Hay algo peor que un lobo. Un licántropo disfrazado de oveja. "De las aguas mansas me libre Dios, que de las bravas ya me libro yo", dice un acertado refrán que saco ahora a colación por el nombramiento de Cádiz sí se Puede de cuatro asesores. La vieja casta los habría contratado a dedo, qué coño como toda la vida, que diría un tal Sánchez Dragó. A ver, se puede estar más o menos de acuerdo con dicha selección digital, dado que se trata de cargos de confianza. Pero convocar un proceso público, como se dice ahora con luz y taquígrafos, al que se presenta casi medio millar de infelices, para al final darle los puestos a los cuatro colegas del partido, como que está feo.
Ahora que parecía que el lobo se estaba domando -chaqueta y corbata, gomina ocasional en esos rebeldes rizos bisbalianos-, la nueva metedura de pata ha sido de lo más sonada. Como cuando apareció con sus concejales encadenados para evitar el desahucio de una familia que no pagaba el alquiler a una pobre anciana desvalida. Y es que gobernar no es lo mismo que criticar por criticar. Como decían en la serie 'The Wire', "tienes que tragarte tu tazón de mierda todas la mañanas".
Lo mismo parece haberle ocurrido a Mamen Sánchez en Jerez, que tras la concesión a Ganemos no creo que ni en sus peores pesadillas hubiera imaginado la repercusión de la retirada del busto a Pemán, colocado no ha mucho por los populares en el Villamarta, hablando de teatro. Esta vez la broma ha llegado muy lejos y claro, gentes de bien como Ussía o Ansón han afilado sus plumas proclamando auténticas barbaridades sobre nuestra regidora. Independientemente de la ideología, cualquiera estará de acuerdo en que el ideario político -valga la redundancia- de estos periodistas es más que sospechoso, así como en que algunas declaraciones -"botijo con los meñiques bizcos" llama Ussía a nuestra regidora- están fuera de lugar. Pero está fuera de toda duda también -creo yo- la torpeza de un gesto cuya repercusión nacional no se ha medido bien. Porque aún quedan nostálgicos. En cualquier caso, Mamen ya se ha desayunado su primer tazón de mierda -como decía en 'The Wire' el actor que en el futuro encarnaría a Meñique, cosas del destino-. Y Ganemos ni se ha despeinado.