Me gusta la vida

Tengo derecho a juzgar desde el primer momento en que otros sin tenerlo se lo toman para cometer crímenes. Me gustan los toros, que los maten no

Una corrida de toros en Jerez, en una imagen de archivo.
Una corrida de toros en Jerez, en una imagen de archivo. JUAN CARLOS TORO

Seguro que alguna vez cuando has coincidido con algunas personas que no son de tu entorno habitual y cuando intimáis un poco más te han realizado la siguiente pregunta ¿Qué te parecen las corridas de toros? Pregunta que además es lanzada en cualquier momento y sin importar si estáis hablando de animales o de la invisible bajada del IVA en los productos de la cesta de la compra. La primera vez que me formularon esa pregunta sin venir a cuento fue en una ocasión que me ofrecieron realizar un trabajo literario dirigido a niños, reaccioné con sorpresa, pues todo lo inesperado suele en mayor o menor parte originarla, y respondí tajantemente que me parece una tradición arcaica y forjada por una sociedad a la que pertenezco, pero que desgraciadamente no evoluciona. Matar a un ser vivo para ocio y disfrute de otros no debería formar parte de la cultura de un país. 

Podría llegar a entender que en la época de María Castaña la educación, el desarrollo del ser humano y la importancia en convivir en la igualdad y respeto entre todos los seres que poblamos el planeta fuera prácticamente nula, podría, pero no lo entiendo. Tampoco entiendo que a pesar de que nos damos con las dos manos golpes en el pecho, de que hemos evolucionado socialmente, se sigan celebrando corridas de toros e incluso creando escuelas de tauromaquia. “Para que no se pierda la tradición entro los jóvenes”, dicen los que ven a bien que estos se dediquen a maltratar a un animal hasta provocarle la muerte.

Además, fomentan que matar a un animal, a un ser vivo, es algo muy divertido. Sin toros no hay pastos, ni vacas, ni leche, ni ganado, ni funciona la cadena alimenticia, creo que esto lo aprendí de niña por las tardes mientras veía Barrio Sésamo. Esos si eran grandes valores de unos guionistas que consiguieron que viéramos como algo normal, que un erizo pudiera convivir con las personas y ser respetado y tratado por igual que lo es un ser humano. Amor raro por la naturaleza, la vida campestre y los animales, los que procesan algunos, pero innegable todo el que demuestran tener al dinero y a sentirse muy ¿Machos? 

No soy vegana y no puedo decir que soy vegetariana, ya que no es compatible con ciertos aspectos de mi salud, pero jamás podré sentarme a contemplar cómo acribillan y matan a un animal sin sentir la mayor repugnancia por aquellos que lo hacen. Estos nunca podrán tener mi comprensión, tolerancia o respeto. No soporto la violencia en ninguno de sus aspectos, ni las injusticias. Repudio a cualquier persona que sea capaz de hacer daño a un ser vivo, ya sea planta, animal, hombre o marciano. Y sí, tengo derecho a juzgar desde el primer momento en que otros sin tenerlo se lo toman para cometer crímenes. ¿Te gustan los toros? Me gustan los toros, que los maten no.

El respeto del hombre por los animales va unido al respeto del hombre por sus semejantes (Declaración universal de los derechos de los animales).

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