Ni confirmo, ni desmiento... que los quesos y el humor de Peñafría son de los buenos

"El Pueblo, serie de los creadores de Aquí no hay quien viva y La que se avecina, puede servir para echar unas buenas risas"

jose (2)

Trabajador social en Fakali, Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas

La serie 'El Pueblo'.
La serie 'El Pueblo'.

En lo que concierne al entretenimiento muchas cosas han cambiado. Ya la televisión se ha convertido en una caja de ruidos con gente que esputa improperios por doquier. Ni siquiera es mi medio de información. Ya no. La intencionalidad de los canales es tan clara que he optado por no poner los informativos. Hay otros modelos alternativos para estar informado, al igual que los hay para entretenerse. En realidad, siempre los hubo, solo que ahora disponemos de una variedad mayor que la que teníamos hace años. Por eso las televisiones de nuestras casas ocupan cada vez mayor espacio en el salón, pero menor en nuestras cabezas. Eso sí, disponemos de una cantidad ingente de canales. De cocina, de viajes, de deportes… e incluso de documentales. De ahí no salgo, la verdad. Debo parecerle al lector un poco aburrido, pero para cuando quiero divertirme, enciendo la consola. Me parece más interesante mover un muñequito a que seamos el muñequito de los medios de desinformación masiva.

Así pues, y desde la llegada de la pandemia y su posterior confinamiento, he ido cogiéndole el gusto a la televisión por streaming. Teníamos tiempo, desde luego. Algunos optaron por hacer pastelitos y otros, pues nos aficionamos a ver series. Matar el aburrimiento, en cualquier caso. Así he ido descubriendo algunas series bastante interesantes y no solo estadounidenses. También italianas, francesas, japonesas y algunas noruegas he visto en este año. Eso sí, no todo es caviar. No son pocas las veces que he comenzado una de estas series de Netflix o Amazon y antes de los quince minutos ya tenía el móvil en la mano. Ahí mi compañera me da en la pierna, me hace un resumen de lo que me he perdido y vuelta a empezar. Al tercer capítulo no llego, pero a veces suena la flauta y llegas a entretenerte e incluso, a disfrutar de la serie. Eso desde luego, que con la televisión tradicional no me pasa en su inmensa mayoría.

En estos días de verano pusimos El Pueblo, serie de los creadores de Aquí no hay quien viva y La que se avecina la cual desconocía, pues como digo, televisión al uso veo poco y concretamente los canales de Mediaset no se consumen en casa. No por nada, pero con Ana Rosa por la mañana y el resto de la parrilla ya me dirán qué hacemos. Sin embargo, y contra todo pronóstico El Pueblo me sorprendió gratamente. Si no la han visto no esperen una trama profunda, ni unos personajes que conocen el proceder de la metafísica. No esperen unos efectos especiales espectaculares, ni falta que hace. Si buscan un buen rato, con unos personajes imperfectos, con una crítica que se vislumbra en el ambiente alrededor de temas variopintos, un par de golpes cómicos como mínimo por capítulo y un reparto rico y diverso, esta serie, que ya tiene asegurada su tercera temporada, puede servir para echar unas buenas risas.

Al fin y al cabo, no todos los espectadores venimos buscando el recurso típico ya del humor controvertido, soez e incluso polémico. Aún recuerdo y con pesar la serie «Ancla2». Por cada capítulo una sorna. Una burla absurda a andaluces, gitanos, negros y así hasta que llegó la broma con el cáncer infantil. La serie terminó a la deriva con un buen puñado de denuncias. Le ha sucedido a cómicos y a series que refugiadas en el humor creen lícito hacer bromas con el estereotipo a grupos ya de por sí fustigados por los mismos.

No es el caso de El Pueblo. Y eso que se habla de ecologismo, veganismo o feminismo. Incluso en el algún episodio, como cuando Arsacio, El Ovejas y Cándido van a Madrid, también aparece el racismo. Un policía local corre tras El Ovejas y otro vendedor, pues ambos estaban ejerciendo la venta en la calle sin ningún tipo de autorización. Los otros dos protagonistas piden a Ovejas que deje de correr. "Quieto, ¿no ves que van a ir detrás del negro? A ti no te hacen nada"; le aconsejan. En otros programas o series, como Ancla2 por ejemplo, la broma del prejuicio es recurrente. Y cansa e irrita. Lo mismo sucede con la obsesión que tiene Mediaset por lo gitano. Comenzó -todo hay que decirlo- Atresmedia con My Big Fat American Gypsy Wedding, traducida en España como Mi gran boda gitana en la que se grababan a travellers -minoría étnica irlandesa-.

"Mediaset sigue explotando lo gitano. Siguen sacando rédito a un formato explotado y apoyado ahora en el humor con el objetivo de saltarse las llamadas de los jueces"


La traducción literal y emitida para todo el mundo cada vez que hablaban de travellers era la de gitanos, sin que esta minoría esté relacionada con lo romaní. Es decir, además de lo tosco del reality show, lo cierto es que confundieron a las miles de personas que lo vieron, pues mezclaron dos minorías étnicas sin parentesco entre sí. Ahora, más de una década después, Mediaset sigue explotando lo gitano. De Palabra de Gitano, a los Gipsy Kings, pasando ahora por Mi gran boda gipsy, la cual no paran de anunciar como si fuera el evento del año. Siguen sacando rédito a un formato explotado y apoyado ahora en el humor con el objetivo de saltarse las llamadas de los jueces, que ante las denuncias expuestas por Fakali, decidieron dar un giro al timón y refugiarse en un supuesto humor, del que carece. Por no hablar, claro está de su calidad, seriedad y fiabilidad. Nula por supuesto.

Así pues, nos queda decidir si queremos un humor sano o al menos, lo más sano posible, o un humor trasnochado, pesado y pasado de rosca.  Nos toca saber discernir si queremos canales que informen o desinformen. Nos queda ver si finalmente es mejor vivir como en la Peñafría de «El Pueblo», es decir: sin internet, sin teléfono móvil y sin televisiones. En un capítulo justamente hablan de ello. Y muchas acaban con ojeras. Porque a veces engaña y otras engancha. Quizás una temporada alejados de tanta morralla televisiva nos vendría bien. Eso o mandar a las Quintanas, Grisos y cía a Matute, que yo ni confirmo, ni desmiento, como diría El Ovejas. En cualquier caso, lo que sí que nos hace falta es un humor sano. Actualizado a los temas de hoy en día, pero sin sacar las cosas de contexto. Y no solo en las series, que también, sino en nuestro día a día. Nos hace falta avanzar mucho en esto. Aquellos años en los que era divertido reírse de los grupos más desfavorecidos socialmente o de los temas más delicados hoy en día no hacen ni la más mínima gracia.

Por mucho que se disfrace de telerrealidad sigue siendo la misma morralla, pues la sociedad ha avanzado y cuando se hace, también se debe hacer en valores. Eso nos diferencia cuando hablamos de calidad humana. Lo malo es que todavía estamos en el camino y claro, a veces pinchamos las cuatro ruedas y acabamos a la deriva, como les ha sucedido a otros tantos contenidos. Un humor sano. Cuatro risas. Un guión trabajado. Algún personaje entrañable y un reparto en condiciones.  No pedimos la odisea, solo un poco de calidad. Tal cual los quesos protocolarios de Peñafría. 

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído