'Porygon', el salvaje

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

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A los habituales problemas de despoblamiento, abandono, boliceo y, en general, eso que se viene llamando falta de dinamización, ahora, en plena canícula, nos encontramos con la suelta –por ahora, al parecer, selectiva- de 'porygones' salvajes.

Leo que el otro día apareció un Porygon salvaje por las calles del centro de Jerez. Después de casi atragantarme con una de las galletas vegetales que desgraciadamente conforman mi (sucedáneo de) desayuno, pienso una vez más que el centro de la ciudad no tiene solución. A los habituales problemas de despoblamiento, abandono, boliceo y, en general, eso que se viene llamando falta de dinamización, ahora, en plena canícula, nos encontramos con la suelta –por ahora, al parecer, selectiva- de Porygones salvajes a cargo de una multinacional japonesa, que así, así nos devuelve el hermanamiento de Jerez hace un par de décadas con la ciudad de Kiyosu, hermanamiento que sirvió, entre otras cosas, para que varias delegaciones de munícipes de los nuestros conocieran el país nipón por la filosa. Aunque, por supuesto, dijeron que iban en busca de inversiones, no trajeron ni Porygones (perdón por la rima chusca, un poco a lo pregón).

Vale. Nos estamos dispersando. Volvamos al tema, que tiene Porygones. Así, nos encontramos con que en los barrios periféricos de Jerez disfrutan de pacíficos horseas y simpáticos magikarps, y en el centro, una vez sembrado el terror en bares y terrazas y propiciado carreras y desórdenes varios, sus atribulados habitantes deben ahora afrontar que tienen que vivir entre Porygones salvajes. Lógicamente surge la pregunta de rigor: ¿Dónde está la Policía Local, a la vista está, especialmente ducha en el manejo del móvil? ¿Hay algún protocolo de actuación en combinación, no sé, con personal del zoo? Es un asunto de ámbito complejo ya que, como enfatiza Claudia González en su reportaje de lavozdelsur.es, estamos ante un Porygon salvaje, así que si esta criatura se ha internado en la ciudad desde la campiña probablemente su reducción y posterior confinamiento sea responsabilidad de la Guardia Civil, del Seprona concretamente.

Leo que el Porygon salvaje fue localizado en la calle Honda, pero para mí seguro que la Ciudad del Flamenco está a estas alturas plagada de Porygones. Vaya, que se refugian allí. Ya, ya, hay que estar bien bragao para internarse por esa zona del centro, pero la gente va muy despistada cuando lleva el móvil abierto con el juego y se mete en cualquier sitio. Lo bueno es que, al parecer, decenas de autóctonos están conociendo sitios de la ciudad y de su patrimonio que desconocían, todo un inesperado tour turístico.

Bien, cabe esperar que próximamente la multinacional japonesa evolucione al Porygon salvaje y acabe transformándolo en ibérico. Un buen Porygon ibérico. El cambio de adjetivo al menos traerá algo de tranquilidad y reposo a los sufridos habitantes del centro e incluso es posible que aporte una novedad en la carta de los restaurantes…

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