa, el despropósito adquiere tintes colosales. Como si hubiera mucho donde elegir. La cantidad de gente con carreras trabajando en el McDonald o poniendo copas me hace pensar que seguramente más de una de estas chicas tenga carrera, pero entre morirse de hambre y de asco echando currículos o ganarse un extra enseñando palmito más de una habrá optado por esta salida temporal.

Luego está el tema de la estulticia, que a Pérez Reverte le haría saltar como un resorte de su sillón "T" de la Academia. Ganemos pretende, agárrense que vienen curvas, "evitar estereotipos machistas que potencian la cosificación de la mujer". Sería gracioso si no fuera en serio. Si no les pagaran por representar al pueblo. Otros se ganan el salario trincando de la cosa pública, lo sé, esos mismos que nos gobiernan. Solo que ha llegado un punto que no sé si prefiero la malicia o la estupidez. Si nos ponemos en plan fascistode, podemos prohibir también que se elimine, ya puestos, el Gran Premio de Motociclismo, pues es evidente que atrae turistas y nos convierte en, no sé, una república bananera hiperdependiente del vil metal y del capitalismo malvado.

Claro que vivimos en un mundo donde se ve a la mujer como un objeto. Y, ya puestos, al hombre. ¿O es que no ven los anuncios de fragancias masculinas? Pero vetar que las mujeres enseñen curvas no va a solucionar nada. Dejen de obsesionarse con que las tratan como objetos y hágannos un favor a todos: diríjanse a nosotros -hombres y mujeres- como sujetos, no como una masa alienable y estúpida a la que se puede distraer de los verdaderos problemas de la ciudad con chorradas de este calibre. 

 

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